Hace muy poco que empecé a re-descubrirme de nuevo y empecé a volver a mis orígenes en esto del metal. En mis 25 años como metalero activo he pasado por muchos altibajos y por muchas fases, desde escuchar power, heavy metal clásico, Manowars de turno, grindcore e incluso he tenido época de música clásica, pero la mejor época, sin lugar a dudas, ya sea a causa de la rebeldía, por llamar la atención… o simplemente porque me atrajo por algún factor, fue mi época black metalera.
Me asusta bastante pensar que ya cumple 25 años este disco que reseñamos hoy, y es que estos Marduk fueron unos de los grupos que tuve de referencia a mediados de los 90. Poco tienen que ver los Marduk de esa época con lo que son actualmente, ya que en aquellos momentos todavía estaban buscando su sitio en la escena y Those of the Unlight (1993) fue su segundo trabajo.
A mediados de los 90 los grupos de referencia en lo que se refería a la incipiente y joven escena black eran unos ya «veteranos» Mayhem, Immortal y DarkThrone, que se habían formado como bandas a finales de los 80, por lo que marcaron las líneas de lo que sería más adelante el género. A pesar de lo que pueda parecer en los años en que Those of the Unlight vio la luz, Marduk no habían salido a tocar fuera de los países nórdicos, y cuando lo hicieron fue para abrir conciertos para Immortal. No fue hasta que sacaron al año siguiente Opus Nocturne (1994) que no consolidaron el sonido y la línea marcada por el disco que nos ocupa hoy.
El sonido blackened death metal que uno puede percibir en su primer trabajo, Dark Endless (1992), empezó a quedar atrás y empezaron a encontrar su propio estilo, que al contrario que otros grupos del momento, consistía en un sonido más limpio y definido con un ritmo un poco más lento, siendo canciones más ordenadas con trozos algo más melódicos intercalados. Al crear un estilo mucho más personal ponen más de relevancia la oscuridad y las tinieblas en temas como la aversión por el Cristianismo o el culto a Satán. «Wolves» es posiblemente la canción más famosa de este disco, que como ya he dicho, no es especialmente rápida ni estridente. En ella hacen una comparativa entre lobos y guerreros u hombres que son sacrificados por un fin mayor, refiriéndose a una oscuridad que lo cubre todo.
Una curiosidad sobre el disco es el título de la canción «Burn My Coffin», que fue tomado de una canción que iba a llamarse así en el disco debut de Mayhem De Mysteriis Dom Sathanas (1994), pero que su vocalista y compositor, Dead, descartó. Esto le fue confesado a Morgan Håkansson, guitarrista de Marduk, en una entrevista que éste le hizo en 1989.
Otra curiosidad que cabe remarcar es que hay una canción, la más larga del álbum, que es completamente instrumental y atmosférica, dándole al conjunto del trabajo un aura extremadamente sombría a diferencia de los trabajos de la época.
En mi humilde opinión, este disco no pasará a la historia como uno de los mejores de Marduk ni del black metal, pero sí es innegable que fue el principio de lo que fueron durante un largo tiempo, hasta que se les fue la olla con los temas más militares y sociales a partir del Panzer Division (1999).