Aún recuerdo el día que tuve en mis manos Mechanical Animals de Marilyn Manson. Por aquel entonces yo tenía 14 o 15 años, solo conocía a Manson de algunas leyendas, conocía “Sweet Dreams”. Recuerdo ojear la pequeña colección de cd’s de mi primo y encontrar allí ese pequeño bastardo. Recuerdo mirar la portada con esa mezcla de “asco”, incredulidad y cierto temor. El Rey de las Tinieblas, el Anticristo. Yo, educado en un colegio de monjas, haciendo mis pinitos en el mundo del heavy. Too much.
Aún hoy sigo recordado ese momento cada vez que retomo Mechanical Animals (1998), cosa que es bastante a menudo. Mi admiración por Manson es inversamente proporcional al odio que ha generado a lo largo de los años. Al principio lo escuchaba por despecho, sin realmente admirar su música. Hoy, en la actualidad, lo escucho porque realmente me encanta.
Viajamos atrás en el tiempo, en 1998. En ese momento todos temían a Manson. Promotoras, discográficas, público, fans, la iglesia, el gobierno. Si había un anticristo entre los mortales, solo podía ser él. Además, dos años antes había publicado el que para muchos es su mejor trabajo, Antichrist Superstar (1996). Sigo pensando que se equivocan.
Omega vs. Alpha
Muchos no saben que Mechanical Animals es un disco en parte autobiográfico. En él se presentan dos personajes contrastados, Omega y Alpha. Omega sería el alter ego de Manson. El primero trata sobre un alien llamado Omega que luego de caer al planeta tierra es capturado y posteriormente incluido en una banda de rock llamada Mechanical Animals. Manson se convierte definitivamente en un producto estrella, sumergido en la fama y las drogas. Mientras que el otro personaje denominado Alpha se basa en sí mismo y sus experiencias vividas, algo relativamente parecido a la época vivida en Antichrist Superstar; es un ser vulnerable e intenta utilizar sus emociones de una manera adecuada. En palabras del propio Manson:
«Mechanical Animals representaba el punto en el que se vendió a cabo la revolución, un cascarón vacío de lo que fue la esencia de Marilyn Manson. Fue una sátira, y la gran mayoría de la gente lo interpretó como ‘esto es lo que realmente es’. Yo estaba haciendo una burla de lo que era, tomar una foto de mí mismo».
Glam vs. Industrial
Alejándose de las letras tan oscuras de sus dos primeros discos e incluso con un cambio de sonido, Mechanical Animals resultó de la influencia de Bowie sobre la música de Manson. La esencia del disco es la de una banda de glam rock. La música gótica fue substituida por el glamour y la pomposidad. Aunque no se olvidó del rock industrial, pues canciones como “Posthuman” son puro industrial de la década de los noventa.
Canciones como “The Speed of Pain” muestran toda la evolución de un Manson más camaleónico que nunca. En ella tenemos a incluso unos coros geniales a cargo de Billy Corgan, frontman de los Smashing Pumpkins. En 2018, Manson declaró que es la canción favorita de su carrera.
Si Antichrist Superstar fue un azote para el mundo, Mechanical Animals fue diseñado para ser impactante, para gustar a los que antes odiaban a Manson.
Antichrist Superstar
Más de una hora de duración que nunca suena excesiva. Catorce canciones entre las que se incluyen varios clásicos de la banda. Sobra decir cuales son, pero vamos a repetirlo por si hay algún despistado en la sala: “The Dope Show”, “Rock Is Dead”, “Mechanical Animals”, “I Don’t Like the Drugs (But the Drugs Like Me)” y “Coma White”. Cinco clásicos, las dos primeras auténticos himnos del rock de los 90. Y en ellas voy a incidir.
“The Dope Show” arranca con pesadez, sonidos electrónicos entrelazados con la guitarra de rock clásico que dan una sensación de música futurista. Con sus casi cuatro minutos, ésta es una de las preferidas de los fans de Manson y fue nominada al premio Grammy de 1999 por la Mejor Interpretación de Hard Rock.
La canción se caracteriza por un profundo y ondulatorio walking bassline de B a D proporcionado por Twiggy Ramirez y acentuado por un hi-hat repetitivo y sintetizado. El coro por otra parte, presenta golpes rítmicos de 4/4 que el baterista Ginger Fish describió como “un choque y rechinido plenos… un compás desnudista”, bajo la llave del éxito de la canción, se encuentran también los power chords típicos del glam rock de igual forma realizados por Ramirez que también interpretó las sencillas, pero tan efectivas partes de guitarra en el estribillo final. La canción fue escrita y grabada en un tiempo de 12/8, utilizando un swing beat en las estrofas. (Gracias, Wikipedia).
En cuanto a “Rock Is Dead”, mi preferida todo sea dicho, incluida en la banda sonora de The Matrix, alude al interés de Manson en la filosofía de Nietzsche. Se publicó como tercer sencillo de Mechanical Animals (1998). Fue escrita por Manson junto con el bajista Twiggy Ramirez y la teclista Madonna Wayne Gacy. Producida por Manson, Michael Beinhorn y Sean Beavan.
La canción, un tema de glam rock y heavy metal con elementos de música electrónica y grunge. En la canción, Manson canta «Rock! Is deader than dead!»; esta afirmación suscitó diversas interpretaciones por parte de los críticos. Para muchos, Manson «estaba en lo cierto en Mechanical Animals, de 1998, cuando escribió “Rock Is Dead”, porque el género necesita urgentemente una renovación».
Otros dijeron que la noción de que «el rock está muerto» es un cliché, pero argumentaron que el tema se burlaba de esa noción, añadiendo que «tal vez el rock esté muerto si gente como Marilyn sigue recreando viejos estilo (como el glam rock) en lugar de hacer algo nuevo e innovador».
La letra de la canción sobre la muerte del rock es un ejemplo de cómo Manson juega con sus oyentes. La canción también incluye la letra «God is in the TV», ésta es una de las pocas referencias a Dios en Mechanical Animals, un álbum que siguió a Antichrist Superstar, de temática religiosa.
Cifras y datos interesantes
El tercer disco de Manson llegó a lo más alto que se podía aspirar, incluso superó las cifras soñadas. Fue Disco de Oro en el Reino Unido, Suecia, España, Japón o Australia. Y llegó a Platino en Canadá y en los Estados Unidos. También fue número uno en las principales listas como Billboard 200 de los Estados Unidos y Canadá. En nuestro país llegó al número 8. El disco fue muy bien acogido entre fans y prensa, siendo uno de los discos más respetados de 1998.
Además de los cinco músicos que salen en los créditos de las canciones, hasta nueve artistas más dieron su aportación en algún momento. Al ya citado Billy Corgan le podemos añadir Dave Navarro, guitarrista de Jane’s Addiction o la artista de cine Rose McGovan.
En cuanto a la gira posterior, la banda declinó ser cabeza de cartel en Lollapalooza de 1998. La gira se vio interrumpida ya que Ginger Fish, el batería, contrajo mononucleosis. De los 52 conciertos programados y tras el pequeño parón, la banda completó 46 actuaciones.