Ya tocaba que Amalie Bruun nos regalara un nuevo disco de Myrkur. La reciente actividad este 2023 a través de la banda sonora Ragnarök para The Royal Theater of Denmark hacía presagiar que algo se movía. Desde aquel excelente Folkesange de 2020 que no teníamos noticias de ella.
La visión artística de Myrkur hace tiempo que realiza malabares entre el black metal y el folk danés mediante su propia esencia espiritual, aunque Spine (2023) se desvía de sus predecesores. Se trata de un disco que se deleita en la dicotomía, entre la conexión y el vínculo humano entre madre e hijo (fruto de su maternidad) y la aceleración de los tiempos que corren.
Son justo 34 minutos en donde el inicio nos recoge desde el citado Ragnarök con «Bålfærd» (que significa «funeral vikingo») con una instrumental de puro folk que te puede hacer levitar. Sirve como prólogo al éxodo musical que se nos presenta abriendo con «Like Humans», compleja y a la vez accesible con un pop metalizado con todo tipo de texturas, así como la siguiente, «Mothlike», en donde incluso el dance toma protagonismo dándose la mano con los blast beats típicos del black metal.
«My Blood Is Gold» se muestra más siniestra con todo el protagonismo a los pasajes instrumentales a modo de banda sonora, con la voz de Amalie susurrando diferentes texturas. El tema-título «Spine» nos devuelve la instrumentación folk junto con el piano; si algún protagonismo acapara el disco son las voces en todo su esplendor. Aquí el sonido black se vuelve épico. Llama la atención como las partes de black metal han sido tratadas con el sonido primigenio del estilo. Crudo, rudo, sin excesos sonoros pero cruelmente fiero. Nada de bombos y baterías sobreproducidas y guitarras megapresentes. «Valkyriernes Sang» nos lo muestra siendo la pieza más puramente black y la única interpretada en danés.
«Blazing Sky» sería ideal para alentar a todo un ejército ante la batalla. Cadencia pesada marcando cada tiempo. «Devil in the Detail» se marca un in crescendo que va de las melodías pop y folk al blast beat descarnado, y la final «Menneskebarn» devuelve la paz en forma acústica. Chelos acompañando una voz más poderosa de lo que muestra y capaz de sugerir tantos paisajes sonoros que se antojan infinitos. Pieza especialmente dedicada a su hijo.
Spine confirma, sin duda, a Amalie Bruun como una de las fuerzas musicales más poderosas y mágicas de la escena.