Mi historia con el cuarteto barcelonés Mourn es digna de conocerse…
Es sabido por ahí mi sangre caliente para muchas cosas, pero la que más, desgraciadamente, la boca. ¡Bocazas, que soy un bocazas! Y así se lo hice saber a la banda después de verles en directo y que la baba me llegara a los pies y lo atravesara cual sangre de Alien.
Yo, que había comentado (en petit comité, encima, a lo cobarde) que era un grupo conocido gracias al padre de dos de las componentes, cogí esas palabras, y me las tragué, las vomité y me las volví a tragar, por listo, y bocazas. Mourn están donde están por un esfuerzo y una creatividad sin límites, su savoir faire es único y su poder para transportarme a los 90 es totalmente perfecto. Ya les he visto varias veces y, siempre que pueda, allí estaré, porque si en disco son buenos, su directo es fuerte, con mucha actitud y arrollador.
Ahora sí, vamos a por Sorpresa familia (2018), su flamante nuevo disco y ya tercera referencia. Si conoces a esta banda, más o menos puedes esperar que vas a escuchar, pero no… ¡NO! Joder, os he hablado de creatividad, CRE-A-TI-VI-DAD! Y si amigos/-as han vuelto a hacerlo, han vuelto a dar otra vuelta más al grunge/shoegaze/post patrio, que sí, que sigue la estela de sus anteriores trabajos, pero con muchas novedades. No hablaré tema por tema porque no sé tanto y ya soy bastante chapas en general, pero si os diré que el hilo conductor que nos coge de la mano por este Sorpresa Familia es, guardando las distancias, muy diferente a su anterior referencia. Creo que si de colores se tratara, este álbum, aún teniendo muchos contrastes, sigue siendo de una paleta de colores que tienen una armonia impresionante, envolvente y oscura, además, que se atreven (¡gracias!) con un tema en su lengua materna, novedad en Mourn que siempre han cantado en inglés, como varias novedades que nos alejan de sus anteriores canciones.
En Sorpresa familia encontraremos tipos de estilos que no se asemejan a los que nos tenían acostumbrados (sigue el griterío, y ese bloque tan bien amoldado, no te equivoques) y siguen escalando en voces, coros y técnica, pero de una forma más macerada y quizá, más controlada. Las líneas dominantes del disco crean una cierta discontinuidad que hace que no sepas qué va a pasar en el próximo tema, y por si te lo preguntas, aunque podamos meter todos los temas en el mismo saco, cada uno es diferente a los demás. Y es que pienso que si algo tienen esta gente que las coloca muy por encima de la media, es su técnica y su gran arrojo por una experimentación sin límites; si conoces sus anteriores trabajos, te habrás dado cuenta.
El cuarteto ama el riesgo, y así nos lo hacen saber en este trabajo, su madurez impregna cada una de sus canciones y su manera de hacer las cosas les pone dónde deben estar, en boca de todos, y girando por medio mundo. Sus semejanzas con grupos noventeros quizá pasan ya a ser ellos mismos, ya no hace falta que nos recuerden a Dinosaur Jr, ni a Breeders, ni a Babes in Toyland, ni a Sonic Youth (cosa que agradeces cuando ves a un grupo tan joven y con una actitud tan previa a los 2000). Ahora, Mourn nos recuerda a Mourn, y si quieres entrar en su mundo sin salida, dale play a Sorpresa familia, entra y, por favor, cierra la puerta que aquí estamos muy a gustito con este nuevo trabajo.
Ah, y he de decir, que me encanta la sonrisa de Leia en la magnífica fotografía de la portada. Para de leerme, joder. Busca este disco, una cerveza, siéntate y disfruta del nuevo trabajo de los/las imparables Mourn y date cuenta que estás delante de un grupo ENORME que esperamos que sigan subiendo escalones a pasos agigantados.
No sé hacer fotos y no sé escribir, pero voy a conciertos e intento dejar un recuerdo de esos grandes momentos.