El pasado mes de mayo se cumplieron 30 años de la salida del primer LP de mis amados Meshuggah. Forman parte de mi top 3 desde hace casi 20 años en mi devenir musical y este disco, aunque lo descubrí tarde, me parece una maravilla de principio a fin, asentando algunas de las bases que les haría grandes más adelante.
Se formaron en 1987 bajo el nombre de Meshuggah (loco en hebreo) para poco tiempo después llamarse Calipash (suerte que no lo mantuvieron) y a partir de 1988 volvieron con el nombre actual. Editaron una demo con un sonido muy thrash metal y notándose a la legua influencias de Metallica, Exodus, Testament, etc. pero con un toque diferente. Seguramente la gente de Nuclear Blast les vieron potencial siendo los encargados de editar este Contradictions Collapse.
Empecemos por la portada. Ya vemos que se trata de un grupo que nos querían avisar que la cosa se estaba poniendo chunga, y eso que estábamos en unos años 90 en pañales todavía. Vemos la estatua de la libertad y el skyline de Nueva York mientras a sus espaldas ha estallado un bomba nuclear que arrasará con todo. Los tonos anaranjados del fondo contrastan mucho con la figura de la dama libertaria en unos tonos grisáceos. También hay que tener en cuenta el título que nos da la idea que con tanta mierda y contradicciones a las que estamos sometidos (desde tiempos inmemoriales) al final el colapso es inevitable y nos explota todo en la cara. Un punto siempre a favor de los grupos de metal y rock.
Pasemos a hablar del line-up de este disco. Estuvo formado por Fredrik Thordendal y Jens Kidman a las guitarras y voz principal (ambos); a la batería y coros Tomas Haake y al bajo y coros Peter Nordin. Vemos que a lo largo de estos 30 años no han variado mucho en cuanto a formación cambiando algunos roles y añadiendo algún que otro músico pero siempre han sido una gran familia, y eso se nota.
En Contradictions Collapse nos encontramos un thrash metal mucho más elaborado que en sus maquetas, con cambios de patrones, compases raros y demás experimentos. Los solos son de corte jazzy y hay muchos pasajes que se salen de la norma, pero vamos, huele a una versión 2.0 de los Metallica de los años 80 con un sonido más potente y moderno. Algo que llama la atención también es que las canciones son bastante largas moviéndose en torno a los 6/7 minutos de duración no siendo un impedimento para disfrutar de cada uno de sus pasajes.
Tanto «Paralyzing Ignorance» como «Erroneous Manipulation» son dos perfectas cartas de presentación para ir tomando posiciones de lo que se nos viene encima. Eso sí, una de mis preferidas es «Abnegating Cecity» de la cual hicieron un video que podéis encontrar en el apartado multimedia. Una pieza que machaca sin piedad nuestros tímpanos con una galopante batería y unos riffs muy inspirados junto a unos coros que ponen las pilas hasta a un muerto. Nos topamos con esos cambios sincopados de batería que parece que va por su cuenta sin tener en cuenta a sus compañeros, pero no, estos mozalbetes sabían bien lo que estaban haciendo.
Siempre me ha puesto muy burro el principio de «Internal Evidence» con ese estilo vacilón y el bajo tan marcado, un instrumento que muchas veces es enterrado sin piedad pero que aquí toma un gran protagonismo, y mola mucho. Sin abandonar ese thrash primigenio, sobre todo en los coros, nos muestran riffs intrincados llenos de cambios y armonizaciones imposibles. Lo que siempre me he preguntado es como demonios se lo montaba Jens Kidman para tocar y cantar a la vez, en fin, mucha practica. Posteriormente abandonó las cuerdas para centrarse en berrear, que suficiente trabajo tiene.
Los rolletes industriales siempre han sido de su agrado y encontramos detalles por todos lados. Un gran ejemplo es «Qualms of Reality» con unas guitarras perfectas y una cadencia en la voz tremenda, y aquí el señor Thordendal nos regala unos buenos arreglos y solos al más puro estilo Holdsworth. Pero la parte más espectacular de la canción viene cuando nos regalan un pasaje acústico, nada más que añadir señorías. Bueno sí, el final es maravilloso también, de las mejores canciones del disco.
Con un título bastante malrollero como es «We’ll Never See the Day» nos presentan una canción que sigue la tónica general recordando irremediablemente a los Metallica del …And Justice pero a otro nivel compositivo. La locura se desata con los intrincados riffs de «Greed» y la contundencia nuevamente de la batería. Al revisarlo de nuevo uno se da cuenta que estaban adelantados a su época, música del futuro.
«Choirs of Devastation» es una rara avis con esa introducción acústica y delicada para sin previo aviso sumergirnos en un mundo repleto de maquinas mientras voces etéreas se pasean por nuestra consciencia. Una canción más heavy que una lluvia de lava, un pequeño homenaje a toda la música que les inspiró para hacer ellos esta aventura llamada Meshuggah.
Y llegamos al final con la guinda del pastel llamada «Cadaverous Mastication», posiblemente la mejor de todas. En ella hay rabia, contundencia y una de las mejores baterías del señor Haake, un músico diferente que ha evolucionado hacia cotas impresionantes y que lleva al resto entre algodones para que todo funcione. Y aquí, en su primera referencia en forma de LP lo demostraron todos teniendo un nivel insospechado a pesar de su juventud. Se trata de un disco muy diferente a lo que hacen en la actualidad y puede que para sus seguidores más actuales tenga un sonido demasiado old school pero es una pieza fundamental para comprender de donde vienen y hacia donde fueron y van.