Poco sabía de Mannequin Pussy antes de ver su nombre en el cartel del Primavera Sound de 2024 y mi indagación sobre todas las bandas del cartel. Pero si hay algo bueno en estos carteles tan grandes y eclécticos es que siempre habrá algo que te sorprenda de nuevo. En este caso, la sorpresa viene de Filadelfia y es un cuarteto formado por Marisa Dabice, Kaleen Reading, Colins Regisford y Maxine Steen.
Formados en 2010, el cuarteto no debutó hasta 2014 con Gypsy Pervert, un disco de esencia garage punk y noise rock poderoso pero poco inspirado. Dos años más tarde dispararon Romantic (2016) con un sonido más indie pero aún jugueteando con el noise e incluso el hardcore punk. Aún presentando una madurez y un crecimiento destacable, el disco pasó sin pena ni gloria por el mundo. Y entonces llegó el punto de ruptura con Patience (2019), un trabajo fiel a sus principios de noise y hardcore punk pero fusionado con el power pop / pop punk. Finalmente Mannequin Pussy lograron dar con la tecla y su trascendencia empezó a llenar artículos y Patience fue revisado en medios de todo el mundo.
Y ahora nos atizan con el disco que, a priori, les tiene que hacer estallar y convertirse en una realidad. I Got Heaven (2024) sigue con soltura la dinámica empezada hace un lustro con su predecesor. El noise y el hardcore punk fusionados con elementos pop nos dan como resultado el mejor trabajo de su carrera. Un disco rebelde, enojado y apasionado, un disco ligero pero intenso. Una amalgama de sabores que lejos de crear confusión logran lo contrario, uno siente una continua atracción por este disco. El juego de voces agresivas que tanto me recuerdan al fenómeno Amyl and the Sniffers junto a pasajes calmados más de estilo Wolf Alice suman una fusión no apta para mentes estáticas. El poderío de esta ecléctica mezcla es de los más atractivo que uno ha escuchado en mucho tiempo.
Los 30 minutos escasos que Mannequin Pussy ha arrojado en I Got Heaven son frescos e innovadores. El cuarteto de la costa este logra encajar con facilidad este complejo puzzle y hacerlo atractivo para cualquier tipo de espectador. Puede acercar el pop a un hardcoretti y puede acercar el hardcore punk a un espectador de puro pop. Quizás esta sea la principal virtud de la banda, crear unión donde jamás uno podría soñar.
Incidiendo en los 30 minutos, destacar eso de “menos es más”. En este tiempo Mannequin no dan tregua al oyente. Cada canción luce con maestría y no hay tiempo para caer en la monotonía ni en la repetición. Todo lo que nos arrojan es el puro placer de la banda haciendo lo que mejor saben. Corto pero intenso, un disco que va de cara, sin contemplaciones. Incluso con canciones más pop como “Split Me Open” de corte sereno precedida por dos puñetazos como “Of Her” o “Aching” la banda sabe hacer relucir todas sus facetas independientemente del sonido o enfoque que le den.
Sin mucho más que comentar más que cada uno lo disfrute como le plazca, solamente comentar que Mannequin Pussy nos han regalado uno de los discos más eclécticos del momento que irá directo a las listas de lo mejor del 2024. Deseando con ganas ver su potencial en directo en el próximo Primavera Sound y esperando poderles ver en sala en un breve tiempo. Serán muy grandes, avisados estáis.