2008. Death Magnetic. Metallica. Rick Rubin de productor. El hype estaba servido. Después de más de 20 años de relación con Bob Rock como productor de los trabajos de la banda, decidieron separar sus caminos y Metallica apostaba por el prestigioso y famoso productor de grandes barbas. El trabajo de Rick Rubin, la verdad, no sé exactamente en qué consistió porque el álbum no suena bien. Suena saturado. Nunca lograré entender que un trabajo de una banda como Metallica «no suene bien». De verdad que no lo entiendo. Todos los recursos a su alcance y no consiguen que un disco suene bien (producciones legendarias de Metallica como …And Justice for All (1988) y el denostado (no sin razón) St. Anger (2003), cuyos sonidos son para hacérselo mirar).
Después de declaraciones en prensa como «hemos vuelto a nuestro sonido más metalero» es «nuestro más metálico desde el justice» y blahblahblahs varios (que ya sabemos que nunca se ajustan a la realidad después) se había generado una expectación brutal sobre este trabajo. El resultado final: efectivamente, Metallica volvieron a sus «orígenes» con un álbum muy potente, pesado, innecesariamente largo…
Bueno, lo de siempre con Metallica. Los debates de siempre. Que si sí, que si no… La realidad: en el momento de su salida fue un alivio sentir que, en cierta manera, Metallica estaban de vuelta. Un disco que no pasará a la historia. Pero al fin y al cabo, a estas alturas, con nuestra banda preferida, muchos nos conformamos con que entreguen trabajos correctos y, este, lo es a pesar del sonido… pero después del maldito disco naranja, era como llegar a un oasis.
Vamos al lío… que hoy cumple 10 añazos el Death Magnetic.
«That Was Just Your Life» empieza con un latido inicial que podría servir como metáfora del disco con el que nos enfrentamos. Una banda que recobra el ritmo cardíaco, vuelve a reconocerse. Signos de recuperación. Agresivos. Con ganas. Vuelve el heavy metal. Cambio de ritmo en el último tercio de la canción marcado por el solo de Hammett. Reminiscencias, en este caso de …And Justice for All y ese tramo final con guitarras dobladas a lo Thin Lizzy… De lo mejor del disco para abrir y olvidar la pesadilla que significó St. Anger.
«The End of the Line» Hetfield dibuja un riff de guitarra con groove. Boogie. Hetfield ha decidido cantar como si se desgañitara en cada tema. Vamos bien. Pero hacia medio tema ya estás pensando en cuando acabará… Uno de los defectos de Metallica… Cambio de riff a medio tema. A ver…. La cosa se acelera con otro dúo de guitarras… Hacía mucho tiempo que no hacían una cosa así… (wah wah) Solo de Hammett y la cosa sigue en una consecución de riffs, uno detras de otro… Con ínfulas prog, que no acabo de ver… James te habla a la oreja «The slave became the master…» y la cosa acaba con el riff principal y un aroma a Load (1996) bien asimilado.
Entramos en el tercer corte, «Broken, Beat & Scarred», que sigue la línea de la anterior. Inexplicablemente, es una de mis canciones preferidas de Death Magnetic. Supongo que debe ser esa entrada de batería, el ritmo sincopado que Lars le mete y cómo las guitarras se van adueñando de la canción poco a poco, y ese desarrollo rápido y agresivo. Hay muy buenas intenciones, un desarrollo progresivo que salta de riff a riff, uno detrás de otro… En tiempos de Black Album (1991) y Load (1996) aquí hay material para tres o cuatro temas de 4 minutos…. Es larga. El pecado de este disco y otros de la Banda Más Grande del Metal.
«The Day That Never Comes». Ejercicio de estilo. Su balada/medio tiempo típico de antes del Black Album (1991)… Similitudes obvias con «Fade to Black», «Welcome Home (Sanitarium)» o «One»… Pues eso, medio tiempo baladístico con explosión final made in Metallica. En 2007, casi 20 años después de …And Justice for All, tienes la sensación de que vuelven al buen camino. O al camino tradicional de toda la vida. Fue elegido primer single. Un acierto. Llega a las cotas alcanzadas en los citados temas, ¿no? No importa. Parecen que han vuelto a la causa, es suficiente.
«All Nightmare Long», quinta canción, sin lugar a dudas el mejor tema del disco. Una especie de consecución de riffs, que te dejan sin aliento. Agresivo, duro, potente. En este caso la duración está perfectamente justificada. El tema más inspirado y que esperemos recuperen en algún momento para sus directos. Con un tempo abominable, supongo que a Lars no le haría mucha ilusión recuperarlo.
«Cyanide». A partir de aquí el disco empieza a flojear. Se trata de una medianía con riff resultón que sirvió como primer adelanto en algunos conciertos previos al lanzamiento del disco. Si no fuera porque se emperran en recuperarla de vez en cuando, nadie se acordaría de ella… «The Unforgiven III»… Te voy a decir una cosa estimada persona que lees estas líneas… Mi problema con este medio tiempo con arreglos orquestales es el título (como ya me pasó con “The Unforgiven II” de Reload (1997) no es un mal tema, y hasta tiene feeling. Pero con ese título vas a “The Unforgiven”… y claro… En fin… Que no hacía falta… No aguanta la comparación. Un tema Correcto, sin más.
«The Judas Kiss» sigue la línea de “The End of the Line” o “Broken, Beat & Scarred”, riffs y más riffs y más riffs… es el único tema que recuerda de forma muy velada a St Anger (2003) «Suicide & Redemption» es instrumental. Otra vez buscando el pasado en el que fueron grandes. En aquellos tiempos firmaron temas como “The Call of Kthulu”, “To Live Is to Die” o la que para muchos fans es la mejor canción de Metallica “Orion”. “Suicide & Redemption” no llega a esos niveles de excelencia, pero ahí está, resultona y complaciente para cualquier fan old school que ya no esperaba nada de ellos.
Y para poner un buen broche final «My Apocalypse» tema breve, furioso, old school donde nos demuestran que, efectivamente, salen de la UCI para alegría de los fans metaleros.
Death Magnetic no pasará a la historia de la banda como un gran disco, sin embargo, después del patinazo de St. Anger, se agradece un back to the old rules combinado con una mejor asimilación de su etapa de los 90 y los dosmiles.
El monstruo no estaba muerto, estaba de parranda.
Sant Boi-Barcelona-Arenys de Mar. Padre y Metalhead. Desbordado por tanta música que escuchar y poco tiempo para disfrutarla. En el Universo solo hay dos cosas claras: In vino veritas y Metallica es la banda más grande de todos los tiempos (quizás solo una sea cierta, y no tenga que ver con la verdad). Death, black, doom, sludge, hardcore, thrash… a menudo: pop, rock, indie, electrónica, hip hop… en resumen, la música es mi pasión.