No esperaba otro disco de New Horizon, especialmente viendo que el primer lanzamiento me pareció regulinchis y que Erik Gronwall se fue a Skid Row, aunque su periplo haya acabado ya. Y esperaba aún menos que el proyecto del líder y teclista de H.E.A.T buscase un nuevo cantante, nada más y nada menos que la voz de Dynazty y Amaranthe y uno de los «nuevos» (así, entre comillas) con más potencial, Nils Molin. Tee, preguntado sobre la búsqueda de nuevo cantante, expresó:
«En nuestra primera reunión en el estudio, dijo: ‘Si voy a hacer esto, necesito estar 100% involucrado’. Nils y yo hemos estado explorando la posibilidad de colaborar. Un proyecto desde hace algún tiempo, al principio lo consideré poco probable, ya que él ya tiene mucho entre manos. Sin embargo, tuve que preguntar y me sorprendió gratamente que lo considerara. Y cuando empezamos a intercambiar ideas sobre temas líricos. La suerte está echada.»
Nils expresó su entusiasmo por el proyecto y comentó:
«Mi reacción inicial al recibir un mensaje de texto de Jona pidiéndome que cantara en el nuevo álbum fue: ‘Maldita sea, no tengo tiempo’. Pero al escuchar parte del material inicial, Estaba trabajando y después de nuestro primer par de sesiones rastreando voces, colaborando sin esfuerzo y trazando un plan para el álbum, decidí que esto simplemente necesitaba hacerse, Conquerors se convirtió en una historia que creció a medida que se hacía y finalmente se expandió a la forma de un álbum. más allá de mis expectativas, repleto de composiciones estelares, actuaciones y elementos sorpresa. Si te gusta el metal melódico, te espera un placer.»
Junto a ellos hay una gran ristra de colaboraciones, entre las que destacan los compañeros de Molin en sus proyectos Elize Ryd (voz) y Love Magnusson (guitarra). Personalmente echo en falta que sea un grupo, más que el proyecto de una persona con un cantante. Creo que, en general, le daría más y mejor empaque, pero es totalmente cuestión de gustos.
Esta vez el álbum trata sobre personajes y momentos clave en la historia de la humanidad, y lo hace con 10 canciones y una duración de unos 50 minutos, lo que da una media de cinco minutos por tema, más o menos la norma habitual del estilo power que practica el grupo.
Un conjunto de viento orquestado nos das paso al primer tema, «Against the Odds», con un aire muy Stratovarius: doble bombo a, teclados presentes y la voz poderosa de Molin. El estribillo tiene cierta melodía, incluso, a algo de Rhapsody (of lo que sea). Arranque potente que, aunque todo el grupo, no aporte nada nuevo ni ultra genial, se deja escuchar muy bien. «King of Kings» nos trae, bajo una intro muy eclesiástica, como no podía ser de otra forma, un tema menos rápido pero con mucha potencia, no en vano es el primer single. El estribillo se cantará allí por donde suene. A menos revoluciones llega «Daimyo» para explicarnos una historia japonesa, aunque musicalmente no tenga ningún toque oriental. No es de las que más me gusta, pero como el genero, sus melodías pueden atrapar. Acabamos este primer bloque con «Shadow Warrior», y unas guitarras mucho más oscuras y unos teclados muy del oriente medio. Del primer poker es la que menos me gusta, aunque ciertamente el estribillo mejora en algo la canción.
«Apollo», segundo single, nos trae la historia del famoso cohete que no fue. El tema, que sigue siendo power, tiene cositas que hacer reconocible al Tee de su grupo principal. Tampoco es de mis preferidas. «Fallout War» va mucho más a saco, y me recuerda en ciertos pasajes a algunos Helloween. El estribillo te hará saltar en cualquier sala o festival que estés, es de los divertidos. De «Messenger of the Stars» destaco según que partes de batería, que sin ser la quintaesencia del instrumento, es interesante. Más allá de eso y el estribillo, según cómo te pille, tampoco ofrece demasiado. Mucho más relajada, con un inicio acústico y orquestado, llega «Before the Dawn» y el dueto de voces que ya preside Amaranthe. Es lo más destacado del tema, que como balada muy suave funciona bien.
Llegamos a la recta final. «Edge of Insanity» gana en intensidad y potencia, aunque no es especialmente rápida. De nuevo nos encontramos ante una canción que no ofrece demasiado, ni siquiera incluso dentro del disco. Mucho mejor y con cierto regusto a Maiden en algunas guitarras además de en el título, llega «Alexander the Great (356-323 B.C.)». Tras la voz inicial llega ese regusto a la vieja doncella, tanto en las guitarras como en el ritmo cuando empieza, algo antes del minuto dos. Aquí me ha parecido que la letra forzaba algo la melodía vocal, cosa que no suele pasar en los temas de Jona. Se trata de la canción más larga del disco, con casi nueve minutos de duración. Podría ser la mejor, pero creo que peca un poco de repetitiva y de ser demasiado Maiden.
En definitiva, tenemos un disco que, como el primer lanzamiento del grupo, no pasará a la historia del estilo. Se deja escuchar si quieres canciones nuevas y frescas, pero aportar, lo que se dice aportar, no aporta nada. Me parece que New Horizon es más un «capricho» de Tee que un grupo con vistas a futuro. Y, desde luego, queda a años luz de los otros proyectos del teclista.
Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios.
Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo.
Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.