Tras casi treinta años de carrera es bastante complicado el poder mantenerte e ir sacando trabajos de calidad, cambios en la formación y los diversos problemas que puedan surgir en el seno de un grupo pueden hacer mella, pero esto no ha sido impedimento para que Necrophobic hayan tenido una carrera y una discografía coherente y repleta de buenos discos. Después de la salida de su disco Womb of Lilithu (2013) en el que se mantuvo bastante alto el nivel, hubieron cambios en la formación recuperando a su antiguo cantante, el cual sólo había participado en la primera época del grupo y la adición de nuevo de sus dos anteriores guitarristas. El único miembro original desde sus inicios es el batería Joakim Sterner sabiendo mantener su esencia y a su vez una gran evolución hasta día de hoy con una exitosa carrera.
El disco que nos ocupa hoy me podría arriesgar a decir que es su mejor trabajo desde el ya lejano Hrimthursum (2006), que para mí es su mejor disco junto al primero, The Nocturnal Silence (1993). Empezaron siendo puramente death metal de la vieja escuela y poco a poco fueron añadiendo, de manera exquisita, elementos de black metal realizando una mezcla muy lograda. En Mark of the Necrogram han potenciado la vertiente más black metal pero sin abandonar el death metal para nada, lo único que detecto que han adquirido influencias en su música del black metal noruego pudiendo escuchar reminiscencias de Old Man’s Child y Keep of Kalessin, o de sus compatriotas The Legion.
El disco empieza con la canción que da título al disco y es una declaración de intenciones desde el segundo uno. Ni intros, ni artificios raros ni nada por el estilo, directos al grano y a por faena. Sus características melodías se te meterán en la cabeza sin poderlo evitar así como sus armonías clásicas y veloces riffs, en definitiva su esencia. Detecto a una formación en estado de gracia y con muy buenas ideas para ofrecer. Los pude ver en su mini gira que realizaron por la Península hace unos meses y fue uno de los conciertos más intensos de los que vi durante la temporada pasada contando con la formación encargada de registrar este disco.
“Odium Caecum” empieza con unas guitarras delicadas que van marcando el paso junto a unas misteriosas voces hasta llegar a su épica apertura. La influencia de Old Man’s Child la encuentro sobre todo en la voz que me recuerda mucho a Galder en algunos momentos puntuales, esa voz demoníaca que no parece hecha por un ser humano. Genial canción que te mantiene atento a su desarrollo con un solo muy bueno en su parte intermedia.
Uno de los adelantos que nos han brindado es “Tsar Bomba”, un single que será brutal en directo y que reúne todos los ingredientes que caracterizan la música de los suecos. En esta ocasión siguen recordando a los noruegos en las voces, en los riffs y en todo su conjunto pero en el estribillo es donde vuelven a recuperar su sonido. No me molesta para nada percibir las influencias siempre que sean de calidad pero veo que alguno de ellos se ha empapado a base de bien.
“Lamashtu” es un himno en si misma en la que se repite este nombre a modo de coro. Un bajo potente acompaña la voz durante sus primeros compases. Riffs con reminiscencias orientales y mucha velocidad y mala leche, algo habitual en su música. Cabe destacar la gran producción pudiendo disfrutar de cada uno de los instrumentos a la perfección. Lo han grabado en los Chrome Studios a las ordenes de Fredrik Folkare y el resultado es excelente.
“Sacrosanct” es una canción típica de Necrophobic, a escasos segundos de su inicio puedes detectar que son ellos sin dudarlo. Con un desarrollo bastante predecible va avanzando hasta llegar a “Pesta”, canción de seis minutos que de buen seguro caerá en sus conciertos de presentación del disco. Oscura y rápida por igual con unos riffs tremendos y una base rítmica espectacular creo que es una de las mejores canciones del disco.
La siguiente canción “Requiem for a Dying Sun” me recuerda mucho a los vikingos Einherjer con un desarrollo tipo marcha militar, medios tiempos marcando el paso firme hacía el funeral de este Sol moribundo. Un tanto de experimentación no viene mal y ayuda a descansar de la velocidad a la que nos tienen acostumbrados.
“Crown Of Horns” vuelve a recuperar a los clásicos y enérgicos Necrophobic dejándose de experimentos. “From the Great Above to the Great Below” es una canción épica con unas guitarras contundentes y muy bien elaboradas y bajan un poco las revoluciones pero no las abandonan. Se aprecia que les gustan mucho los ritmos a medio tempo y en esta canción lo demuestran. Y para terminar encontramos una pieza instrumental bastante atmosférica que lleva por título “Undergången” cerrando el disco de manera magistral tras sus casi cincuenta minutos de duración.
Si eres fan del grupo ni lo dudes en hacerte con este Mark of the Necrogram y si vienen por aquí de nuevo para presentarlo no los dejes pasar ya que tienen una calidad sobradamente demostrada en directo. Si no los conoces es una buena manera de adentrarte en su oscuro mundo.