Midnight Dew acaba de publicar su esperado primer larga duración titulado Alone in L.A, disco que se compone de ocho canciones. A sus espaldas, los de Barcelona, tienen ya tres EP’s publicados y un disco grabado en directo. En este primer larga duración, todos los miembros de la banda dejan su sello en cuanto a composición se refiere. Por otra parte, distintivo habitual en todo trabajo de Midnight Dew.
Alone in L.A. continua con la tendencia de grabar en vivo, tocando todos en directo en el estudio, en el mínimo tiempo posible (la economía es demoledora), y sin overdubs, lo cual facilita una idea de cómo suenan en directo. Se trata un álbum variado y adictivo, que te atrapa a la primera escucha, con melodías y vibrantes riffs. El primer corte “Going Down”, presenta un ritmo hipnótico, con un riff de guitarra recurrente, un teclado envolvente, un sonido de batería orgánico y natural. Una buena línea vocal sorprendiendo con los coros. Ya avisamos que las canciones, en su esencia, desprenden sentimiento y emoción. El sonido de la armónica, nos adentra en la balada “Driving Home”. Buenas vibraciones country, muy agradables y frescas, ideales para el imperativo camino de vuelta. La intro de teclado, nos presenta “I Wanna Make You Smile”, contiene un estribillo realmente pegadizo, que se podría colar en uno de esos conciertos multitudinarios, de esos que suelen llamar de arena rock o de estadios, aunque esta gente no arrastre a más de cuatro gatos. Es un tema en el que la guitarra vuela, y gran ejemplo de ejercicio emocional en su conjunto.
Pasamos al medio tiempo de “Whatever We Want”. Desprende un pop melancólico muy bien articulado. El punk rock a lo Ramones de “There’s Got to Be More” es un tema ideal, que no puede faltar en sus conciertos. Es divertido y entretenido, con una lírica crítica a la adicción de pantallas, redes sociales, del mundo virtual y de enfermizas competiciones. Midnight Dew, en cierta medida, expande su sonido en “Alone in L.A.”, lo cual suele ser interesante, aunque no tiene por qué. El colchón del teclado sustenta un tema que juega con un groove casi funk, embriagador, muy bien conjuntado, con buenos coros y segundas voces. En el siguiente corte, Midnight Dew aborda un tema bailable, con un toque disco: “Ready to Dance”. Pues eso, un, dos, tres; listos para mover los pies. El primer larga duración, finaliza con “What Can I Do”, con buen ritmo, y sorprendiendo con un fraseo de doo wop años 50, mientras se evapora el tema en la lejanía.
En términos generales, podemos constatar cierta evolución en cuanto a la calidad musical de la banda. Alone in L.A. es un disco que entra en vena a la primera. Ocho buenas canciones, trabajadas en equipo. Un puñado de temas, que saben a poco, y que nos dejan con ganas de más. Buena evolución de un grupo, presentando hasta el momento, quizás, su mejor trabajo.