Mägo de Oz – Gaia: 20 años de la conquista de América

Ficha técnica

Publicado el 8 de septiembre de 2003
Discográfica: Locomotive Music
 
Componentes:
José Andrëa - Voz, coros
Mohamed - Violín, viola
Carlitos - Guitarra, coros
Frank - Guitarra, coros
Sergio Martínez - Bajo, coros
Sergio Cisneros “Kiskilla” - Piano, Hammond, sintetizadores, acordeón
Fernando Ponce - Flauta travesera, whistle, gaita, coros
Jesús María Hernández Gil "Txus di Fellatio" - Batería, precusión, coros, voz en "La rosa de los vientos"

Temas

1. Obertura MDXX (3:56)
2. Gaia (11:03)
3. La conquista (5:07)
4. Alma (6:39)
5. La costa del silencio (4:40)
6. El árbol de la noche triste (4:48)
7. La rosa de los vientos (4:16)
8. La leyenda de la Llorona (4:21)
9. Van a rodar cabezas (6:31)
10. El atrapasueños (4:16)
11. Si te vas (5:58)
12. La venganza de Gaia (11:03)

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Mägo de Oz ya se habían consolidado. Su anterior trabajo, Finisterre (2000), los había catapultado hacia el estrellato internacional, con “Fiesta pagana” como punta de lanza.  Y, tras algo así, no es fácil sacar otro disco.

Pero lo sacaron, y creo que es un punto importante en su carrera. Para muchos, como el que firma el artículo, es el último disco decente de los madrileños (con alguna excepción por ahí). Para otros, seguramente para los promotores y discográficas, fue el despegue, ya que su popularidad en Latinoamérica empezó a subir como la espuma. Si hablamos de rock duro, o utilicemos la etiqueta que queramos, Mägo de Oz es uno de los nombres más populares que ha dado la piel de toro, y su disco Gaia (2003) hoy cumple 20 años.

El disco, así como los dos siguientes que conformarían la trilogía Gaia, se basa en la idea “todo el mal que hagas, a ti te lo harás”, frase que será recurrente en sus letras. Gaia, el primero lo hace basándose en la conquista de América y la aniquilación de tantas culturas que poblaban el continente. Entraremos en detalle un poco más tarde.

Musicalmente, a partir de este disco el grupo da un giro más. Si en sus tres álbumes anteriores el rock dominaba (sí, incluso en el mencionado Finisterra), es a partir de nuestro cumpleañero que los sonidos empiezan a ser más folk, añadiendo instrumentos (gaitas y pitos) y siendo algo más “suaves” que en, por ejemplo, La Leyenda de la Mancha (1998). Esto gustará a algunos y a otros no tanto. Yo soy más de este segundo grupo, con lo cual para mi Gaia representa el principio del fin. Pero entremos a valorar las canciones.

Empezamos con la intro “Obertura MDXX”, muy grandilocuente, en la que nos transportan a la cubierta de un barco con la brisa acariciando nuestro rostro. Personalmente nunca he sido demasiado de intros, y en esta ocasión sigo sin serlo. “Gaia” es buena, de las mejores del disco. Con más de 10 minutos, el tema empieza suave para, poco a poco, ganar potencia. Pasamos de una casi balada a un tema muy heavy y desembocar en música con muchos tintes folk. Seguramente es una de las canciones más completas que el grupo ha escrito en su carrera. Nos cuenta la historia de un personaje al que van a llevar a la silla eléctrica por defender su tierra, su cultura. “La conquista” es más heavy, más potente y, diría, menos seria (más Mägo clásica) y, la verdad, nunca me ha gustado demasiado. Mira que tiene todos los ingredientes que le pido a la música (potencia, melodía, etc), pero como lo combinan aquí no acaba de convencerme. Letrísticamente ya os podéis imaginar de qué va. Acabamos el primer bloque con uno de mis temas preferidos. “Alma” cuenta con los mismos ingredientes que su predecesora, quizá con más melodía, pero aquí si están perfectamente mezclados. Es muy heavy, muy potente, pero sin escatimar en melodía. El estribillo es delicioso, y la letra muy bonita. Nos explica los pensamientos de alguien que va a morir. Existe una versión orquestada que también es muy buena.

“La Costa del Silencio”, el primer single, es típicamente Mägo, una extensión de la sobrevalorada “Fiesta pagana”. No sé en qué se inspiraron al escribirla, pero a los que peinamos canas nos viene a la mente un tema que decía “son, 80 días son, 80 nada más, para dar la vuelta al mundo”. Como todo el disco, vuelve a ser una reivindicación de la Tierra, de la naturaleza, esta vez basada en el famoso chapapote ocurrido hace tantos años en Galicia. Del siguiente tema, “El árbol de la noche triste”, ni me acordaba, con eso lo digo todo. Es un tema oscuro, un tema del que beberán canciones de los posteriores discos, y muy caracterizado por el hammond. Por alguna razón me traslado al UK de los 70. “La rosa de los vientos” es otro de esos temas del que existen dos versiones. La versión metal, que aparecería en algún single posterior, me parece brutal, de lo mejor que han escrito jamás. Pero el de este disco es una balada cantada a medias entre José y Txus. El estribillo es soberbio, tanto melódica como líricamente. Es una canción que debemos cantar o dedicar a aquellos que queremos, eso ya la hace especial. El segundo bloque acaba con “La Leyenda de la Llorona”, que nos explica esa historia mexicana. Es otro de esos temas que ni recordaba, seguramente por ser instrumental. Personalmente no me aporta nada.

Vamos al bloque final, y lo hacemos con uno de los mejores cortes del disco. “Vana  Rodar Cabezas”, que toma su nombre de la priestiana “Some Heads Are Gonna Roll” es un puñetazo en el estómago. Un tema netamente heavy. El hammond inicial es muy suyo, y a medida que entran el resto de instrumentos (especialmente el bajo), la cosa gana. Tras la intro, a la batalla, a esa batalla que nos explica el tema. ¡Libertad o muerte! Y si es con la colaboración de Walter Giardino, aún mejor. Y si esta era puro rock, “El atrapasueños” es puro folk, con melodías divertidas y animosas, pero que a mi me aburren sobremanera, lo mismo que la balada del disco, “Si te vas”. No sé, al escucharla me parece haberla oído mil veces. Esa melodía inicial, a pesar de no ser mala, me suena a refrito, y el estribillo tampoco me convence. Cosa de gustos. Pero aquí no acaba la cosa, ya que lo hace con la hermana del primer corte (obviando la intro). “La venganza de Gaia” tiene la misma duración que “Gaia”, y una estructura similar, aunque aquí empezamos fuertes. El grito lírico es potente, como todo el disco. Muy reivindicativo y verde. El estribillo es histórico.

Como decía al principio, para mí este es el último buen disco de Mägo de Oz. Es un puñado de canciones buenas y algunas que claramente son de relleno. Es disfrutable, tiene canciones que aún hoy en día, 20 años después, puedo seguir escuchado perfectamente y que no me importaría vivir en directo. La lástima, para mí, es en qué se fue convirtiendo el grupo poco a poco. Pero oye, que hoy estamos aquí para hablar de Gaia y, especialmente, para desearle muy felices 20 años.

Xavi Prat
Sobre Xavi Prat 399 Artículos
Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios. Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo. Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.