Nunca entenderé que ocurre en las rondas barcelonesas para que se creen caravanas de la nada para luego desaparecer sin motivo alguno. Sin llegar a atormentaros con mis comeduras de cabeza os explicaré la experiencia relacionada con el espectacular concierto vivido el pasado domingo.
Después de disfrutar de un día de playa entre amigos y familia, en la magnífica Cala Morisca del Garraf, salí hacia Barcelona un poco antes de las ocho para poder acudir con tiempo suficiente para encontrar aparcamiento próximo al lugar del concierto. Pues lo de siempre, si no es la ronda de Dalt es la del Litoral, caravana intermitente que se disipa después de unos kilómetros aumentando mi desesperación viendo que llegaría demasiado justo a la apertura de puertas. Afortunadamente, gracias a que la caravana se volatizó como por arte de magia, llegué a la sala Rocksound 20 minutos antes de las nueve (hora prevista para el acceso) con mi sorpresa por la ausencia de ambiente que indicara que allí dentro se fuera a organizar un concierto.
Al acercarme pude ver que en el exterior, fumando y tomando una cerveza mientras ojeaban el móvil, se encontraban Ben Laguda y Andrew Greentree, guitarra y batería de Massive. Muy amablemente me comentaron que hasta las nueve no se permitía el acceso. Poco más, pues debido a mi pésimo inglés sólo pude decirles que nos veríamos más tarde y que iría a dar una vuelta para hacer tiempo. Una lástima, pues se les veía la mar de majos.
Después de deambular por los alrededores viendo que algunos de los bares estaban cerrados por vacaciones, volví a acercarme al lugar y a la hora indicada para el acceso comprobando que ya nos encontrábamos una decena esperando. Con algo de retraso, accedimos.
Después de echar una ojeada al puesto de merchandising (y posterior compra), cerveza en mano di una ojeada a los cuadros, objetos y carteles que adornan la sala antes de tomar posición al lado del escenario. Era mi primera visita a esta sala y no va a ser la última, el ambiente, la calidad de las bandas y el sonido valen mucho la pena.
Desde mi posición pude ver el goteo de personas accediendo dando cuenta que sería un concierto en familia. Incluso los propios miembros de Massive se mezclaban entre los asistentes mientras realizaban sus gestiones sin que nadie los parase para comentarles nada, posiblemente respetando su espacio y concentración antes del concierto. Muy diferente fue el trato durante y tras el concierto, todo un ejemplo de humildad y buenas maneras.
Sobre la asistencia ya me comentaron mis compañeros de Science of Noise que era una triste realidad en ésta época, coincidente con las vacaciones y posiblemente también con otras propuestas más atractivas en forma de festivales al aire libre. Así que es de agradecer y valorar positivamente la labor de recintos como la propia Rocksound por seguir apostando por la música en directo a pesar de todas las adversidades
A las 21:45 todos los componentes se subieron al pequeño escenario para tomar posiciones con sus respectivos instrumentos e iniciar sin tregua la descarga que nos tenían preparada esta calurosa tarde de verano. Los que nos encontrábamos en la sala hicimos lo propio, haciendo piña frente al escenario, abandonando el puesto únicamente para hidratarnos o evacuar los líquidos ingeridos.
Sin mediar apenas palabra nos aplastaron con “Generation Riot”, tema que abre su último trabajo, dando muestra de la intensidad de la descarga que nos tenían preparada. Brad Marr, el menudo cantante y guitarrista, desborda voz y personalidad. Nos lo demostrará más adelante con el espectacular grito final que se marcó al final de la tremenda “One by One” de su primer álbum Full Throttle (2013), mientras que Andrew a la batería daba la sensación de que la desmontaría en cualquier momento. La contundencia en su ejecución requería constantes ajustes después de cada tema.
“What You Gonna Do” continuó con la presentación de su nuevo trabajo. Ben Laguda daba muestras de su buen humor y del efecto de la continua ingesta de cervezas, no mermando para nada su perfecta ejecución a la guitarra, aunque la imagen de despistado de la que hace gala pueda parecer lo contrario.
El calor sobre el escenario era evidente en los sudorosos australianos que no paraban de dar tragos a las latas que tenían a sus pies, durándoles bien poco la media de tres latas por cabeza que había alrededor. Tras un par de súplicas para su reposición, durante la breve espera la sed fue saciada por algunos voluntarios en primera fila que les ofrecieron unos tragos. La complicidad era total y muy agradecida por tod@s.
Tras “One for the Road” de su anterior Destination Somewhere (2016), nos hicieron saltar y gritar con “If You Want Blood…” de sus veteranos paisanos, con algunos guiños a “It’s a Long Way…” durante la ejecución del solo. Las bromas entre Ben Laguda (guitarra) y Brenton Kewish (bajo) eran contínuas, haciendo muecas tras Brad (voz) cuando veían que iban a fotografiarle.
A continuación realizaron un brindis todos los miembros de la banda haciendo partícipe al público. Unos largos tragos para hacernos vibrar con “Hollywood”, la enérgica “Roses” y la bailable “Dancefloor”. “Ghost” con su pegadiza melodía suavizó a medio tiempo para hacernos vibrar de nuevo con la eléctrica y con regusto a bourbon americano “Long Time Coming”. Brad se bajó del pequeño escenario para realizar el solo arrodillado en medio del público. Luego los dos guitarras y el bajo se colocaron sus instrumentos en la nuca tocando de espaldas a nosotros, detalles altamente coreados y aplaudidos. Al acabar nos recordaron que en mayo del 2020 estarán de nuevo por aquí. Así que ya lo tengo anotado en la agenda.
Viendo el buen ambiente que se respiraba y como había ganas de fiesta nos ofrecieron un tema más, ésta vez con la invitación a las baquetas de Will Richards, compañero de batallas y batería de City of Thieves, marcándose un “Highway to Hell” final para gastar las pocas energías que pudieran quedar. Inmejorable manera de cerrar el concierto y a su vez de celebrar el 40 aniversario de uno de los discos imprescindibles en la discografía de cualquier amante del rock.
Después de tener la oportunidad de agradecer a algunos de los músicos lo que nos habían hecho disfrutar y una breve conversación con Mario Olmos, autor de las brutales fotografías del concierto, me dispuse a volver a casa reproduciendo de nuevo el último disco de éstos australianos para alargar el buen regusto dejado tras el concierto.
Setlist Massive:
Generation Riot
What You Gonna Do
Lacey
Blood Money Blues
Bullet
Big Trend Setter
One by One
One for the Road
If You Want Blood (cover AC/DC)
Hollywood
Roses
Dancefloor
Ghost
Long Time Coming
Highway to Hell (cover AC/DC)
¡Salud y rock ‘n’ roll!
Amante del metal en su variedad de estilos. Vivo con la esperanza de poder llegar a viejo acudiendo a salas de conciertos y festivales. Si los rockeros van al infierno, que me guarden sitio y una cervecita.
Salud y Heavy Metal.