El nuevo proyecto de Alex Bace con MorphiuM era un esperado regreso, entre otros motivos, para ver y escuchar metal en La Mirona. Un servidor se moría de ganas de fotear un bolo de metal, aunque sea con público sentado y con sequedad en la garganta por no poder echar una cerveza por el gaznate.
Tal y como dijo Quim Marcé, el director de La Mirona, al finalizar el concierto: “En ningún momento sufría por el comportamiento del público metalero.” Así fue, un ejemplo del que tomar nota.
Alex Bace tenía las mismas ganas que nosotros de mostrar en casa su nuevo proyecto, The Fall,
Ha merecido la pena esperar tanto desde The Blackout, allá en el 2016. Aunque con cambio de músicos, que no tanto de estilo, siguen sorprendiendo sobre el escenario.
Grabado en Art Gates Records, este nuevo trabajo destila nu-metal sin dejar de ser de lo más cañero del metal nacional. Hablamos de una de las bandas metaleras con mayor proyección que no deja de trabajar dentro y fuera del estado.
Traen una puesta en escena trabajada, como ya estábamos acostumbrados en los conciertos de MorphiuM, ambiente oscuro y espeso por el humo con luces tanto cegadoras como oscuras en cualquier momento y esos saltos tan inesperados como esperados de Alex, aunque sabíamos que esta vez la «trucha» no podía saltar al público como nos tenía acostumbrados, esa es alguna de las cosas que no podemos disfrutar del nuevo metal con sillas, pero volverán tiempos mejores gracias a los esfuerzos de músicos, salas y promotores.
Tras una intro pregrabada, aparecen en el escenario con la única iluminación de la batería con una gran pancarta de fondo, empieza a tronar la sala.
Escuchábamos temas nuevos de The Fall entre agradecimiento para los anteriores miembros de la banda, que presentes en la sala, se hacen notar; era una fiesta para todos. Si bien algunas bandas han adaptado su show a estos nuevos tiempos de sillas y distancias, no se trata del caso que nos ocupa, las sillas tuvieron que soportar el peso y los cabeceos de los metaleros reprimidos, pero entregados.
Alex no dejó de animar al público, aunque no era necesario; incluso en algún momento les invitó a ponerse en pie sobre las sillas, cosa que cortó pronto como buen profesional que es y conocedor de la situación actual.
A mitad del concierto contamos con la presencia destacada de Māra Lisenko, voz letona y metalera que colaboró en la grabación de este nuevo trabajo, y que nos deleitó cantando “Burn My Skin”. Con movimiento de cuello incluido, haciendo rodar su larga melena al más puro estilo metalero, nos regaló unos momentos que a su vez nos recordaron con cariño los tiempos con Lur.
Concierto disfrutado que nos deja una inevitable espera hasta octubre para volver a disfrutar de los mismos MorphiuM junto a Crisix reventando La Mirona en el Veneris Metallum que esperamos sea sin sillas y con cerveza.