Nacido en el confinamiento, Carnage es el nuevo disco del duo formado por Nick Cave y Warren Ellis. Que, seamos sinceros, no es más que Nick Cave & the Bad Seeds pero sin alguno de los Bad Seeds.
Nick y sus compañeros deberían haberse embarcado en una mastodóntica gira mundial que tenía parada en Barcelona y Madrid, pero por motivos evidentes, esta gira pasó a mejor vida. La etapa que tenía que servir para presentar su excelente Ghosteen (2016) ha servido para que el australiano nos regalara un directo en solitario con su piano para enmarcar y para componer junto a Warren Ellis el disco que hoy os presento con modestia.
Modestia porque no hay palabras capaces de dar muestra de lo que realmente es éste disco. Nick Cave vive en una constante situación de excelencia e incluso a veces logra superarse. Y esta vez lo ha hecho. Des de Nocturama (2003), el trajeado artista no ha hecho más que presentar discos mayúsculos, algunos que rozaron la perfección. Mientras su carrera vivía una etapa gloriosa, su vida personal padecía uno de los horrores más grandes que un ser humano puede padecer.
Tras ello, un multi sensorial y depresivo Skeleton Tree (2016) y un esperanzador pero triste Ghosteen (2019). Y hoy nos regala un disco tan sorpresivo como necesario, un disco que roza en todos los aspectos la perfección, un disco de ruptura y de luz.
La fluidez de Carnage es muy, muy superior a Ghosteen. En parte por la longitud. Éste nuevo es un disco mucho más directo. 40 minutos que son como el regalo que pedías a los Reyes Magos y lo recibías con la ilusión de un renacuajo, 40 minutos de ese momento de la primera cita con una chica en tu adolescencia, 40 minutos de gozo puro.
Parece que, poco a poco, Nick va pasando página y ya cada vez notamos menos la sensación de oscuridad depresiva de su última dupla de discos con los Bad Seeds. Aqui ya vemos luz, vemos incluso un acercamiento a los ritmos más 80/90 de Nick. La interpretación vocal del frontman es tan soberbia y perfecta que rozar lo inhumano. ¡Menudo cabronazo!, es un dios en la tierra.
El duo que forma con Warren Ellis es tan poderoso que resulta hasta abrumador. Sin duda, la mano derecha, o izquierda, de Nick tiene el poderío de sacar la mejor versión de Nick en cada interpretación. El binomio es sin duda sinónimo de perfección.
En Carnage volvemos a ver a un Nick Cave rabioso, ¡cómo te he echado menos!. Se nota que escupe bilis en varios pasajes. Ojo a “White Elephant”, Nick escupe las letras mientras Warren se luce con los instrumentos y ruidos hasta que las letras luminosas a coro de corte gospel te dan con la palma abierta. Que locura de canción, por Dios.
El disco abre con tres piezas geniales que, si bien siguen la estela de lo dejado en Ghosteen, detectamos más dureza y mal genio. También vemos más peso de Warren cuando no tiene a sus Bad Seeds de apoyo. Aqui no necesita compaginar sus virtudes con otros artistas y da rienda suelta a todo lo que le pasa por la cabeza. No voy a destacar ninguna de las tres, pues todas me atraen sobremanera.
“Albuquerque” es una pieza calmada con piano y voces cálidas, una canción triste pero que desprende otro tipo de tristeza de encontrábamos en sus últimos dos trabajos. Hay belleza en esta tristeza. Curiosamente, Nick se fija en una de las ciudades de USA a la que nadie le da mucha importancia y le dedica una pieza preciosa… sin duda es un tío único.
Algo parecido tenemos en “Lavender Fields”, una canción más minimalista con unos coros que la endulzan de forma magistral. Y en cuanto a “Balcony Man”, la canción que cierra el disco, solo comentar que la interpretación casi a capellade Cave sobre un fondo suave de sintetizador es el cierre perfecto y colosal.
En resumen, se me acaban las ideas cuando hablo de Nick Cave. Simplemente estamos frente a un artista de más de 60 años que sigue dejándose la voz y la vida en cada disco, y posiblemente ahora es cuando tenemos las mejores voces de Cave de toda su carrera. El camaleón del post punk es hoy en día uno de los artistas más impecables de la escena. Su carrera ya no admite discusión y su huella en la historia cada vez es más profunda y más visible. Carnage es un disco impoluto.