Ya tenemos aquí lo nuevo de Ne Obliviscaris. Siempre es una buena noticia para los amantes del progresivo cuando una banda como esta lanza nuevo material. Y más en este caso, pues es un disco cuya producción ha pasado por muchas dificultades y retrasos debido a la pandemia. El cuarto trabajo de los australianos lleva por nombre Exul, y como podéis suponer si conocéis a la banda, no es uno de esos discos que te acabas en una escucha. Sus canciones son complejas, llenas de matices y cuidadas al detalle, y en cada repetición vas descubriendo sus elementos.
Pues bien, vamos a ver que hay tras esta épica portada que recuerda a la estética de videojuegos como Dark Souls o Elden Ring. Hace un tiempo sacaban «Equus» como adelanto, que también abre el disco. Me gusta que a pesar de tener un violinista en la formación y poder optar por lo atmosférico, ya desde el principio apuestan fuerte por el riff y la guitarra y el bajo conducen la música frecuentemente. Las voces limpias y guturales van de la mano en muchas ocasiones, lo que le da un extra de fuerza a la mezcla.
Si miramos el tracklist, veremos solo seis pistas, pero la duración total es de 52 minutos, por lo que cada una de ellas se extiende bastante, en ocasiones superando los diez minutos como esta primera. El cuerpo del disco viene formado por las dos partes de «Misericorde», que juntas crean un mastodonte de casi 17 minutos. Empieza con un buen groove y el bajo de Martino Garattoni bailando fantásticamente entre acordes black metaleros. Tim Charles, que también se encarga de la voz limpia, entra y sale con el violín, creando contrastes realmente bellos. Vamos desde suaves y delicadas melodías hasta descargas de metal extremo con blast-beats y mucha tralla.
No faltan las partes acústicas, tocando estilos como el flamenco de vez en cuando, donde el violín también da mucho juego. La segunda parte empieza desde abajo, con el pequeño instrumento haciendo de las suyas y creando tensión que aprovecha un genial solo de guitarra. A continuación, llega un subidón al que se le van sumando elementos hasta llegar al clímax final donde vuelven las voces para acabar de rematarlo.
Pero aún quedan dos temas más, si quitamos el último «Anhedonia», que es más un outro que una canción como tal (y solo dura cuatro minutos, que para ellos es nada…) En «Suspyre», a pesar de no ser uno de los singles (de momento), tenemos algunos de los mejores momentos, con cambios rápidos y muchas cosas pasando al mismo tiempo. Mucho death metal, guitarras y batería a gran intensidad, pero dejando también momentos de respiro. Es posible que sea mi favorita del álbum. Realmente es un tema muy completo y dinámico, a ver si suena la flauta y cae en directo. Que por cierto, ¡les tendremos en Madrid y Barcelona a finales de mayo!
Acabamos con el otro adelanto, un «Graal» que sigue por el mismo camino y no baja el listón para nada. Dan Presland ha conseguido un gran sonido en su batería, y la modula adecuadamente para que encaje en cada parte. Tiene un gran dominio del doble bombo y lo mantiene durante largas secciones, demostrando una abundante resistencia. La mezcla en general es de lo mejorcito, los tonos y niveles de todos los instrumentos están mirados con lupa y el resultado es una maravilla que permite escuchar todo lo que pasa (que no es poco) con claridad.
No os voy a poder decir si este disco es mejor o peor que los anteriores, porque aún no me los he escuchado tan profundamente como para juzgarlo, pero lo que está claro es que este va a ser uno de los lanzamientos del año en el mundillo del metal progresivo. Ganazas de que llegue su gira, en la que los acompañarán nada menos que Persefone y The Omnific.
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Me metí en esto del metal a los 14 años, y de concierto en concierto he ido descubriendo las bandas nacionales e internacionales que forman parte de este mundillo. Ahora aporto mi grano de arena a Science of Noise contando lo que pasa en los eventos de la zona y algunas novedades discográficas.
También toco la guitarra y el bajo en algunos grupos de la escena local. Tengo los huevos pelaos de tocar en el Ceferino.