Cada vez es más difícil encontrar discos novedosos de grunge. Con la gran mayoría de bandas de Seattle desaparecidas, el relevo es prácticamente nulo. Tenemos que recorrer a básicamente a Mudhoney quienes aún mantienen viva la llama de la norteña y poco soleada capital del estado de Washington. Curiosamente y también matizando en nuestro país seguimos teniendo la esencia del grunge en la actualidad de la mano de Pinpilinpussies, Rosy Finch o Marc Rockenberg. Aunque ninguna de las tres formaciones son plenamente grunge, pues las primeras son más riot grrr, los segundos más stoner y Marc tiene esa mezcla noventera mezclada con el folk de Neil Young.
Del nuevo disco de Rockenberg es del que vamos a hablar, pues el guitarrista y cantante de Barcelona presentó hace escasas semanas su nuevo disco titulado Wounded Animals (2023). Estamos frente al posiblemente el mejor trabajo del solista hasta la fecha. Un disco de alma rockera que nos muestra con fidelidad la pasión con la que Marc vive su sueño. Al final si uno no vive para cumplir parte de sus sueños, ¿qué sentido tiene todo?
El álbum cuenta con diez cortes que suman 36 minutos. Todo arranca con la fulgurante “Million Times”, canción que directamente me traslada a Rainier Fog (2018) el último disco de Alice in Chains. Canción rockera con un maravilloso estribillo de esos que se ponen en tu cabeza todo el día.
Seguimos con el guitarreo en “The Longest Time”, una canción menos grunge y más contemporánea, más de estilo Ryan Adams. Y entramos en terreno folk de aroma vintage con “Almost Alright”.
“Maria” nos muestra la cara más sentida de un Marc que se luce con las melodías. La calmada octava pieza del disco es una de las más ricas de todo su trabajo. Su labor buscando unas delicadas armonías que acompañan al oyente casi en formato instrumental es genial.
Con estas cuatro piezas comentadas podemos entender la riqueza del sonido de Wounded Animals y por extensión, la de Marc Rockenberg. Cuatro canciones en los que la guitarra es el hilo argumental pero todas ellas de estilo bien marcado. El nuevo disco del catalán es un disco ideal para los que adoramos el sonido noventero y disfrutamos de un buen juego de guitarras. Es un disco disfrutable al 100% y suficientemente variado como para no perder el hilo. Una caja de sorpresas.