Nightmare – Aeternam

La culpa es mía… Llevaba demasiado tiempo sin escuchar a los franceses Nightmare, y ahora que lo hago me encuentro que todo ha cambiado bastante, la verdad. La primera novedad es que encontramos ahora a una vocalista femenina llamada Madie (Faith of Agony) y un poco el grupo ha ido escorándose del metal clásico con el que muchos les conocimos. A día de hoy es una especie de heavy metal progresivo muy elegante, con toque de power metal y lo mejor de todo, que al fin y al cabo es lo que cuenta: con muy buenas canciones.

Ya no están los hermanos Amore, tanto Joe como David se largaron en 2014 dejando seriamente a un grupo que lleva peleando desde 1979 pero que no asomaría la cabeza hasta los 80. Desaparecieron y en la década de los 2000 se fueron haciendo un hueco llevando su sonido hacia los derroteros que les conocemos a día de hoy. El disco peca un poco de similitud entre temas si bien entra a la perfección y ya en las primeras escuchas ves que hay calidad y que el estilo está bien marcado. Yves Campion sigue al timón, con su bajo y voces guturales de apoyo. Inasequible al desaliento.

El single es “Aeternam”, un poco la canción destinada a mostrar que Nightmare no han perdido y que todo sigue en pie. Buen tema, posiblemente el mas contundente y agresivo, con mucha presencia de guitarras y teclados de fondo. Hay muchos detalles proggies y tanto técnica como compositivamente, todo luce. Pero servidor se queda con ese inicio impecable que es “Temple of Acheron”, una canción redonda se mire por donde se mire. Ecos de Pagan’s Mind, retazos de Conception o incluso conexiones con Evergrey. Posiblemente estemos ante la canción más inspirada pues este puente-estribillo es complejo, pero a la vez muy accesible y adictivo.

Cuando juegan con melodías la cosa gana muchos enteros, y de verdad que Madie encaja como un guante en lo que pretende el grupo galo. El medio tiempo de corte sinfónico “Downfall of a Tyrant” es un gran ejemplo de lo mucho que puede ofrecer un grupo que ya lleva tantos y tantos años peleando en una segunda fila. Hay ecos de Grave Digger de base, aunque también retazos de grupos sinfónicos con vocalista femenina al frente. Destacan también cuando juegan a la accesibilidad dejando a Madie casi sola en “Crystal Lake” (homenaje a Viernes 13), para luego entrar fuerte con las guitarras de Franck Milleliri y de Matt Asselberghs.

Guitarrazos a ritmo maquinal en “Divine Nemesis” en contraste con un estribillo melódico y accesible. Aquí hay dejes de Iron Savoir en un power metal muy técnico con teclados muy sinfónicos pero también la agresividad de Nevermore. En “The Passenger” hay ritmo machacón repuntado con los teclados acentuando las tónicas y manteniendo el nivel general. Hay un poco el sonido clásico de Nightmare mirando hacia Tad Morose o Cage. El disco un poco peca de lo mismo que sus muchas anteriores entregas, y es que hay la evidente repetición esquemática como en “Lights On”.

La joya técnica del disco es ese “Black September” con parones y riffs abrasivos en las que meten guturales masculinos de apoyo gentileza de Yves y con un tremendo Niels Quiais tras los parches. Definitivamente ha sido un excepcional fichaje. El tema final es “Anneliese” en el que vuelven las guturales y en la que hay una síntesis de todo el disco. Vocalista masculino para darle el carpetazo a un dueto vocal con referencias luciferinas.

Gran inicio de etapa para Nightmare que se han ido reinventando con mucha clase y con canciones realmente logradas. El equilibrio entre fuerza, técnica y potencia es más que notable y el grupo tiene en Madie una cantante ideal para lo que intentan. Sustituye a la vez a la anterior cantante del grupo, pero podemos ver que ha insuflado al grupo mucha vida y ha dado nuevas posibilidades pues realmente va del grave al agudo sin despeinarse. 11 discos les contemplan y puede que a día de hoy sean más atractivos que nunca. Veremos…

Jordi Tàrrega

Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.