Nashville Pussy lideran el festival In-Somni a base de rock ‘n’ roll sucio

Dentro del marco del festival In-Somni, que más bien es un ciclo de conciertos, teníamos uno de Nashville Pussy en la barcelonesa sala Wolf. Los de Georgia ya son unos grandes del rock ‘n’ roll más guarro y ruidoso, y nos dejaron claro por qué con su descarga. Son fechas complicadas, pero suficiente gente respondió como para llenar más o menos la mitad de la sala, nada mal. La velada empezó con el punk rock de los locales Paüra.

Paüra

Hace muchos años que veo su logo en distintos carteles, o en pegatinas en los baños de los antros más inmundos, pero aún no había podido verles en directo. Como nos contaron, tuvieron unos percances y casi no llegan a tocar, pero ahí estaban, prendiendo la mecha a base de punk rock con alma de rock ‘n’ roll. Suenan sólidos y con tablas, con un Guillem Jabat a la batería que toca con precision a velocidades bastante absurdas.

Quizás el volumen estaba demasiado alto y no permitía oírlo todo con la claridad óptima, pero hicieron un muy buen bolo, demostrando que no llevan cuatro días en el negocio. Si tenéis la oportunidad de verles en vivo, ¡No lo penséis dos veces!

Setlist Paüra:

Escups verí
No sempre hi serem
Temps o vida
Millor sense tu
Esclaus
Soterrem
Infectat
Homenitat
48 hores
Feixista cabró
Punt i final
Cendres
Tot va malament

Nashville Pussy

Llegaba la hora de recibir a los americanos más macarras, que salían al ritmo rockero de «Pussy’s Not a Dirty Word». Enseguida se ponían más rápidos y marrulleros con «Piece of Ass» o «Rub It to Death», haciendo honor a su reputación. El volumen estaba algo más controlado y todo sonaba genial, como de costumbre en la Wolf.

Blaine Cartwright, con su sombrero de cowboy en todo momento, le daba caña a su voz rasposa, acompañado a los coros por la también guitarrista Ruyter Suys. Bonnie Buitrago le daba lo suyo al bajo, con una buena presencia sobre el escenario. Y a las baquetas, un veterano como Dusty Watson (Lita Ford, Dick Dale, Supersuckers y muchos más) es garantía de un señor concierto. Hasta se marcó un solo hacia el final de la actuación.

Títulos hilarantes como «The South’s Too Fat to Rise Again» o «Gonna Hitchhike Down to Cincinnati and Kick the Shit Outta Your Drunk Daddy» nos dan una idea del rollo que llevan. Continuaban la actuación, con un público que les devolvía la energía y pogos ocasionales en la parte delantera.

Con la alocada «Snake Eyes» recordaban su debut, Let Them Eat Pussy (1998), aunque el disco más representado fue el más moderno Up the Dosage (2014). Tras la enérgica «Pillbilly Blues» y la más pausada «Til the Meat Falls Off the Bone» se retiraban momentáneamente, para volver entre los gritos del público para rematar la faena. Tralla y melodía a partes iguales con «She Keeps Me Coming» y «Why Why Why», para darnos el último empuje con su clasicazo «Go Motherfucker Go». Así da gusto acabar un concierto, tu.

Siempre es un placer asistir a bolos de buen rock duro como este, con el saber hacer y la experiencia de una banda como Nashville Pussy. Que nos duren muchos años.

Setlist Nashville Pussy:

Pussy’s Not a Dirty Word
Piece of Ass
She’s Got the Drugs
Rub It to Death
Come On Come On
High as Hell
The South’s Too Fat to Rise Again
Gonna Hitchhike Down to Cincinnati and Kick the Shit Outta Your Drunk Daddy
Snake Eyes
Testify
Everybody’s Fault but Mine
Struttin’ Cock
Hate and Whiskey
Pillbilly Blues
Til the Meat Falls Off the Bone
—
She Keeps Me Coming
Why Why Why
Go Motherfucker Go

Aleix Besolí

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Me metí en esto del metal a los 14 años, y de concierto en concierto he ido descubriendo las bandas nacionales e internacionales que forman parte de este mundillo. Ahora aporto mi grano de arena a Science of Noise contando lo que pasa en los eventos de la zona y algunas novedades discográficas.

También toco la guitarra y el bajo en algunos grupos de la escena local. Tengo los huevos pelaos de tocar en el Ceferino.