El mundo de la guitarra descubrió a Matteo Mancuso en Internet y pronto los grandes nombres de las seis cuerdas se enfrascaron a elogiarle. Gente como Joe Bonamassa, Steve Vai, Al Di Meola o Tosin Abasi han visto en la velocidad, clase y técnica de Mancuso algo realmente admirable, y aquí nos llega este primer disco bajo los auspicios de Mascot Records. Cuenta con 26 años y procedente de la soleada Sicilia, tierra de grandes personalidades dedicadas al arte a través de los siglos. Definitivamente en Mancuso hay algo especial.
El disco es absolutamente instrumental y cuenta con su padre Vicenzo como productor. Él también es un reputado músico que se llevaba al chaval a tocar en directo ya a sus 11 años. Su ascensión meteórica le ha llevado a tocar por todo el mundo e incluso ha pasado por Berklee, esa fábrica de estrellas afincada en Boston. Matteo toca la eléctrica como si tocara una guitarra española, de estilo aflamencado y sin púa, lo cual lo hace bastante diferente a la mayoría de guitar heroes que acostumbramos a escuchar en discos de metal. Y la verdad es que el colorido de la portada refleja una inmensa paleta de colores y texturas a la guitarra.
Ya en la primera pieza del disco, “Silkroad”, el italiano ya da muy buenas muestras de velocidad subiendo y bajando escalas a la vez de imprimirle su buen gusto y clase a la propuesta. Obviamente hay el sabor de Oriente de la ruta de la seda que reza el título. Tampoco se corta a la hora de parar el tema y volver a arrancar en terrenos acústicos. La preciosa “The Journey” es una canción de su padre y él mismo toca la acústica en la introducción. Bello viaje relajado y lleno de matices que termina elevando la técnica y la clase de los Mancusos.
“Drop D” es una de las sobradas técnicas del disco y una de esas piezas que le valen a Matteo para demostrar su valía. La influencia de Satriani y Vai es palpable y suena hipnótica y poderosa, acompañada por el buen hacer a la batería de Gianluca Pellerito. Los temas no son muy extensos, pero en ellos juega y disfruta de influencias y diabluras dactilares. Otra de las canciones de su padre es “Blues for John” y casi que podemos decir que es un blues atípico en el que la guitarra anda libre a velocidades tremendas y que fusiona perfectamente estilos a lo Al Di Meola. Este tema en directo será capaz de poner a toda la sala en pie.
El “Polifemo” es pura ornamentación con dejes clásicos acompañados por las teclas de Giuseppe Vasapolli. Los músicos acompañantes no son invitados de piedra precisamente y dejan su impronta y sello de calidad. Aquí manda el jazz intrincado y la calidad. “Open Fields” es la canción más extensa de todo el disco siendo un medio tiempo animoso y positivista de corte alegre. A destacar el trabajo de su baterista golpeando la bordonera del instrumento. Realmente Matteo consigue que todo sea muy fácil… “Falcon Flight” cuenta con una especie de sitar al que acaricia salvajemente tirando de digitación en otras tesituras.
“Time to Leave” es de lo más intrincado y técnico con un Mancuso aferrado a la acústica y haciendo hablar a su instrumento. Impresiona la velocidad a la vez que salpica el tema de detalles muy propios del estilo mediterráneo. “Samba Party” complementa el disco con mucha presencia de bajo y en un tema que es pura fusión y que, realmente, no hay una samba clara para bailar, sí para solear y jugar dentro de los parámetros del estilo. Y sí, es otro escándalo técnico brillante que dice mucho en favor de este hombre. Todo el disco es un manual capaz de ofrecer las virtudes de un guitarrista que parece que todo lo pueda con un estilo personal y reconocible.
Lo de Mancuso es un caso similar al de Simon McBride, un guitarrista genial que puede empezar a ser tentado por bandas mayores pues realmente este The Journey es una demostración de calidad y posibilidades. De todas formas, lo veo (a pesar de su juventud) como alguien que quiere volar libre y que disfruta ampliamente de lo que hace sin necesidad alguna de estar promocionándose para entrar en algún grupo de renombre. El gran logro de este siciliano es que no toca como la mayoría y tiene algo especial siendo un todoterreno sobrado capaz de saltar de un estilo al otro sin apenas dificultad. Apuntemos el nombre, porque dará mucho de qué hablar…