A pesar de que en los últimos tiempos las películas y series televisivas de vampiros y hombres lobo estan en auge y causan sensación entre los adolescentes, parece que Moonspell no han acabado de saber conectar con las nuevas generaciones, especialmente si tenemos que basarnos en la media de edad del público que atrajeron en esta visita. Es posible que el metal gótico que practican los portugueses no sea el género más en boga entre la juventud, así que a pesar de hacerse acompañar de una banda fresca y más o menos moderna como son Der Weg Einer Freiheit, la inmensa mayoría de los asistentes ya no va a cumplir la treintena. El otoño ha estado repleto de giras interesantes, Moonspell son bastante habituales de ver por aquí, y este concierto cayó justo enmedio de un largo puente, pero a pesar de no ser su actuación más multitudinaria en la Ciudad Condal fueron capaces de congregar a unas 350-400 personas para llenar prácticamente la versión más reducida de la sala Razzmatazz 2, que contaba con una cortina que cubría aproximadamente un tercio de su aforo. Si alguien optó por no venir se perdió una actuación totalmente convincente que gozó de un muy buen sonido y que supuso un muy merecido homenaje al disco que los puso en el mapa hace justamente dos décadas.
Der Weg Einer Freiheit
Los post blackmetaleros Der Weg Einer Freiheit me parecieron una elección extrañísima para abrir esta velada. Moonspell acostumbran a venir acompañados de teloneros de un perfil más alto (Insomnium y Septicflesh en sus dos últimas giras, por ejemplo), y aunque los alemanes son una de las bandas jóvenes más interesantes del nuevo black metal europeo y personalmente es un grupo que me gusta mucho, no me imagino al fan medio de una banda de metal gótico como Moonspell, oscura pero melódica y accesible, sintiéndose especialmente cómodo con el black metal feroz y abrasivo de los alemanes. Es cierto que poseen una cantidad subyacente de melodía considerable, pero la música de Der Weg Einer Freiheit no es ni mucho menos para todos los públicos (y además cantan en alemán!). Aún así, a la que se abrieron las puertas, una considerable cantidad de gente se dirigió decididamente hacia las escaleras de acceso a la sala, y aunque no es que hubiera una respuesta especialmente apasionada del público, es innegable que la pista presentó bastante buen aspecto durante su descarga.
Compartiendo la batería del grupo principal y con poca más decoración que un telón negro con el bonito logo de la banda cubriendo la pared posterior del escenario, me llevé la primera sorpresa al ver que se presentaban como trío. Su bajista en estos últimos años, el italiano Giuliano Barbieri, dejó la banda en agosto, y a falta de encontrar un reemplazo satisfactorio estan actuando momentáneamente sin bajista. No me pareció oir un bajo demasiado definido en la mezcla, así que, aunque la pista pregrabada estaba ahí, la sensación es que su falta no se notó negativamente, con un sonido más que aceptable teniendo en cuenta que eran los teloneros y que su música es densa, ruidosa y fácilmente enmarañable. Los alemanes solo dispusieron de 40 minutos (muy poco para un concierto con solo un telonero), y debido a la longitud de sus canciones únicamente tuvieron tiempo para descargar cinco temas, cuyos patrones estan claros: black metal agresivo con voces brutales, estructuras y melodías post y shoegaze hipnóticas, emotivas y repetitivas que se entrelazan de forma natural con momentos acústicos, oscuros y melancólicos. Más allá de la música, consiguieron crear una excelente atmosfera gracias a un humo usado con gracia y moderación y a unas luces sencillas pero efectivas que me convencieron totalmente. El único pero que le pongo a su sonido y su ejecución fué que la voz de Nikita Kamprad me sonó bastate más monótona y forzada que en estudio, pero por lo demás, tanto el trabajo y la interacción entre las guitarras de Sascha Rissling y del propio Nikita como la base rítmica que Tobias Schuler imprimió poderosamente tras los parches me parecieron intachables.
Aunque tocaron un poco de cada disco, su último y excelente Stellar (2015) tuvo presencia claramente mayoritaria en el setlist. Abrieron con la preciosa y veloz «Eiswanderer», y también cayeron «Repulsion» y «Requiem». La primera, agónica y ambiental, es quizás el tema más gótico de su discografía y resultó especialmente apropiado para la ocasión, con un aire lento y melancólico y una presencia muy protagonista de voces limpias. La segunda, por su parte, mucho más bombástica y poderosa, fué la elegida para cerrar su breve concierto con cierta dosis de dramatismo, gracias a un bonito final acústico lleno de violas (aquí pregrabadas). También hubo sitio para uno de sus temas más representativos como es «Der Stille Fluss», perteneciente a su EP Agonie (2011), mientras que la sorpresa llegó de la mano de «Ruhe», bonus track de su disco de début, un temazo embrionario, crudo y corto para sus estándares, con una melodía preciosa y emotiva que se te clava en los huesos y que ya apuntaba años atrás hacia donde iba a ir esta banda.
Der Weg Einer Freiheit es un grupo que está creciendo a pasos agigantados y que ya ha pisado los escenarios barceloneses en tres ocasiones en el último par de años, incrementando la capacidad de la sala en cada ocasión. Me perdí su concierto en la BeGood, pero tuve ocasión de asistir a su última visita a principios de este año, cuando tocaron en la sala de al lado (Razzmatazz 3) junto a The Great Old Ones y los fantásticos Harakiri for the Sky. Aunque entonces ya me gustaron mucho, me atrevería a decir que su descarga de hoy fué aún más redonda y convincente, haciendo disfrutar a los fieles y despertando cierta curiosidad en gran parte de los asistentes que, estoy seguro, no les conocían en absoluto. Su discografía hasta el momento, formada por tres discos completos y dos EPs, es de una calidad y una coherencia excepcionales, y en directo son capaces de trasladar las melodías y los ambientes emotivos y agresivos que caracterizan su música con total fidelidad. Después del concierto me confirmaron que, una vez encontrado el bajista deseado, la intención es que su trabajo de estudio vaya a estar listo para el verano de 2017. Estaremos al tanto porque si siguen en la misma línea, apunta a pepinazo de una de las bandas europeas extremas a no perder de vista.
Setlist Der Weg Einer Freiheit:
Eiswanderer
Der Stille Fluss
Ruhe
Repulsion
Requiem
Moonspell
Debido a una promoción algo confusa, no estaba del todo claro qué es lo que Moonspell iban a venir a tocar en este concierto, solo un año y medio después de su última visita a Barcelona presentando su reciente y exitoso Extinct. A pesar de estar en pleno aniversario de su disco más icónico, un Irreligious que cumple dos décadas este año, el tour se llama «Road to Extinction», el cartel de la gira lleva los colores y la imagen gráfica de Extinct, y en nigun sitio se anuncia explícitamente el protagonismo que el disco de la portada naranja va a tomar en estas descargas. Para añadir dudas, en conciertos anteriores que la banda ha ofrecido durante este otoño (éste era solo el tercer show de esta gira como tal, que empezó en Murcia y Madrid un par de días atrás, así que no teníamos mucho donde agarrarnos) han ido tocando cosas muy distintas y setlists basados en diferentes épocas de la banda, incluyendo un show en Guimaraes a principios de diciembre en el que se marcaron un Wolfheart + Irreligious + Extinct al completo. Casi nada. El hecho es que mi impresión es que sí hubieran dado al homenaje a Irreligious el bombo que se merecía (como cualquier banda hace en este tipo de circunstancias) el evento se podría haber convertido y vendido como algo realmente especial, y probablemente hubiera arrastrado a algun que otro nostálgico más a la sala Razzmatazz 2.
Que estábamos ante una noche en la que tocaba recordar el pasado lo pudimos comporbar tan pronto se destapó el ojo de Horus que cubría el fondo del escenario y vimos las portadas de Wolfheart e Irreligious en los parches del doble bombo del forzudo Miguel Gaspar. Por lo demás, la escueta decoración se limitó a un par de pequeños estandartes con el bonito logo/tridente que la banda usó para Darkness and Hope y otro par de pentáculos invertidos a lado y lado de un escenario en el que no había amplificadores de ningun tipo. Como es habitual en ellos, el elemento decorativo más espectacular fué la estructura organística construida alrededor de los teclados de Pedro Paixao, ataviado con el característico sombrero de copa que ayuda a conferirle una presencia vampírica y seductora.
Aún sin tener del todo claro qué es lo que escucharíamos hoy, se apagaron las luces y empezó a sonar «Perverse… Almost Religious», que no podía sino servir de introducción para que la banda saliera al escenario para descargar del tirón «Opium», «Awake!» y «For a Taste of Eternity», los tres temazos que abren Irreligious y que parecen hechos para ser tocados juntos. Llegados a este momento Fernando Ribeiro nos sacó definitivamente de dudas para anunciar que la noche iba a estar dedicada a su segundo álbum, una noticia que, como os podréis imaginar, fué recibida entre gritos de alegría y aprobación. El carismático y magnético vocalista se mostró en todo momento muy cercano y comunicativo, dirigiéndose al público en su perfecto portuñol y demostrando que está en un estado de forma vocal perfecto, clavándolo tanto en las partes agresivas como cuando debe usar el tono baritonal y profundo que le caracteriza. En este sentido todos los miembros de la banda estuvieron magníficos y precisos, cómodos sobre el escenario y con una presencia y una actitud excelentes en todo momento.
Hay que decir que no fué del todo cierto que tocaran Irreligious al completo, ya que se saltaron la electrónica «Subversion», que supongo que de todas maneras habría sonado en cinta por los altavoces. Las que sí tocaron fueron la pegadiza «Ruin & Misery» y la poco habitual «A Poisoned Gift», durante la cual Fernando acabó embadurnado de una especie de agua espumosa. En «Raven Claws», y ante la falta de cantora femenina, Fernando confió en que el público tuviera las voces afinadas, y aunque contamos con la ayuda de la voz pregrabada de Birgit Zacher creo que no lo hicimos nada mal. Tras la icónica y poderosa «Mephisto», Fernando agarró un par de pequeños espejos circulares que usó para reflejar los focos contra el público al son de «Herr Spiegelmann». Llegados a este punto, y aunque aún faltaba un tema para completar el tracklist de Irreligious, decidieron hacer un pequeño parón y animarse a pegar también un breve repaso a Wolfheart, su disco de début. A la que vimos al vocalista luso salir al escenario ataviado con su capa de terciopelo granate ya nos intuimos que iba a ser el turno para presentarnos la oscura «Vampiria», un tema que al sol de media tarde del Rock Fest sonó algo cutrillo y juvenil pero que aquí funcionó perfectamente y motivó a todos sin excepción. Continuaron con lo que en el setlist tenían apuntado como «Folk», una etiqueta muy apropiada para la pareja que forman «Trebraruna» (un tema que personalmente no me gusta nada y que además no sonó especialmente bien) y «Ataegina», que puso la sala patas arriba con su ritmo alegre y bailable.
Para acabar este pequeño repaso a su primer disco y para cerrar el set principal, llegó el turno del anunciado como «el tema más importante que jamás hemos compuesto», un «Alma Mater» que todos coreamos como si no hubiera mañana. En conciertos anteriores y posteriores de esta gira han ido apareciendo en este tramo dedicado a su disco de début temas como «An Erotic Alchemy» o «Lua d’Inverno», y para mi sorpresa se ha ignorado sistemáticamente lo que a mi juicio son no solo las mejores canciones de Wolfheart, sino también algunas de las más brillantes de su carrera, como son la impresionante y épica «Wolfshade» y las no menos magníficas «Love Crimes» y «Of Dream and Drama». Después de la retirada de rigor y de los gritos y vítores del público reclamando su vuelta, los componentes de Moonspell retornaron al escenario para ofrecernos un bis centrado en su época más reciente, empezando por la oriental y gótica «Breathe (Until We Are No More)» y la aclamadísima «Extinct» que dá nombre a su último álbum, cuya espectacular aceptación entre el público me sorprendió bastante. Para mi alegría, no se olvidaron de la bombástica y agresiva «Night Eternal», un tema casi blackmetalero que se ha convertido probablemente en mi favorito de sus últimos años y en la que no pude mantener el cuello y las greñas quietas. Para cerrar, cómo no, recuperamos el trocito que nos habíamos dejado de Irreligious. El poderoso «Full Moon Madness» es uno de los temas más completos y épicos de su carrera, con un estribillo mítico que hizo levantar un montón de puños, un solo fantástico y una parte final absolutamente apoteósica y machacona que puso el cierre perfecto a la hora y media que duró la emotiva descarga de los portugueses.
Como fan y como cronista el concierto me pareció fantástico: un montón de temas que me encantan desde siempre y que tengo totalmente interiorizados son garantía de entretenimiento, nostalgia y disfrutable diversión. Como fotógrafo, en cambio, el evento me pareció absolutamente frustrante. Como seguro que sabréis, el límite para las fotos en aquellas salas que, como la Razzmatazz 2, cuentan con un cómodo foso en primer línea para realizar nuestro trabajo, está en las tres primeras canciones. En este caso, «Opium», «Awake!» y «For a Taste of Eternity» sonaron enlazadas y estuvieron iluminadas por una permanente y oscura luz roja, así que la variedad que pudimos obtener fué prácticamente nula. En casos como éste, hubiera sido casi de agradecer que no hubiera habido foso (es decir, más incomodidades pero total libertad de tiempo), tal y como pude ver que pasó en Madrid el día anterior. Para más inri, cada vez que Ricardo Amorim se animaba con un solo era iluminado por un foco blanco que resaltaba nítidamente su figura y su también blanca Les Paul, lo que hubiera sido genial, pero por desgracia, los tres primeros temas de Irreligious no tienen solos. Pero bueno, una anécdota y un lamento que tampoco tiene demasiada importancia, ya que para el fan (que es el que importa) creo que no hubo ningun motivo para quejarse de la descarga de hoy. Moonspell no estarán de moda, pero sobre el escenario ofrecen una solvencia absoluta y cuentan con temazos bailables y pegadizos para parar un tren.
Setlist Moonspell:
Perverse… Almost Religious
Opium
Awake!
For a Taste of Eternity
Ruin & Misery
A Poisoned Gift
Raven Claws
Mephisto
Herr Spiegelmann
Vampiria
Trebraruna
Ataegina
Alma Mater
—
Breathe (Until We Are No More)
Extinct
Night Eternal
Full Moon Madness
Artículo publicado originalmente en http://www.metalsymphony.com/moonspell-convence-a-barcelona-de-las-bondades-de-su-irreligion/
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día.
Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.