Volvemos con el segundo día del CastellHell, un sábado repleto de música extrema que acabó siendo la jornada con más asistencia de la historia del festival. Un medio millar de personas se juntaron en la pista cubierta de Castellvell del Camp para disfrutar de lo mejor de nuestra escena y algunas ilustres visitas internacionales. Angelus Apatrida encabezaban esta edición 12 años después de su última aparición en el festival, y desde Alemania y Portugal llegaban Stillbirth y Analepsy respectivamente, portadores del slam más brutal.
Las puertas abrían pasado el mediodía y la ristra de concierto empezaba a las tres de la tarde. Teníamos por delante una sesión maratoniana de pura caña.
La cosa empieza fuerte con Iron Kanain y Ósserp
Entrando en el cartel in extremis, Iron Kanain salían a por todas a la hora del postre. El público tardó un poco en ir apareciendo, así que la pista quedó bastante vacía durante las primeras actuaciones. Eso no impidió que disfrutáramos de buena tralla con el hardcore metalizado de los egarenses, con referencias a clásicos como Pantera y buenos detalles técnicos en la guitarra. A penas tienen material editado, pero son una banda muy joven aún. Seguro que más pronto que tarde lanzarán un primer álbum.
Y qué decir de Ósserp, la sensación del deathgrind de la terra nos azotó con su habitual intensidad, aunque no es lo mismo verles en una sala que en un espacio (semi) abierto a las 16 de la tarde, ya lo sabéis. Siguieron presentando ese gran Els nous cants de la Sibil·la (2022), aunque, por supuesto, también cayeron clásicos como «Jo no ploro els màrtirs». Con sus dos vocalistas compenetrándose con guturales en diferentes tonos, el grupo muerde como un basilisco de dos cabezas. Quedaba mucho día por delante, pero con un calentamiento intenso como este, estábamos más que preparados.
Kanine y Mixomatosis: dos generaciones de sonidos extremos
Seguíamos con la primera banda internacional del día. Curiosamente, todas las de fuera que veríamos el sábado practican variantes de brutal death, deathcore y slam, así que tuvimos una buena masterclass de estos estilos. Kanine salían sin bajista pero con todas las ganas de repartir, con un Jason Gerhard que iba como loco escupiendo gruñidos y berridos en diferentes formatos. Una guitarra que oscilaba entre lo técnico y lo brutal nos dejaba riffs desgarradores y breakdowns gordísimos, acompañada de la correspondiente batería a velocidades absurdas. Una interesante elección por parte de la organización, que seguro que nos los descubrió a muchos. Delicatessen solo para los paladares más finos.
Bastante gente esperaba la hora que salieran Mixomatosis, pues hoy era un día especial para ellos, ya que jugaban en casa. Desde los primeros años 90, llevan haciendo grindcore podrido y sin concesiones, como indicaban con la pancarta que celebraba su 30 aniversario. Si bien a nivel técnico no son comparables a otras agrupaciones del día, lo que sí dieron es un buen rato de fiestorro, con Marc acercándose a la valla y saltando entre el público en varias ocasiones. Un concierto así siempre te anima la tarde.
Calidad y proximidad: Exekution y Siroll! vuelven a la carga con nuevo material
Uno de los regresos más esperados en la escena underground catalana se materializó hace bien poco con la vuelta de Exekution. Los thrashers de Tarragona resucitan con nuevo disco bajo el brazo, llamado War Historians (2024), que podíamos conseguir en primicia en su mesa de merch. Pues después del parón, hay que decir que el power trío ha vuelto a un estado de forma fenomenal, y así lo demostraron con una descarga contundente como pocas. Su thrash metal más agresivo, a la Sodom, nos dio una buena sacudida ahora que es más difícil que nunca ver a bandas de este estilo en festivales.
Por su parte, Siroll! también están presentando nuevo disco, un anticipado Al gra! (2024) donde siguen tan mordaces como nunca. Esta fue la primera fecha en la que pudimos escuchar esos nuevos temas en directo. «Venjança», o el tremendo single «Plou poc, però pel poc que plou, plou prou« sonaron tan bien como en estudio y por fin nos refrescaban el setlist a los que ya les hemos visto bastantes veces. Cómo no, tuvimos también temazos anteriores como «A l’aguait» y clásicos como «Més Llenya al foc». Hace poco, partieron peras con uno de sus guitarristas, así que ahora se presentan en formato de cuarteto. Por el momento, han sabido sobrellevar bien este obstáculo, incluso ganando algo de claridad en la mezcla. No os preocupéis, que tenemos Siroll! para rato…
La dupla de Stillbirth y Analepsy nos trae los sonidos más bestias de la noche
Llegaba el prime time de esta edición del CastellHell con dos de las bandas más atractivas del cartel. Stillbirth y Analepsy eran los mayores representantes del brutal death y el slam en esta ocasión, y había muchas ganas de pegarse unos bailoteos con ellos. Los alemanes eran los primeros, y salían con su uniforme playero y con tablas de surf sobre el escenario. Tendrán un nombre bien macabro, pero está claro que son de la coña y sus conciertos una verdadera fiesta. Así lo demostraron el año pasado en el Move Your Fucking Brain y ya os digo que mucha gente ha repetido en esta ocasión. Siguieron presentando Homo Deus (2023), con sus leves toques de humor y un buen pogo delante del escenario. Siempre es un placer con estos chavales.
Y seguía la fiesta con los portugueses Analepsy, otros portentos del estilo y la banda que más ganas tenía de ver en el festival. Ya pude verlos cuando presentaban su primer disco, Atrocities from Beyond (2017) en un Resu, y me dejaron flipando. Hace poco volvían a golpear con Quiescence (2022), otro pepinazo de álbum que vino acompañado de un cambio de formación, con el solvente batería Léo Luyckx y Calin Paraschiv a la guitarra y los gruñidos. Lo que no ha cambiado es su directo demoledor, que sin duda fue uno de los momentos álgidos del festival y siguió agitando el mosh pit. Brutales.
Angelus Apatrida
Y llegaba el gran cierre del festival con nada menos que Angelus Apatrida. Curiosamente, estuvieron también en mi primer CastellHell, cuando andaban presentando The Call (2012) y tocaron junto a unos jovencísimos Crisix. Qué tiempos aquellos…
Salían con la intro de «Break Stuff» de Limp Bizkit, que utilizan últimamente, para atacar directamente con «One of Us». Si les habéis visto, os habréis fijado en que le ponen mucha atención al sonido, y casi nunca tienen problemas para que todo les suene claro. Esta no fue una excepción, con probablemente el mejor del festival. El mosh se reactivaba con «Indoctrinate», temazo de su anterior trabajo homónimo.
Seguían con un setlist muy basado en el material nuevo, cosa que confirma el estado de forma de los albaceteños en los últimos años. También incluyeron algunos clásicos como «Vomitive» u «Of Men and Tyrants» que sonaron como nunca. Sigo echando de menos alguna variación más en la lista de canciones, puesto que llevan años tocando casi lo mismo, pero te lo pasas bien de todas formas con este repertorio de greatest hits.
Tras el obligatorio wall of death en «Give ‘Em War», encaraban la recta final con la brutal «Sharpen the Guillotine» y la veloz «Serpents on Parade», con ese doble bombo de infarto de Víctor Valera. «You Are Next», que ya ha quedado como cierre por antonomasia, sirvió como broche de oro a la actuación y a esta edición del CastellHell.
Con el pedazo de festival de este año, los del kraken se han postulado como un referente en cuanto a festivales de metal extremo. Felicitaciones a la organización por el currazo y mucha suerte para futuras ediciones. ¡Nos vemos el año que viene!
Setlist Angelus Apatrida:
One of Us
Snob
Indoctrinate
Cold
Rats
Vomitive
Of Men and Tyrants
We Stand Alone
Violent Dawn
Give ‘Em War
Sharpen the Guillotine
Serpents on Parade
You Are Next
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Me metí en esto del metal a los 14 años, y de concierto en concierto he ido descubriendo las bandas nacionales e internacionales que forman parte de este mundillo. Ahora aporto mi grano de arena a Science of Noise contando lo que pasa en los eventos de la zona y algunas novedades discográficas.
También toco la guitarra y el bajo en algunos grupos de la escena local. Tengo los huevos pelaos de tocar en el Ceferino.