Curioso aniversario el que nos encontramos hoy. Curiosa también, son las emociones intensas que nos hace revivvir la música.
A much@s posiblemente les sorprenda este aniversario, pero amig@s, las apariencias engañan. Eso fue lo que me ocurrió cuando unos íntimos amigos, a los que les agradezco tantas cosas en esta vida, me pasaron una copia del disco que nos ocupa.
Mürfila asaltó, hace ya 20 años, las listas de Los 40 Criminales con un discazo de rock directo, aparentemente banal y una actitud arrolladora que ha ido mutando en el tiempo sin perder esa rebeldía que le ha caracterizado en toda su carrera. Pero, ¿quién es Mürfila? El alter ego de Mar Orfila que durante los diez años siguientes a la publicación de este Vamos a hacer pupita (2004), sacó cinco discos en los que desarrolló sus inquietudes musicales sin perder la esencia rebelde y rockera que la caracterizó.
Tras un parón musical, se decantó en otras inquietudes artísticas como la realización, la producción audiovisual y la interpretación, inquietudes artísticas que ya había compaginado con la música pero a la que dedicó toda su energía tras la publicación de su último trabajo Terrífica (2014), que a finales de este año cumplirá su décimo aniversario. En la actualidad, Mürfila comparte protagonismo con Jordi Way en la banda de electropop Trezor.
Antes de convertirse en Mürfila, Mar formó parte a finales de los 90 de la banda de rock Örn, con temas en inglés, muy influenciada por los sonidos de la época, llegando a grabar una maqueta bajo la tutela del ex Los Rebeldes Aurelio Morata. Años más tarde también arreglaría los primeros temas de la compositora catalana convirtiéndose en el primer disco de Mürfila, bajo la producción de Aurelio, a través del sello Sony. Tres meses más tarde de la llamada, se encontraba inmersa en la grabación de Vamos a hacer pupita.
Es innegable que con el apoyo de una gran multinacional, en una época en pre streaming, la promoción importa consiguiendo entrar en las grandes lista de las radiofórmulas de la época con el single “Loko”, algo que sirvió para conseguir una suculenta venta de discos, algo impensable hoy en día. Trabajo y promoción obtuvieron sus frutos llegando a situarse en la posición 17 de las listas de ventas según la antigua AFYVE, actualmente PROMUSICAE (Productores de Música de España).
Dicho apoyo de discográfica y público consiguió que su potente y enérgico directo recorriera la península teloneando a Fito y Fitipaldis durante la gira de presentación del disco Lo más lejos a tu lado (2003), llegando a dar el salto a Alemania y México.
De este disco se extrajeron varios singles a parte de “Loko”, del cual Mürfila estuvo también implicada en la creación del videoclip. Al mencionado single le siguieron “Mi guitarra quiere rock”, “Caracol” y “Caperucita”, los cuales sonaron intensamente en la época y que vinieron acompañados de sus respectivos vídeos.
Pero dejando a un lado las referencias a listas, ¿qué tiene de interesante este disco? Muy mucho, una vez dejas a un lado la cutre imitación del gran Chiquito de la Calzada al pronunciar el título.
Vamos a hacer pupita muestra una actitud arrolladora bajo una frágil apariencia que escupe afilados mensajes bajo letras aparentemente sencillas y banales. Solo hay que rascar un poco, no demasiado, para que salga a relucir esa rebelde que toma la iniciativa ante la vida y el sexo, que no se encoge frente a una sociedad que ya empezaba a cambiar pero que no estaba del todo acostumbrada a que una mujer gritara ciertas reivindicaciones. Amigas que reivindicáis a Rigoberta, acercaos a Mürfila.
El disco, con una portada no demasiado agraciada pero con una bella contraportada que podría recordar a Alicia en el país de las maravillas (no del Metalverso), se mueve alegremente entre el pop y el rock más alternativo, llegando a verse las influencias del grunge y el indie que tanto gustaba a la joven Mar. No hay que negar que la primera mitad del disco es un auténtico disfrute, ya no solo por la pegadiza y eléctrica “Loko” flotando en reggae y ska que sirvió de single junto a “Mi guitarra quiere rock”, con su sugerente propuesta que invita a gritar como una puta loca como diría Robe.
La inquietante “Caperucita” atrapa sin piedad con un estribillo que te asaltará en cuanto más tranquil@ estés. Aún tengo dudas de si hay que temer al lobo.
De nuevo volvemo a la fusión reggae / ska en el chute de energía positiva que es “Súbelos”. Vuelvo a repetir que las apariencias engañan, pues nos encontramos ante un mensaje motivacional que invita a morder la vida.
La frágil “Caracol” va cogiendo músculo en su desarrollo para no caer en el desamor, otro canto a la vida para salir del pozo.
Posiblemente a l@s cuarentonxs / cincuentonxs que escribimos y leemos estas líneas hoy en día no nos lleguen muy dentro estos temas, pero situémonos en la época, con veintipocos años esto hacía vibrar. Si lo vivimos entonces, aún nos revuelve por dentro.
“Mírame” sigue la estela y la estructura de “Mi guitarra quiere rock”, fusionando rock y electrónica in crescendo para pasar a la por momentos popera ”El hombre” pero siempre sacando su lado más enérgico.
Volvemos al reggae para la sugerente “Dame chocolate” con su rockero y saltarín estribillo. Despeinad@s llegamos a la melancólica “Y lloré” seguida a rebufo de “Con pasteles”.
Si hay algo imperante en todas las canciones de Mürfila,es su alegre y motivador final, llegando a despejar la melancolía, dejando un esperanzador regusto.
¿Qué mejor final que con un revolcón? Pues así de felices acabamos con la divertida “Que’ lo que te pasa”. Amig@s, demos rienda suelta a nuestros instintos en complicidad y con consentimiento. Generemos endorfinas.
En definitiva, en una época donde la crispación está a flor de piel y donde damos tanta importancia a nuestra salud mental, es de vital importancia reivindicar trabajos que incitan a gritar y saltar, pero sin perder ni un ápice de reivindicación. Si en su día este trabajo no te enganchó posiblemente ahora no lo haga por estilo, pero sí te invito a que te acerques a cualquiera de sus trabajos, más maduros y llenos de nuevas influencias.
Amante del metal en su variedad de estilos. Vivo con la esperanza de poder llegar a viejo acudiendo a salas de conciertos y festivales. Si los rockeros van al infierno, que me guarden sitio y una cervecita.
Salud y Heavy Metal.