Los amantes del hard rock más melódico y el AOR están de enhorabuena gracias al lanzamiento del segundo trabajo de estudio de la banda sueca Nestor, Teenage Rebel (2024). La historia de esta banda no es una demasiado corriente, pues, aunque fundados en el año 1989 y conseguir cierta notoriedad, nunca llegaron a editar un trabajo de estudio. Tras 30 años de inactividad, 2021 veía su resurgir bajo el amparo de la discográfica Napalm Records con un flamante disco de debut llamado Kids in a Ghost Town, el cual despertó un gran interés entre la audiencia más ávida de los sonidos melódicos deudores los años 80. Las influencias de Nestor, que ellos no ocultan sino todo lo contrario, se enorgullecen de ellas, van desde bandas como Bon Jovi o Aerosmith a Journey o Foreigner.
En esta vuelta al panorama musical, Nestor nos están haciendo viajar conceptualmente en el tiempo, mostrándonos a unos inocentes Kids in a Ghost Town que ahora se han hecho un poco más mayores y se han convertido en unos adolescentes en plena efervescencia rebelde en Teenage Rebel. Cómo para no sentirse identificado…
¿Vendrá esta evolución acompañada también de un crecimiento a nivel musical? Vamos a comprobarlo.
Inicia el redondo un pequeño monólogo de poco más de un minuto de duración en el que la actriz danesa Freya Miller presta su voz para ponernos un poco en situación a lo que está por venir. Ella utiliza los preceptos de “The Law of Jante”, una antigua ley escandinava no escrita que habla sobre la igualdad de las personas en la sociedad, para traerlos al contexto actual en el que nada de lo propuesto se cumple. Fuck that es su conclusión. Empieza fuerte la cosa… Aprovechando la melodía ejecutada por el piano que acompaña a Freya y que tanto recuerda a Mike Oldfield, se inicia de la misma manera el tema de apertura como tal denominado “We Come Alive”. Unos predominantes teclados nos traen ya de buenas a primeras muchas sensaciones de AOR clásicas, que sumadas a un estribillo de lo más resultón y unos poderosos riffs de guitarra, bingo, nos atrapan ya solo empezar. Pasaría por un tema de manual, pero es que el solo de guitarra que se marca aquí Jonny Wemmenstedt te deja claro que hay bonus extras interesantes por descubrir. Se siente todo muy cuidado desde el inicio, el sonido es excepcional y se nota que se han esmerado con la producción para que todo encaje de una manera perfecta.
El homónimo “Teenage Rebel” se despliega a continuación, destacando de él las cuidades melodías vocales de un Tobias Gustavsson que nos lleva de regreso en su letra a la adolescencia para resalzar todas esas cosas buenas de esa etapa de nuestras vidas que no deberíamos perder con el paso del tiempo. ”Last to Know” baja un poco las revoluciones y nos muestra un medio tiempo que bien podrían haber firmado unos Def Leppard o incluso unos Heart. Si algo destacaría de él es la belleza de su estribillo, de una dulzura justa para no caer en el empalago, y que a buen seguro no nos vamos a sacar de la cabeza en semanas. Vamos a por el himno por excelencia del disco y su primer sencillo, “Victorious”, de mensaje positivista perfectamente conducido por la música que le acompaña, un diez sin duda en conseguir trasmitir buenas vibraciones.
En el ecuador del disco aparece “Caroline”, escogida como segundo sencillo, no es de mis favoritas del disco, pero muestra otra de las facetas más clásicas de toda banda melódica que se precie: las baladas. Tiene un gancho indudable, pero me resulta un tanto previsible y con quizás exceso de dulzor esta vez, si tengo que decantarme por algo destacable sería por el tramo final en plan coral que sí me parece un gran acierto. Seguimos avanzando con “The One that Got Away”, otra balada más sosegada que la anterior que nos recuerda a las compuestas por bandas como Chicago, en las que el piano acompañando a una preciosa voz son los encargados de enamorarnos de sus melodías, arropados por el resto de la banda que se suma para dar esa sensación emotiva máxima. Cumple sobradamente su función y nos conduce directos a un tema cliché en el que han hecho un copy/paste a diversos recursos utilizados por los Bon Jovi más ochenteros: “Addicted to Love”. Incluso siendo evidentes estas influencias, las utilizan bien para crear un nuevo himno fácil de cantar gracias a su gancho comercial.
Hay mucho de arena rock también en la propuesta de Nestor, de eso no hay duda. A mi que me van un poco más los temas más cañeros me ha encantado encontrar una joya en este disco, “21” cuando menos me lo esperaba. Combinando contundencia con melodía, descubrimos esta nueva faceta más acelerada de la banda en la que también se han atrevido a dar un protagonismo mayor a la instrumentación, dejando espacio para un solo combinado teclado/guitarra más que interesante. “Unchain My Heart” tiene un ritmo de guitarra que nos recuerda a los Whitesnake de finales de los 80, oh sorpresa, que gana enteros a medida que las partes vocales se van por derroteros muy agudos, transmitiéndonos sensaciones más que agradables gracias también a un estribillo comercial al máximo. Acabamos el repaso del disco con la balada “Daughter”, un tema dedicado a la hija de uno de los miembros de la banda. Poco más que piano y voz para emocionar tan solo empezar, subiendo la intensidad a medida que se unen el resto de instrumentos. Mucho azúcar… pero ¿a quién le amarga un dulce?
Vamos un poco a repasar las generalidades atribuibles a la música más melódica de los 80s para verificar si estas premisas se cumplen en Teenage Rebel. Por un lado, la personalidad del vocalista es esencial y no hay duda de que Tobias Gustavsson se sale en este sentido. Desborda maestría en su interpretación y se lleva el protagonismo absoluto. Por otro lado, el papel del guitarrista no tiene por qué ser es el de destacar, sino el de crear unas bases de riffs que permitan que el desarrollo de la melodía prevalezca, sin embargo, la aportación de los solos de Jonny Wemmenstedt en muchos de los temas elevan el listón y son de agradecer. Nada que objetar a la sección rítmica de la banda, que es más que correcta y ya para finalizar destacar la función de los teclados, otra de las señas identitarias de esta música cuyo testigo ha sabido recoger e interpretar perfectamente Martin Frejinger.
Si Nestor ejecuta una música desubicada en el tiempo al abrazar tan descaradamente todas las influencias de la ola melódica de los 80, es algo que tienes que decidir por ti mismo. Yo, personalmente, los disfruto igualmente aunque nos encontremos en otra década distinta porque lo que hacen, lo hacen con una profesionalidad apabullante, consiguiendo que suene fresco un producto con aroma antiguo. Con Teenage Rebel tengo la sensación de que Nestor no solo han conseguido afianzar su propuesta, sino que incluso la han sabido llevar un peldaño por encima.
Bonito regalo de cumpleaños me ha hecho Napalm Records sacando este álbum en coincidencia con mi medio siglo de vida.
Para acabar esta reseña me gustaría dedicársela a la persona que, por lógica, y en otras circunstancias, debería estar haciéndola. Él fue el causante que me adentrara en la música de esta banda a la que no había apenas prestado atención hasta hace un año cuando nos dieron el “salto” en la edición del 2023 del Rock Imperium, un Teenage Rebel que tiene más de rebel que de teenage y cuya sabiduría algun@s echamos de menos. Para aquellos que vais a acudir al Rock Imperium de este año, Nestor vuelven a estar programados y encima con álbum nuevo bajo el brazo, éste al que le hemos dado un buen repaso y del cual solo podemos lanzar alabanzas. Un lujo que no deberíais perderos si es el caso.
Aficionada a la música y los viajes, aunque no sabría decidir en qué orden. Cuando los combino, ¡lo más! Amante de aprender cosas de allá donde vaya, soy un poco la suma de los lugares que he visitado y las experiencias vividas. Daría la vuelta al mundo de concierto en concierto si de mi dependiera, pero las limitaciones terrenales me mantienen aquí y ahora, así que, ¡a sacarle el máximo partido!