A la hora de enfrentarse a grabaciones cortas (EP’s, demos y compartidos) hay que tener muy en cuenta el contexto que le precede. No es lo mismo sentarse a valorar una demo de una banda recién despegada, a los clásicos compartidos de según que géneros (crust, grindcore, etc) o los propios EP’s, donde a grandes rasgos, muchas de las veces, las bandas ofrecen una visión o recorrido diferente frente a los elepés. Aunque con matices. Ese, es el caso de Don’t Walk on the Mass Graves, un EP compartido entre los irlandeses Mourning Beloveth y los alemanes, The Ruins Of Beverast. Bandas estilísticamente dispares, aunque con una propuesta musical que casa a la perfección para el cometido que se nos presenta.
En la cara A, tendremos al quinteto irlandés, quienes, tras 5 años de silencio, vuelven a dar señales de vida en forma de este tema, “Saw a Dying Child in Your Arms “. Estoy seguro de que algunos de los lectores, se les hará muy reconocible el nombre de esta banda, pues no son unos desconocidos para el público nacional, tras su paso por la segunda edición del Madrid is the Dark Fest de 2010 (¡nos hacemos mayores!) o en aquella gira a su paso por España con Morgion y The Prophecy en 2003.
Pasarán los años y su propuesta seguirá inalterable. Y es que estos veteranos, seguirán siempre ligados al death/doom clásico británico. Lento, agónico y de atmósfera melancólica, haciendo un paralelismo literario, que recuerda a la epopeya de los años ’90 cuando el género comenzó a despertar y crear un trademark para la historia con el triunvirato conformado por los Anathema, Paradise Lost y My Dying Bride. Quizás la gran y única novedad de este tema de más de 9 minutos, es el haber dejado de lado las voces guturales en un primer plano (aunque en la mezcla, en la parte final del tema, se atisba la presencia de algunas voces de dicho estilo a modo de colchón/fondo), siendo la voz melódica la gran y única protagonista de la canción. ¿Quizás sea un guiño para un hipotético nuevo, disco? Veremos…
Mientras, en la cara B, irrumpe la mente maestra detrás de The Ruins of Beverast, esto es, el músico Alexander von Meilenwald. Se cumple a ciencia cierta lo expuesto al comienzo de este escrito, pues tenemos el sonido original de Meilenwald, pero con ligeros matices.
Abiertamente reconozco ser un fiel seguidor y entusiasta de TROB desde sus pretéritos tiempos allá entre 2003/2004 con la irrupción de su primer larga duración y gestación del hoy en día admirado sello discográfico subterráneo, Ván Records. Por lo que, huelga decir, que el solitario alemán siempre aprovecha este tipo de coyuntura a nivel de grabaciones cortas (EP’s, compartidos, etc) para dar siempre una vuelta de tuerca a su sonido. Con experimentaciones, caras B o inclusión de nuevos elementos a su música. Puede que luego le valga ese ejercicio en perspectiva una vez plasmadas sus ideas, para reinventarlas y usar dichos recursos en sus nuevas obras. O quizás no. Fuere lo que fuere, es que “Silhouettes of Death’s Grace” encaja perfectamente en esa aseveración y nos transporta por momentos a ciertas y viejas sensaciones de su Rain Upon The Impure y/o Foulest Semen of a Sheltered Elite (segundo y tercer trabajo respectivamente), con una siniestra y fascinante canción, cuya negruzca atmósfera, cadencia doomie y las viciosas voces te atrapan sin igual. Y es que la cita menos es más, aquí, se cumple a rajatabla. Por lo pronto, veremos en este 2021, que nos traerá The Thule Grimoires, su sexta larga-duración.
Otra de mis pasiones es la prensa escrita musical. Con sus luces y con sus propias sombras. Poseo una dilatada experiencia en medios como el extinto Pitchline’Zine (2005-2016) del que fui redactor-jefe o Subterraneo Zine (2017-2019).