Pues tenemos banda nueva formada por dos monstruos como son Jona Tee y Erick Grönwall. Se ve que el retiro de este, tras abandonar H.E.A.T, no ha durado demasiado. Y viéndolo/leyéndolo/siguiéndolo, era esperable. Erik no es solamente un cantante estupendo y un frontman fuera de lo común. Es, sobre todo, un culo inquieto ávido de nuevos proyectos, tal y como nos dijo hace algún tiempo en esta esta entrevista. Es sabido por todos la buena relación que une a ambos músicos así que, quizá, una colaboración de este tipo era esperable.
New Horizon, según el propio Tee explica, es un proyecto basado en la música y grupos que le gustaba cuando era más joven, como Helloween, Edguy, Iron Maiden o Manowar. De estos dos últimos he visto poco en el disco, de los otros dos, así como de la colección de grupos del estilo que surgieron en la segunda mitad de los 90 y primeros 2000, sí. La cuestión es: ¿serán capaces dos músicos arraigados en el hard rock melódico defenderse bien con el power? Lo veremos en esta reseña.
Cabe destacar que, en un principio, New Horizon era un proyecto de Tee y que pretendía contar con varias voces, dándole un par de temas a su ex compañero en H.E.A.T, pero que cuando lo escuchó cantar los temas, decidió ofrecerle el puesto full time. El propio Tee se encarga de los teclados, la guitarra rítmica, el bajo y los coros. Para el resto de instrumentos han contado con un elenco de colaboradores, a saber: Robban Bäck (Mustasch), Sam Totman (DragonForce), Love Magnusson (Dynazty), Dave Dalone (H.E.A.T), Niko Vuorela (Temple Balls) y Laucha Figueroa.
Tras escucharlo atentamente, digo que nos encontramos ante un buen disco. NI más ni menos. Creo que Tee se luce mucho más en su banda madre o en Crowne que aquí, y aunque Erik tiene una voz muy aplicable a este otro tipo de música, el toque que le daba a H.E.A.T creo que era bastante mejor. A ver, es un disco disfrutable, te lo pasarás bien escuchándolo, pero llama más la atención por sus miembros que por la música en sí. Además, obviamente, no ofrece nada nuevo (llega 20 años tarde). No pasará a la historia pero tampoco sobra, aunque sí demuestra que Jona luce más componiendo hard melódico.
Gate of the Gods (2022) cuenta con 10 canciones, o nueve y una intro, en unos 50 minutos. Repasémoslos. Empezamos con la intro “A New Horizon”, que no es más que eso, una intro. A veces me pregunto por qué se usan tantos cortes como este que, realmente, no aportan nada, pero bueno, es lo que se estila. “We Unite” ya lo habíamos escuchado como lyric video, y es lo que venimos diciendo, power de la vieja escuela, doble bombo, más guitarra que arreglos de teclado y la voz de Erik que no me acaba de pegar aquí. Por supuesto, el estribillo es hímnico, coreable e invita a alzar el puño. Si lo consigue o no dependerá del oyente. “Stronger Than Steel”, el primer single, empieza de forma más heavy, casi a lo Accept con teclados de fondo. Más contundente que su predecesora, aquí a Erik lo veo más cómodo, incluso cuando se (mini) acelera. La velocidad vuelve con “Cry for Freedom” (como veis, los nombres son muy sota-caballo-rey), aunque solo a ratos, principalmente en el estribillo. Me vuelve a chirriar Erik, y no porque no cante bien, que sí lo hace. No sé explicar por qué, pero me suena como superpuesta.
Empezamos la segunda tanda con “Call of the Underground” y unos teclados majestuosos que dan paso a unos coros igualmente grandilocuentes. Una aceleración reina el tema, aunque no es un tema especialmente rápido, pero sí que tiene más mala leche en las guitarras que la media del disco. La voz tiene, también, más garra que en otros temas. De nuevo los teclados abren “Stardust” que dan un pase de la muerte al doble bombo a toda castaña. Sin aportar nada nuevo o diferente, a mí es de las que más me han gustado. Cerramos el bloque con “Event Horizon”. De nuevo tiene garra, ritmo, melodía y un gusto bastante alto. Erik, su tono, no parece Erik, y no sé si es bueno o malo. El tema es normal, aunque ciertamente tiene subidón cuando le toca y te hará mover el cuello.
Encaramos el final con “The End of All”, y en las guitarras vuelvo a notar más influencia heavy que power. Se trata de un medio tiempo poderoso que, sin tener absolutamente nada que ver, puede recordar a algunos temas de Manowar en su esencia y, en las estrofas, en el ritmo y batería. “Fearless” empieza con un punteo interesante resaltado con unos teclados muy ochenteros que vuelven a dar paso a una batería rápida y casi descontrolada, viendo la música que hacen. Esto es power 100% para lo bueno y lo malo. Acabamos con cierto aroma egipcio con “Gate of the Gods”, que a medio tempo, desarrolla ideas que henos escuchado antes en bastantes grupos (Maiden, sin ir más lejos), aunque los teclados le dan cierto toque personal. Es la más larga del disco, superando los siete minutos, y se nota.
En definitiva, tenemos un disco que se disfruta, aunque no pasará a los anales de la historia, ni siquiera la de 2022. Lo bueno es que tenemos a Grönwall de vuelta, y eso siempre es un plus, pero creo que Tee se luce mucho más en H.E.A.T y en Crowne que aquí. Deja la sensación de haberlo escuchado ya muchas veces.
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