Tras 40 años de carrera Justin Sullivan y sus New Model Army siguen a un ritmo trepidante. Discos en solitario, uno con orquesta y ahora este Unbroken, que sale a la luz recogiendo los muchos esfuerzos compositivos que nacieron en los tiempos pandémicos. Son una banda eminentemente punk por mucho que en su sonido aglutinen todo tipo de estilos y siempre ponen énfasis en que batería y bajo estén en la primera línea. El disco tiene un par de singles muy claros, buen material y un sonido impresionante, gentileza del gran Tchad Blake, reputado productor que ha trabajado con muchas bandas de estadio.
El disco se inicia con una composición que es de lo mejor que ha hecho el grupo en toda su carrera. Si creías que el grupo ya no estaba para crear clásicos, te topas con “First Summer After” y se te despejan todas las dudas. Musicalmente es muy rico, el sonido es excelso y el estribillo brilla, como lo hacen todas las partes de la canción. Dudo que ningún fan del grupo quede decepcionado ante el nivel de inicio. “Language” se abre con un martilleante riff de bajo por parte de Ceri Monger al que se le van uniendo sus compañeros. Gran tema con aires de post punk y new wave bañados en oscuridad. Justin está realmente expresivo y dramático con su voz.
En “Reload” casi que nos vamos a un estilo más alternativo, con breaks marcados de batería, momentos en los que Sullivan se queda solo a las voces y una cadencia muy 90era, casi grunge, a pesar de que hay un teclado que lo envuelve todo. “I Did Nothing Wrong” empieza con acústicas, un poco en la onda de sus trabajos en solitario. Riff acústico bien complementado por el bajo profundo y audible en una pieza intimista, pero bien dotada de fuerza, que termina con todo el grupo entrando al unísono y electrificando la composición.
“Cold Wind” hace honor al título y es una composición tan pausada como oscura. Tema muy ambiental de belleza evocadora que termina con orquestaciones de violines Atención a “Coming or Going” pues va para clásica también, o si más no, es de las que va a caer sí o sí en la próxima gira. Batería y bajo en primera línea y estribillo de directo. Todo va de cara, muy instantáneo, y esos coros también le dan mucha fuerza al tema. “If I Am Still Me” es cadenciosa y de bajo y batería muy presente. Curiosos arreglos y muy en la línea de lo que es este disco, e incluso la de los dos anteriores trabajos.
“Legend” se vuelve a acercar al rock alternativo, por esa sencillez del verso y esos juegos con los toms. No hay grandes riesgos y sí volver a reseguir caminos trazados, pero de una forma efectiva y agradecida a la escucha. Puente y estribillo se electrifican y ya todo como que cumple para el grupo. Vuelven a elevar la apuesta con el “Do You really Want to Go there?”, de estribillo infeccioso y bajadas de pulsación repentinas. Buscan el contraste y el tema vale la pena. Hay mucha oscuridad (otra vez)…
“Idumea” es de lo más étnico del disco, especialmente por los juegos de Michael Dean con los toms, pero también por esa especie de canto espiritual arropado por coros y que se queda casi desnudo junto a la base rítmica. Un latido que baja a acústicas y vuelve a subir cual latido de corazón acelerándose. Densidad en “Deserters” que termina la obra con un aire positivo y con un sonido bastante saturado. Cumple sin ser nada del otro jueves.
New Model Army cumplen otra vez, están en un gran momento de forma y Unbroken es la prueba palpable y evidente de lo que se consigue. Estamos ante un periodo muy prolífico para el grupo, están cumpliendo sueños y las fechas para su próxima gira son muchísimas, y eso que es sólo la primera parte… Quizá con los años New Model Army esté disfrutando del estatus que siempre merecieron y del respeto de la escena. Nunca me cansaré de decir que son una banda realmente especial y verles es siempre un placer.