Morgan – Hotel Morgan

Nuestra Nota


8 / 10

Ficha técnica

Publicado el 31 de enero de 2025
Discográfica: North Records
 
Componentes:
Carolina (Nina) de Juan – Voz
Paco López – Guitarra
Willie Planas – Bajo
David Schulthess – Teclados
Ekain Elorza – Batería

Temas

1. Intro: Delta (2:06)
2. Cruel (3:35)
3. Error 406 (4:13)
4. El jimador (4:03)
5. Radio (5:45)
6. 1838 (3:44)
7. Arena (2:44)
8. Pyra (4:37)
9. Jon & Julia (3:50)
10. Altar (3:40)
11. Final (2:04)

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Reseñar un disco de una de tus bandas favoritas del panorama nacional de los últimos tiempos es algo que siempre abordas con cierto temor por el saber qué te vas a encontrar. ¿Y si no cumple tus expectativas? Sentir que te pueden haber “traicionado” es algo más complejo de aceptar cuando el que lo hace es tu pareja de baile y no la de otro, o al menos así lo siento yo.

Y mientras todos estos miedos me rondaban la cabeza llegó la esperada fecha de la salida oficial del cuarto disco de estudio de Morgan, 31 de enero, y con ella el momento de enfrentarse a ellos. Una primera atenta audición me dejó un tanto fría, casi tanto como la imagen que decora la portada de su disco. Hotel Morgan se ubica en un país nórdico, y aunque en ella parece brillar el sol, lo hace con cierto halo de tristeza. Esa primera visita al hotel no hizo que sintiera el calor del hogar que esperaba de forma inmediata, así que, antes de que el pánico se apoderara de mí del todo, decidí salir a tomar algo de aire.

Y aunque me ha costado volver a entrar, no ha sido hasta que he reflexionado sobre lo que no estaba bien ahí que no he decidido darle una nueva oportunidad. Benditas sean esas nuevas oportunidades.

Toda relación (incluso musical) debe alcanzar cierto grado de madurez, y no siempre los integrantes de esa relación evolucionan al mismo ritmo o de la misma manera y no por ello debemos tirar la toalla, sino que debemos intentar entender los motivos del otro.

El caso es que, si te enamoraste de Morgan por ciertas características que los hicieron tan especiales en su momento, en su nuevo disco y debido a su eclecticismo en parte, cuesta reconocerlas. Son muchas las premisas de antaño que se han diluido un tanto, sin embargo, una de ellas, según mi entender, sigue destacando por encima de todas.

Si alguna vez en el pasado habíamos hablado de Nina de Juan en términos de un diamante en bruto, aquí sin duda la apuesta ha ido en esa dirección totalmente, en aprovechar que ya está más que pulido y que brilla a rabiar. Morgan se ha volcado en ella, en arroparla y dejar que su buen hacer vocal impregne todas las habitaciones del hotel, poniendo el resto de los músicos y sus canciones a su servicio. Es quizás ese pack completo, más igualitario y equilibrado entre todos los miembros de la banda, lo que en mi caso creo echar en falta. Y sí, siguen existiendo momentos capaces erizarme el vello, aunque con menos frecuencia que en el pasado y no de una manera tan automática. La inmediatez a la que estamos acostumbrados, esa adicción a las emociones instantáneas es la que me ha jugado una mala pasada con Hotel Morgan en sus primeras audiciones, porque hay que darle más de una escucha para su completo disfrute.

“Delta” resulta la transición temática que le une a su disco anterior, The River and the Stone (2021), en el que el río abandona su condición de río y pasa a formar parte de la vastedad del mar, reforzando la idea de lanzarse a por algo mayor. Nina en voz única y en múltiples capas y sus teclas son las encargadas de ponernos en situación antes de encarar una de las primeras joyas contenidas en el disco: “Cruel”. De carácter acústico, logran combinar con maestría un ritmo alegre con la melancolía propia de la voz de Nina y sus introspectivas letras, que abusa intencionadamente del doblado de su voz para realzar la emotividad, alcanzando su zénit en un final de piel de gallina.

Nos damos cuenta por primera vez desde el inicio del álbum que aún no se ha usado el idioma habitual en la música de Morgan, el inglés, cuando entran las primeras notas de “Error 406” y regresan esas viejas sensaciones de hogar. Tema lento e introspectivo para el lucimiento de Nina, quien, en mi opinión, va a tener un problema cuando quiera reproducirlo en directo debido a la sobresaturación de su propia voz en las estrofas, si por algo destaca es por un maravilloso puente en clave jazzística y orquestada que es toda una joya en sí mismo.

Siguen contándonos historias en inglés en “El Jimador”, un medio tiempo acústico bastante en la línea de trabajos anteriores que trasmite algo más de luz y brillo respecto a lo anterior.

El desarrollo de “Radio”, a continuación, esconde mil y una gratas sorpresas. Nos podemos perder en positivo en su inmensidad pues hay giros y contrastes muy interesantes que hacen de él un tema superlativo. Aquí hay atrevimiento del bueno y del que nos declaramos totalmente a favor.

Y paso del disfrute absoluto a un aprobado con “1838”, tema al que no le acabo de encontrar el punto. Hay cierta modernidad en la sección rítmica que no es santo de mi devoción y me impide sentirme cómoda con su audición.

Para los que hemos disfrutado de los directos de Morgan en el pasado sabemos a ciencia cierta que “Arena” a continuación va a ser un firme candidato a cerrar sus espectáculos, pues tira de una fórmula que ya han usado con anterioridad y funciona a las mil maravillas. Acústica y la voz de Nina a pelo marcándose un blues clásico ¡en castellano!, tiene toda la pinta de ser el digno sucesor de “Marry You” en esos próximos conciertos que ya esperamos con ansia. Se siente espontáneo llegados este punto del disco, y nos muestra una vez más que la desnudez de la voz de Nina es suficiente para hacernos viajar allá donde se lo proponga.

“Pyra” juega con las voces dobladas una vez más, sumándose esta vez una de masculina a la ecuación. Contrastando atmósferas, no es hasta su final en clave gospel donde descubrimos su verdadera intencionalidad.

Una nueva sorpresa inesperada viene de la mano de “Jon & Julia” donde se aparca momentáneamente el protagonismo vocal de Nina en favor del de Paco López. La cosa les queda la mar de elegante y sugerente, y aunque rezuma sonoridades clásicas, también hay elementos modernos que suman y con los que, esta vez sí, comulgo.

Guitarras de aire retro reciben a “Altar”, un tema muy percusivo que combina acústica con esas sonoridades más añejas y que incluye como novedad un solo del guitarrista Steve Hunter (conocido por haber colaborado con Alice Cooper, Lou Reed, Aerosmith y Peter Gabriel) como broche de oro.

Y ahora sí, llegamos al final literal con “Final”, un último breve corte de despedida tristón que rubrica el trabajo sin dejarnos arriba, sino abajo, muy en la línea del tema de inicio a modo de cierre de ciclo. Como venimos apuntando regularmente durante el trascurso de este disco, vuelven a ser las múltiples capas vocales de Nina las protagonistas absolutas del tema, dejando la instrumentación a mínimos ambientales para que puedan volar por encima de ellos.

En general, tengo la sensación de que Hotel Morgan se ha contagiado del espíritu nórdico donde fue concebido, el Ocean Sound Studio en Giske (Noruega), y que hay mucha atmósfera introspectiva ahí ganando la partida a esos pocos temas con un aire más alegre. Seguro que si este hotel hubiera estado ubicado en latitudes más cálidas, hubiera dejado entrar un poquito más de luz. ¿Disfrutable de todas maneras? ¡Por supuesto! Al fin y al cabo, son Morgan, y eso son palabras mayores.

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Sobre Susana Masanés 189 Artículos
Aficionada a la música y los viajes, aunque no sabría decidir en qué orden. Cuando los combino, ¡lo más! Amante de aprender cosas de allá donde vaya, soy un poco la suma de los lugares que he visitado y las experiencias vividas. Daría la vuelta al mundo de concierto en concierto si de mi dependiera, pero las limitaciones terrenales me mantienen aquí y ahora, así que, ¡a sacarle el máximo partido!