Napalm Death no nos dejan respirar, y eso al final nos apasiona. Los de Birmingham nos apabullaron hace relativamente poco con su último disco titulado Throes of Joy in the Jaws of Defeatism (2020). Un disco mayor que se coló directamente entre los mejores de su ya dilatada carrera.
Los ingleses, padrinos del grindcore y deathgrind, regresan para ofrecernos un epílogo de su aclamado último trabajo. Se trata de un EP de media hora de duración en el que la banda rescata canciones que no tuvieron cabida en Throes of Joy in the Jaws of Defeatism pero que, según ellos, eran dignas de ver la luz en uno u otro formato. ¡Y vaya canciones!
Es evidente que la banda de Embury vive una segunda juventud y el nivel de los discos de su última etapa son elementales a la par de brutales. La intensidad con la que la banda vive por y para la música se puede ver tanto en sus canciones como en sus destructivos shows en directo.
Resentment Is Always Seismic comprende seis canciones originales más dos versiones totalmente imprescindibles. “People Pie” de la banda SLAB! nos muestra un desemboque a la locura de unos Napalm Death soberbios.
El EP, a parte de ofrecernos la mejor versión de los ingleses, nos muestra su faceta más innovadora y alocada. Canciones pesadas que se entrelazan con momentos de pura locura como en “Man Bites Dogged”, una de las mejores canciones que he escuchado de la banda en siglos. Momentos álgidos también los encontramos en “Slaver Through a Repeat Performance”, con una velocidad de vértigo constante adornada por unos coros malévolos muy poco comunes.
El trio oficial -ampliado a cuarteto para todos los otros menesteres- cuenta con la inestimable presencia de Barney, amo de las voces, de los berridos. Todas sus actuaciones se cuentan en victorias. Sin duda, es el amo del grindcore. Mientras que Shame Embury da rienda suelta a toda su imaginación para componer algunas de las canciones más diferentes de toda su carrera.
“Resentment Is Always Seismic (Dark Sky Burial Dirge)”, con sus seis minutos de duración, nos ofrece una versión más industrial de la banda que podría bien pasar por una pieza de Ministry. Melódica y pesada, la canción que cierra el EP, es una buena muestra de la capacidad de adaptación de Napalm Death a registros menos afines a ellos. “Narcissus”, por contra, nos destroza al más puro estilo de Napalm Death. Death metal duro, rudo, violento e intenso. Una canción perfecta para romperte la cabeza. Algo parecido pasa con “Resentment Always Simmers”, death puro, avasallante y punzante.
En resumidas cuentas, Napalm Death se han reinstalado en la cima y, cuales Reyes Midas, todo lo que tocan lo transforman en oro. Este EP no es menos que cualquiera de sus mejores trabajos. Su buen hacer no conoce límites y aquí nos demuestran que pueden con todo y más. Un EP imprescindible.