My Dying Bride están de vuelta tras un turbulento último lustro. Cinco años en los que la estabilidad de una de las bandas punteras de la escena death doom se vio amenazada por circunstancias de salud muy graves. La hija del vocalista Aaron Stainthorpe, de tan solo cinco años de edad, padeció un cáncer, y como no hay nada más importante que la familia, My Dying Bride se tomaron un receso sin fecha de retorno.
Pero la fatalidad no llegó solitaria, ya que en 2018, el guitarrista fundador Calvin Robertshaw abandonó sin previo aviso la formación, y por si eso no fuera poco, el batería Shaun Taylor-Steels también se bajó del barco. Todo ello no fue un impedimento para que, una vez solventado todo, My Dying Bride se reagruparan con unos nuevos guitarra y batería, y entraran en el estudio a preparar su nuevo disco, este que aquí nos ocupa.
The Ghost of Orion (2020). Así es como se titula el regreso de la banda de Halifax, su décimo cuarto álbum de estudio. En él encontramos ocho canciones para un total de 56 minutos. Y la dinámica y tendencia que domina el plástico es la oscuridad, el frío y el dramatismo más extremos. Pero la belleza que en él hay impresa es tan suculenta como necesaria. La suma de factores hacen del disco una obra preciosa. Pero no todo es bueno, ya que hay temas que tienden a perder su fuerza por su desmesurada longitud. Sí, My Dying Bride no es una banda de temas cortos, pero en esta “nueva” faceta de oscuridad y melancolía épica se detecta cierto alargamiento innecesario de algunas canciones, sobre todo el la segunda mitad del trabajo.
También voy a incidir en dos canciones que son puramente de relleno, o bien un servidor no ha logrado conectar con ellas. “The Ghost of Orion” y, sobre todo, “The Solace” hacen perder fuerza innecesariamente al disco. Por lo demás, dejaros seducir y disfrutad de unas magníficas “Your Broken Shore”, “To Outlive the Gods” o “The Old Earth”. Las tres son canciones que rozan la perfección sonora y sensorial, siendo la primera -que además abre el disco- una demostración perfecta de cómo la banda domina su peculiar estilo más allá de los límites.
My Dying Bride regresan con una fuerza que es capaz de erizarte la piel y más cuando piensas en lo que Aaron ha sufrido estos últimos años. The Ghost of Orion es un trabajo notable que, con algo más de mimo, podría haber sido excelente. Aún así, nota alta para el regreso de los ingleses.