Nightqueen – Seduction

Gratísima sorpresa la de los belgas Nightqueen ofreciendo power metal moderno con una vocalista espectacular y un estilo que se acerca bastante a Battle Beast pero que suena suficientemente personal como para recomendar encarecidamente a esta gente de Genk. Hellen Heart es el gran activo del grupo, poseyendo una voz rasgada y profunda pero capaz de subir hasta altísimos agudos sin esfuerzo alguno. Debutaron con el sello Massacre en 2012, por lo que no estamos hablando de unos principiantes precisamente. En 2014, coincidiendo con la salida de su segundo disco, su líder Rex Zeco hace un cambio de alineación y la banda se queda como la conocemos ahora. Pero todo esto no sería nada si las canciones no acompañaran, y lo hacen. Lo que más hay que subrayar de esta gente es precisamente su calidad en cuanto a composición.

Una intro tecnológica y tétrica abre camino para que “Energy” te golpee fuerte y tengas claro delante de lo que te enfrentas. Hay otra introducción más después de la intro (viva la redundancia) con tratamiento muy de directo para mostrarnos todas las virtudes del combo belga. Si el power metal últimamente va falto de himnos, aquí tienes uno de los buenos. En “Seduce Me” juegan a medio tiempo con ampulosidades de teclado. Suben las pulsaciones en la hímnica “Wall of Sorrow” con una gran línea vocal y un hammond de apoyo a la voz de una Hellen estelar en los agudos. A destacar ese solo doblado y colorista con tanto feeling por parte de Rex y Cosi Matrigiani. Los teclados de Gio Zuccari abren una power ballad de manual. Hellen empieza con tonos graves demostrando que su amplio registro es alucinante. La balada va mutando a medio tiempo contundente, con mucha carga positiva y arreglos a lo Meat Loaf.

“Nightmares” cumple bien con agudos imposibles y pasajes oscuros con voces guturales de apoyo, en otra demostración de intentar ampliar miras estilísticas. Vuelven con la fórmula de intro a voz y piano en “Silence and Tears” en la que encierran un gran dueto vocal con un cantante masculino que marida excelentemente con la voz de Hellen en una composición directa y luminosa, que transita por cumbres y valles. Hay muchos momentos en los que les gusta lucir su cara más power sinfónico. Siguen cumpliendo en “Termination” con ciertas conexiones con Kamelot a pesar de que lo suyo es más personal, algo que se agradece, pero en riffs y voces de apoyo hay bastante de la banda de Youngblood.

«Name of the Gods” pica un poco de todas partes con intro baladesca, un solo con pasajes de inspiración celta aun siendo un hard rock a medio tiempo intenso y directo. “In Flames” posee un exquisito toque comercial ya desde su apertura mostrando otra cara más de las muchas con las que juegan los belgas. Accesibles pero potentes con un estribillo meloso que hará las delicias de aficionados a Battle Beast o Beast in Black. Otra que mantiene ese tratamiento accesible y pegadizo es “Return to Wonderland”, siempre pegadiza y luminosa, lindando de cerca el happy metal. Y cerrando este completísimo disco una dosis de power metal de la vieja escuela a ritmo de caballo sobe doble bombo y reminiscencias Hammerfall. Espectacular solo de guitarra y pura intensidad para un corte que es pura dinamita.

Impresionante nuevo disco destinado a poner en el mapa a los belgas Nightqueen que presentan a una de las vocalistas con mayor proyección de la escena. Últimamente Bélgica nos está dando muchas alegrías en cuanto a bandas, pero esta vez en terrenos power metaleros sinfónicos más actuales, tocando muchos estilos y sin cerrarse a lo reiterativo: doble bombo, teclados omnipresentes, agudos constantes y solos coloristas. Seduction no engaña en su título y flirtea contigo desde la primera vez que suena. Merece este grupo promoción, festivales y apoyar como teloneros una gira potente, aunque en pleno junio quizá llegamos algo tarde para este verano.

Jordi Tàrrega

Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.