Metallica & San Francisco Symphony – S&M2

Nuestra Nota


8.5 / 10

Ficha técnica

Publicado el 28 de agosto de 2020
Discográfica: Blackened Recordings
 
Componentes:
James Hetfield - Voz, guitarra
Kirk Hammet - Guitarra
Robert Trujillo - Bajo
Lars Ullrich - Batería
Michael Tilson Thomas - Director orquesta
Edwin Outwater - Director orquesta
The San Francisco Symphony

Temas

Disco 1:
1. The Ecstasy of Gold (2:41)
2. The Call of Ktulu (9:14)
3. For Whom the Bell Tolls (4:36)
4. The Day That Never Comes (8:26)
5. The Memory Remains (5:42)
6. Confusion (6:41)
7. Moth Into Flame (6:17)
8. The Outlaw Torn (10:02)
9. No Leaf Clover (5:30)
10. Halo on Fire (8:17)

Disco 2:
1. Intro to Scythian Suite (5:16)
2. Чужбог и пляска нечисти (The Enemy of God and the Dance of the Spirits) (3:39)
3. Intro to the Iron Foundry (1:02)
4. Завод: музыка машин [Iron Foundry] (4:15)
5. The Unforgiven III (8:19)
6. All Within My Hands (6:13)
7. (Anesthesia) Pulling Teeth (7:27)
8. Wherever I May Roam (6:32)
9. One (9:23)
10. Master of Puppets (8:29)
11. Nothing Else Matters (6:39)
12. Enter Sandman (8:45)

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Llegados a este 2020 tras casi 40 años de carrera, ¿qué más le podemos pedir a una banda como Metallica? El grupo de metal con más discos vendidos de todos los tiempos. La primera banda en tocar en los seis continentes, ¡si, en la Antártida también!. Capaz de reunir 500.000 espectadores en uno de sus conciertos. Creadores de varios de los mejores discos del metal y hard rock de la historia. Esta vez nos sorprenden con su segunda versión del mítico S&M 20 años más tarde, 20 años más viejos.

Metallica, o más bien The Four Horsemen, están rozando los 60 años. Su cansancio es evidente. Atrás quedan inolvidables conciertos, espectaculares shows, incombustibles riffs. Y atrás queda una época dorada en la que la agresividad, el volumen y la vitalidad eran su máximo don. Hoy y tras su última gira mundial, podemos empezar a vislumbrar el ocaso de unos dioses. Aún darán que hablar, aún nos ofrecerán noches intensas de rock y metal, aún gozaremos de sus discos y sus directos. Pero amigos, la edad nos pesa tanto a nosotros como a ellos.

Aún así nos regalaron en 2016 un notable alto disco titulado Hardwired… to Self-Destruct, disco doble que contiene alguna de las mejores canciones de los de la Bay Area desde la discutida era de los Loads. Un servidor cultivó su amor por Metallica en parte gracias al primer S&M. Infinitas reproducciones del doble disco sonaron en mi adolescencia. Incluso devoré durante años el VHS pirata de la versión que el Canal 33 editó con las letras de las canciones traducidas en mi lengua materna.

Con todo esto quiero comentar que para mi, S&M es más que un disco y mi relación con este S&M2 es de amor sin parangón. ¿Detractores? Os comprendo. ¿Haters? Os comprendo. Si algo he aprendido en mi vida es que todo cuenta con tantos amantes incondicionales como con detractores. La cultura actual rinde pleitesía al hecho de “o lo tomas o lo dejas”. Si vais a odiar este disco ya de arranque, ¿porqué os molestáis en leer y después criticar en el post de Facebook? Gratuidad incorruptible. ¿Acaso no desearais todos haber estado en San Francisco viendo este concierto en directo?

S&M2 no es más que una actualización de su lejana primera versión con el añadido de las canciones de Hardwired… to Self-Destruct que interpretaban en directo en las dos últimas giras mundiales. Entonces interpretaron muchas canciones de la época Load que evidentemente han reducido a la dramática “The Outlaw Thorn” y la siempre efectiva “The Memory Remains” de ReLoad. La sorpresa por así decirlo es la inclusión en el repertorio de “(Anesthesia) Pulling Teeth” del afilado y seminal Kill ‘Em All así como la perla “The Day That Never Comes” e incluso hay tiempo de ejecutar “The Unforgiven III” de Death Magnetic.

Tras una carátula menos inspiradora que la de la primera versión pero más acorde a los últimos movimientos de la banda encontramos un total de 22 cortes en dos horas y veintitrés minutos. Suficiente disfrute para cualquier fan aunque se vuelven a echar en falta canciones como “Fade to Black” o “The Unforgiven”. Sorprende la incisiva interpretación de un tema poco inspirador como “No Leaf Clover”, la canción original del primer S&M e interpretada solamente un puñado de veces en directo vuelve a sonar aquí sacando del repertorio otras canciones infinitamente más queridas por cualquier fan.

En cuanto al directo y al escenario, tratado con menos mimo que en 1999, la disposición de músicos y el juego de luces luce menos impoluta. Esta vez el escenario es central al igual que en las últimas giras de la banda. El trabajo de las tomas de cámara también es más flojo que en 1999. Por el contrario la indumentaria si algo más acertada, si en 1999 solo cantaba la camiseta blanca de Lars frente a las camisas negras del resto, esta vez canta la gorra de beisbol del propio danés y la camisa floreada hawaiana del surfero Kirk Hammet. El decoro sigue sin establecerse en la familia.

The San Francisco Symphony esta vez luce con mejor acierto y por el contrario Metallica luce con menos inspiración que en 1999. Solamente es necesario comprar las dos versiones de “Nothing Else Matters” para ver que el tiempo pasa para todos. La magia de la primera versión desaparece por completo en esta nueva. En cuanto a The San Francisco Symphony, acercaros a “Moth Into Flame” para ver un despunte de calidad por parte de la orquesta que prácticamente logra eclipsar el trabajo de Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis.

En cuanto a las canciones repetidas en ambos conciertos, pocas variaciones a nivel compositivo pero varios en cuanto a ejecución. Tristemente puedo afirmar que James ha hecho un bajón importante en cuanto a su presencia con las voces. Sobretodo en los momentos más calmados. Quizás le falta algo de post producción al disco para disimularlo… como en la citada “Nothing Else Matters”, su voz falla también en los pasajes calmados de “The Outlaw Thorn” y en “No Leaf Clover”.

No podían faltar en la fiesta “For Whom The Bell Tolls” o “Wherever I May Roam”. Así como la traca final en forma de despedida formada por las dantescas “One” de …And Justice for All, “Master of Puppets” de su homónimo disco y las dos gemas del Black Album, “Nothing Else Matters” y “Enter Sandman”. Orgasmo final tal y como acostumbran a ofrecernos.

En cuanto a la ejecución instrumental del cuarteto, fieles a su estilo y sin sobresaltos. La batería de Lars suena algo fuerte en los momentos calmados ocultando el poderío de la base instrumental de la orquesta. Algún que otro desafino en el juego de guitarras de Kirk y James. Pero realmente nada grave a destacar, lo podemos incluir en el ancho apartado de “cosas del directo”.

También es destacable la inclusión de dos canciones de música clásica en el directo. La primera de ellas llega tras una larga introducción y se titula “Scythian Suite”, omitible en este disco. Y la segunda también recibe una larga introducción y es menos omitible pues en ella si colabora Metallica. La canción evidentemente instrumental se titula “Moslov: The Iron Foundry” y alcanza los 4:16 de duración.

Podemos discutir el repertorio pero no podemos discutir la variedad de cortes. Con clásicos, con canciones nuevas y con sorpresas. Porqué al final, un directo de Metallica acostumbra a contener sorpresas. ¿Alguien se imaginaría la inclusión de “(Anesthesia) Pulling Teeth” o “The Unforgiven III”? Curioso.

A fin de cuentas Metallica no necesitaba un S&M2, solamente querían conmemorar el veinte aniversario de la primera versión con un nuevo concierto de la misma magnitud y en vista del éxito, plasmarlo en directo para todos los fans. Porque si algo saben hacer es honrar al fan. Que si, que es marketing, que todo es por y para la pasta. ¿Y qué? Nadie es capaz de editar un disco en directo del concierto al que asistes y mandártelo por correo con un diseño de artwork especial para cada noche. Nadie es capaz de hacer púas personalizadas de cada concierto o intentar interpretar en directo una canción tradicional de cada país. Son tonterías si, pero nos agrada. Y por eso les queremos.

Beto Lagarda
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