Amados y odiados a partes iguales, pero indiscutiblemente especiales y respetados por todo el mundo. El legado de los de Nueva York es imprescindible y sus poses, fanfarronerías, musculitos y su amor por lo que es auténtico y su consiguiente odio por lo que no lo es, les han hecho acreedores de unas vastas legiones de fieles que darían su vida por ellos. De hecho, yo mismo he llegado a presenciar varias peleas en las que fans del grupo son capaces de defender hasta con los puños su opinión y el honor de la banda. Incluso también he llegado a presenciar escaramuzas entre fans de la banda discutiendo sobre si el mismo concierto de Manowar había sido bueno o malo. Lo dicho, uno puede meterse con todas las bandas que quiera, pero cuidado cuando se opina en voz alta sobre Manowar, pues los fanatismos hacia el true metal (metal auténtico) pueden llegar hasta la última de las consecuencias.
Firmando contratos con sangre y narraciones de Orson Welles
El núcleo duro del grupo está llevado por dos hombres de negocios: Joey DeMaio (bajista) y Eric Adams(cantante), y son gente que han sabido moverse mucho y bien en el negocio, siendo también excelentes compositores y artistas, capaces de firmar algunos de los himnos más recordados y admirados del panorama metálico. Se formaron como banda en 1979 junto al baterista Karl Kennedy y al guitarrista Ross the Boss (The Dictators). Ya en su primera obra Battle Hymns(1982) contaban con la presencia de todo un Orson Welles en la narración del tema “Dark Avenger”. Indudablemente si un grupo contaba con esa participación, es que poseía algo especial. Para su segundo disco Into Glory Ride(1983), la banda cambió de compañía discográfica y firmó los contratos con su propia sangre. La autenticidad iba delante de todo. Su música épica con aura vikinga era especialmente bella y diferente a todo, sólo comparable a lo que harían Bathory en su segunda etapa. Destacaba en sobremanera la agudísima garganta de Eric Adams, un cantante de manual de heavy metal, pero único a la vez. Sus cuerpos esculturales y musculados les permitían adornarse con pieles varias de animales dando una imagen de bárbaros medievales. Pronto pasarían por sus filas los bateristas Donnie Hamzik y Scott Columbus, para muchos el gran baterista de Manowar. Cuando Hamzik abandonó la banda decidió quemar su kit de batería. Ese momento fue grabado y se incluyó en la caja recopilatoria Secrets of Steel.
La banda más ruidosa del mundo
Ya con los discos Hail to England (1984) y Sign of the Hammer (1985) la banda consigue una gran repercusión. Gran colección de himnos metálicos en los que todo brilla. Atlantic Records les ficha y con ellos el grupo juega una de sus grandes cartas: la potencia sónica. A partir de entonces los shows del grupo destacan por el exagerado número de vatios. Ellos siempre han dicho que los decibelios están en un punto que no dañan los oídos, a pesar de que os aseguro que en algunos de sus conciertos mi caja torácica resonaba con cada golpe de bombo. ¿Exagerado? Sí, pero los hizo célebres como a la banda más ruidosa del mundo, record Guiness incluido. Fighting the World (1987) es una de sus grandes maestras, y aquí ya encontramos temas más orientados hacia todos los públicos, pero eso no quita que la banda siguiera llevando la autenticidad y el amor hacia el metal por bandera. Su fidelidad les ha hecho siempre auténticos, aunque para otros algo repetitivos.
Reyes del metal
El disco Kings of Metal (1988) les eleva a categoría de banda de estadio y su fama es ya mundial. Se autoproclaman como los reyes del metal llegando a contar con hordas de fans en todo el mundo. Supersuckers se auto-proclamaron la mejor banda del mundo y yo no descarto despertarme un jueves y autoproclamarme algo. The Triumph of Steel (1992) es una obra dividida en dos. Por un lado, la polémica y para muchos inaguantable “Achilles: Agony and Ecstasy, in eight parts”. Casi media hora de narración y música inspirada en la Ilíada de Homero y la caída de Aquiles. En esa gira llegaron a interpretarla toda en directo. Pero no nos engañemos, el resto del disco posee unos temas espectaculares y unas baladas preciosas que no hicieron más que engrandecer su nombre. Temas como “The Power of Thy Sword”, “Spirit Horse of the Cherokee” o “Master of the Wind” son de las favoritas del público.
La entrada de Karl Logan
La salida de David Shankle como guitarrista fue suplida por la de Karl Logan, un rubio guitarrista al que parece ser que DeMaio conoció en un encuentro motero. Sólo por la pinta, el bajista le preguntó: ¿Tú eres guitarrista? Y acertó, así empezó todo. Con el tiempo Logan se ganó la plaza y hacía lustros que no estaba considerado como “el nuevo”. Louder than Hellse edita en 1996 y es para muchos el último gran disco de Manowar. Es a partir de entonces cuando el grupo empieza a explotar el filón de los recopilatorios y los directos que terminará por llegar a un ritmo de entrega demencial. Logan no terminaría nada bien dando con sus huesos en prisión por pedofilia. Espera juicio todavía, por lo que la banda le apartó de toda participación.
Finalmente, en 2002, editan el largamente esperado Warriors of the World, una correcta obra que sacia a sus seguidores y que luce por su tema homónimo, todo un himno en toda regla. Como curiosidad decir que Eric Adams se atreve a cantar la antológica “Nessum Dorma”, la élite de cualquier cantante de ópera, consiguiendo grandes resultados. Las esperas entre discos en estudio se alargan hasta lo indecible y Gods of War no aparece hasta 2007. Como curiosidad comentar que la edición de lujo y la de caja de metal tenía todos los créditos escritos en runas, por lo que era imposible leer nada. A partir de entonces cajas, EPs, singles… y ¡DVDs!, sobretodo DVDs. No han parado de inundar el mercado con los llamados Hell on Earth que ya van por la quinta entrega. Por otro lado, su estatus de leyenda les permitió hacer su propio sello discográfico Magic Circle Music y contar con su propio festival, del que han sacado dos DVD’s más. En uno hay un momento realmente cutre en el que mujeres del público eligen campeones para que se zurren en batallas medievales. También hay escenas de alto contenido erótico con escenas lésbicas por parte de entregadas fans. Este 2010 el grupo se decidió a sacar una re-grabación con la formación actual de su primer disco, Battle Hymns.
Lustros con escasas novedades discográficas
En The Lord of Steel, ya en 2012 el festival de combinatoria en los títulos de los temas es casi risible. Aunque parezca mentira hay un tema llamado “Manowarriors” y otra “Hail, Kill and Die”. Muchos les dieron la espalda y más con conciertos nefastos como el de el Rock Festde 2014. Fue todo una especie de publirreportaje y autobombo recordando a ex del grupo entre los que incluyeron a Wagner y a Orson Wells (¿??). El merecido aplauso se lo llevó el caído Scott Columbus. Otra re-grabación de un álbum clásico (Kings of Metal) y algún EP olvidable (The Final Battle I) han sido la poca presencia discográfica de un grupo que llegó a afirmar que se despedía de los escenarios llegando a subir su caché a límites que rozan lo absurdo. Absurda también fue la cancelación el día anterior a tocar en el Hellfest 2019. También hubo una espantada importante en un concierto en el Sant Jordi Clubde Barcelona en 2012. DeMaio lo anunció por Facebook y debido a un “mal de amores” (hasta aquí puedo leer). Imaginaros la cara que se le puso a la promotora…
Las camisetas de Manowar solo las vende Manowar
Os puedo asegurar que las condiciones que pone el grupo son más que demenciales y ficharles implica pasar por el aro en determinadas cosas. Traen su propio merchandising, y pobre del tendero que venda camisetas o cualquier cosa relacionada con Manowar pues el propio equipo que acompaña al grupo hace redadas. Es una de las razones por las que NUNCA han estado en el Wacken. Por otro lado, el gran festival alemán accedió a que Rammstein comercializaran su merchandising aparte del festival, en sus propios tráilers.
Sus directos: una ruleta que va del patetismo a la excelencia
En los 80 la banda vendió una imagen de bárbaros a lo Conan, una especie de guerreros medievales que tomaban cuerpo salidos de sus portadas. En todas ellas aparece un musculoso guerrero blandiendo una espada de empuñadura alada y una maza, y es abrazado por fieles y complacientes mujeres, mostrando grandes atributos, en actitud sumisa. Y es que el rol femenino en Manowar ha sido siempre un quebradero de cabeza para la banda, pues son muchos y muchas las que siempre han puesto el grito al cielo por el machismo del que siempre han hecho gala. De hecho, sus directos siguen siendo protagonizados por su trato poco respetuoso, por decirlo de alguna manera, hacia las chicas. Y el tema “Woman Be My Slave”, que no quería llegar allá de la broma, les ha hecho más daño de lo que podían haber llegado a imaginar.
A nivel de volumen suenan tan altos como pueden, incluso rozando lo ilegal. Poseyeron hace un tiempo el récord Guiness de máximo volumen en los directos, algo que no siempre es lo más agradable y recomendable para los tímpanos humanos, pero para ellos conseguir ser la banda más ruidosa del mundo era una publicidad impagable.
A mediados de los 90 y principios de la década de los 2000, los conciertos de Manowar eran cuanto menos irregulares. A veces sus fans salían con lágrimas de emoción en los ojos y otras les despedían al grito de “hijos de puta”. Una vez, en el ya desaparecido Zeleste(ahora Razzmatazz), la banda volvía tras muchos años de ausencia en los escenarios españoles presentando su disco Louder Than Hell. Las camiseta negras con el logo de Manowar irían avanzando hasta la sala de conciertos a la vez que curiosos y despistados alucinaban de ver que en un concierto todo el mundo vistiese una zamarra con el logo de la banda con el famoso guerrero musculoso al que no se le ve la cara, sólo los ojos brillantes. Según los miembros del grupo, esa sombra que cubre su rostro hace que todo fan se pueda identificar con él. El caso es que ese día la sala se llenó hasta los topes y las ganas de pasarlo bien fueron tantas como las que la banda tenía de pasarlo en grande. Las canciones y los himnos perderían protagonismo y lo ganarían chicas que subirían sobre las tablas y que les dirían que esa noche era su cumpleaños. El “happy birthay to you” caería. Evidentemente, no sería el único regalito que se llevarían esa noche, pues pronto las largas lenguas de nuestros protagonistas surcarían sus paladares. Evidentemente, todo delante del público. Lo que ya colmaría la paciencia fue cuando se llevaron las chicas para dentro y avisaron de que se tomaban un descanso de 40 minutos. Ole sus huevos morenos…
Solos de castañuelas y chicas sobre el escenario
Otro de sus trucos escénicos célebres es el de beberse una cerveza de un trago tirándosela por encima o el subir a un chico para que toque con ellos la guitarra. Si el chico no viste una camiseta de Manowar suelen burlarse de la banda que luzca y posteriormente se la quitan y lanzan la prenda al público. Obsequian al chico con una camiseta de Manowar y le dicen que si toca bien “se podrá follar a la chica que han acabado de subir a escena”. La cara de la incauta suele ser un poema… En un festival en Lorca (Murcia) Joey DeMaio tuvo la “genial” idea de obsequiar a sus fieles con un largo solo de castañuelas que llegó a sacar de sus casillas a sus más fieles seguidores. Pero son así, y así les queremos. Son siempre capaces de lo mejor y lo peor, un directo de Manowar es lanzar la ruleta y nunca sabes dónde caerá la bola. Cuando volvieron a la sala Zeleste al siguiente año el público apenas llenaría la mitad de la sala. El enfado del fan barcelonés por y hacia la banda era mayúsculo, y un año después todavía era palpable en el ambiente. Lo primero que hizo la banda fue pedir perdón y posteriormente realizar un concierto de ensueño. Dos horas y media incluyendo un set acústico con temas raros y difíciles de ver interpretados por el grupo.
Las mil historias de Manowar
Otro ejemplo de las cotas de lo impresentables y poco sensibles a las que pueden llegar sería cuando el club de fans de Manowar España se hartó de su actitud y decidió, mediante un comunicado, decidir disolverse ante el poco interés de la banda. Ese mismo club de fans les había hecho entrega unos años antes de unas espectaculares espadas que aceptaron gustosamente y que aparecían en imágenes la entrega en el video en VHS de Secrets of Steel. El propio Pirata (ahora en Rock FM) hizo una entrevista con fotos y les trajo unas espadas para posar. Lo pasó realmente mal a la hora de hacerles entender que las espadas no eran un regalo para ellos.
Absurdamente un día Bertín Osborne coincide con Manowar en un hotel, y el muy modesto, interpreta que alguien le estaba gastando una broma, que habían contratado a unos forzudos heavies para hacer una bromita al divo centrista.
Otro día absurdo aparece una foto de Joey DeMaio recibiendo un trofeo de manos de Josep Carreras, ambos vestidos como reyes cutres. Parece ser que ambos están en la Orden de los caballeros de Malta y se hacen homenajes.
Desde hace más de una década que la banda ha llegado a otro nivel más alto, tanto de popularidad como de espectacularidad, aunque es Europa su feudo fuerte. Ofrecen regularmente DVDs de sus actuaciones en directo (la saga Hell on Earth), pero, además, poseen su propio festival y su propio sello discográfico. Sus directos parece que estén sólo enfocados a festivales de verano en los que ofrecen su show exclusivo. Son cabezas de cartel y combinan nuevo material con sus viejos himnos.
Va remitiendo el numerito de chicas sobre escena y el beber cerveza, así como el cansino mensaje de autenticidad y fidelidad hacia todo lo que es auténtico, pero sus directos tanto pueden ser demoledores como tostones de aúpa. DeMaio ha llegado a estar 10 minutos hablando en catalán en Barcelona y se ha bebido una Heineken de un trago diciendo que ama la cerveza catalana.
La juventud ha dado paso a una madurez y, evidente, con el paso de los años se aparcan las ganas de fiesta y diversión y se han centrado en ofrecer shows más espectaculares. Su escenografía es austera y ya sus cincuenta colgaron los taparrabos, así que dan todo el protagonismo a la música. En sus shows, de algo más de dos horas, culminan el espectáculo con “The Crown and the Ring”, una pieza monumental y épica cantada por un coro de 100 voces masculinas. Su despedida con Adams cantándola, apoyado por DeMaio en el teclado, mientras el cielo se llenaba de fuegos de artificio, es uno de los momentos más emotivos que haya podido presenciar un servidor en un directo (Zaragoza). La banda demostró esa noche que las salas de concierto se les quedaban pequeñas. Manowar son ya a día de hoy en día carne de estadio, pero cualquiera se arriesga con ellos pues son absolutamente impredecibles. Que se lo preguntan a los del Hellfest…
A ver quién tiene cojones de traer a Manowar
El pasado verano DeMaio provocaba a los promotores hispanos a ver “quién tenía pelotas de traerlos”. Parece que el Rock Fest de Santa Coloma las tiene. Los ames o los odies es siempre una maravilla que estén en el festival. Unos porque les verán y otros porque, les verán o no, pero tendrán carnaza para criticarlos durante el resto del festival.