Megara – Aquí Todos Estamos Locos

Mi primer encuentro con Megara se produjo de manera completamente inesperada y sorpresiva. Unos amigos míos y yo habíamos ido al concierto de Avatar, y mientras esperábamos a que comenzasen las descargas hablamos de los teloneros que acompañaban a los suecos. Conocía de sobra a Killus, uno de mis grupos predilectos y otra buena razón para estar allí, pero entre poco y nada nos decía aquella banda con nombre de heroína griega. La única referencia con la que contaba y podía encajar ahí eran los malogrados Megara de Pacho Brea, cuyo heavy metal melódico desentonaba totalmente con semejante cartel, por lo que nos pasamos lo que quedaba de tiempo de espera bromeando sobre la ocurrencia de meter a dicho grupo. Ante esa coyuntura, mi cerebro sufrió un pequeño cortocircuito cuando en el turno de Megara se abalanzaron sobre el escenario un grupo de sujetos que bien podrían haber salido de la misma camada que Wes Borland comandados por una vocalista que parecía una explosión de color en movimiento. Tuvimos que cancelar precipitadamente el show cómico que habíamos preparado a su costa de y admitir que lo que veíamos no estaba nada mal. Después, y como alumno pasmado que descubre de repente que algo de lo que está explicando el profesor es interesante, me dispuse a averiguar todo lo que pude sobre aquel nuevo hallazgo teñido de rosa y negro.

Así, sacando mi libreta de apuntes puedo comentaros que Megara es un grupo de Madrid formado en el 2014 y que ya sorprendieron a propios y a extraños dos años después con la publicación de su debut Siete. A lo largo de su trayectoria, han destacado por mimar a su público y mantener una relación cercana con sus seguidores, dentro de su afán por cuidar la estética del conjunto hasta el último detalle. Y en esta ocasión nos invitan a un viaje a través de una dulce locura con Aquí Todos Estamos Locos, álbum inspirado en el mundo de Alicia en el País de las Maravillas que recrea magníficamente a través de sus letras y su multipolar naturaleza la demencia del libro de Lewis Carroll.

En esta ocasión, la producción del disco se ha repartido entre Pablo, bajista del grupo, y Carlos Escobedo y Kile Odell. Este trabajo conjunto se deja notar en un sonido sin fisuras y pulido como una superficie de ébano sobre la que se despliega la amplísima gama cromática que tiñe la música de Megara, que ha acentuado su lado más agresivo y salvaje al tiempo que se ha atrevido a jugar más con los arreglos electrónicos. Como resultado de esta combinación nos encontramos con un trabajo fresco, directo y perfectamente ensamblado, que entra a la primera y cuenta con un buen puñado de hits que se quedarán en la cabeza del oyente durante un largo tiempo.

“Más Que una Leyenda” trepida sobre una intro electrónica previa al estallido de energía que inaugura oficialmente el tema, con la voz de Kenzy en primer plano. El corte cuenta con una potente base instrumental que se fusiona de manera natural con los efectos sintéticos que lo jalonan y permite a Rober sobresalir con unas afiladas líneas de guitarra que se coronan con un magnífico solo final. Destaca también el cambio de rimo que supone el estribillo, al poner más énfasis en la fluidez por encima de la agresividad. “Enredados” apuesta por una acometida directa y muy cañera pero que mantiene una fachada sumamente limpia y despide un aroma a material moderno y actual. Kenzy se marca una exhibición de energía increíble al hacerse totalmente con la composición y poner al resto de elementos bajo el mando de su poderosa voz para después ponerlos a bailar con un estribillo tremendamente contagioso, que invita a saltar y a darlo todo al ritmo de la noche.

“Bienvenido al Desastre” por el contrario prioriza la creación de una atmósfera más oscura y pesada a través de unas líneas lentas y algo tétricas que van alzándose poco a poco. Se trata de un tema rico en texturas, pero que no concede ni un ápice de piedad cuando llega el momento mediante unas secciones brutales en las que Pablo y Pol, bajista y batería respectivamente, rompen sus cadenas y arrasan con todo lo que tienen por delante. En contraposición, “Almas” se encarga de endulzar el ambiente con su melancólica fragancia en un medio tiempo al que Kenzy hace vibrar como cristal mientras la emoción que recorre toda la canción explota intermitentemente en una muestra de energía muy bien medida. Con “Arrástrame al Infierno” Megara muestra un sonido más desnudo y aguzado a través de cortes muy rítmicos y bien acompasados, sostenidos sobre una base instrumental aplastante. Por su parte, “El Hombre de Arena” nos arrastra a terrenos más densos y pesados, forjados con demoledores golpes por parte del trío que conforman Pablo, Pol y Rober en medio de un entorno más electrónico. Esta característica sin embargo se diluye al llegar a unos estribillos que saben tomar dichos elementos y despojarlos de sus aristas más duras para convertirlos en piezas cercanas al pop y que enlazan de manera curiosa pero efectiva con el resto del tema.

En “Involución” alcanzamos un clímax respecto al empleo de arreglos electrónicos por parte de Megara en el que es una de las composiciones que más descansa sobre este tipo de recursos hasta acercarse a la música industrial. Grandes dosis de relleno a base de sintetizador acompasan unas bases machaconas y potentes, que actúan con la precisión del hacha de un verdugo mientras la vocalista, investida como una de las cartas más efectivas del grupo, amplía sus recursos e incluye a su satisfactorio registro unos gritos desgarrados y llenos de rabia. “Cuenta Atrás” baja el ritmo y nos deja a merced de la pasión y el ardor, desvestidos de casi cualquier acompañamiento electrónico salvo el justo para darle algo más de empaque a dicha muestra de sensaciones, y nos deja indefensos ante el torrente de “Esclava del Aire”, que no se deja nada y arroja todo lo que tiene a la vista de que el fin está cerca. Y en efecto, para el último corte del disco Megara juega todos sus naipes con cambios de ritmo que oscilan entre un tierno beso y un mordisco salvaje, estribillos cargados de emociones y todos los miembros del grupo desatados y dando lo mejor de sí para poner punto y final a esta travesía a través del nuevo País de las Maravillas. No se me ocurren mejores guías para un viaje así que Megara, así que os invito a dejaros caer por la madriguera de conejo y conocer las delicias que os esperan.

Y que Dios bendiga nuestra p**ta nación.

Juan Mari Sauras

Buscador incansable de experiencias que abran las puertas a nuevos mundos. Nunca hay suficientes libros o música, la frontera de la imaginación siempre puede ir más allá. Obsesionado con los lobos, la noche, lo gótico y demás estereotipos de joven incomprendido. Defensor de los pogos como estilo de vida.