Nirvana – In Utero: 25º Aniversario del último trabajo de estudio de los de Seattle

Ficha técnica

Publicado el 21 de septiembre de 1993
Discográfica: DGC Records
 
Componentes:
Kurt Cobain - Voz, guitarra
Krist Novoselic - Bajo
Dave Grohl - Batería

Temas

1. Serve the Servants (3:36)
2. Scentless Apprentice (3:48)
3. Heart-Shaped Box (4:41)
4. Rape Me (2:50)
5. Frances Farmer Will Have Her Revenge on Seattle (4:09)
6. Dumb (2:32)
7. Very Ape (1:56)
8. Milk It (3:55)
9. Pennyroyal Tea (3:37)
10. Radio Friendly Unit Shifter (4:51)
11. Tourette's (1:35)
12. All Apologies (3:51)

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Año 1993… contaba yo con edad de mozalbete que exploraba lo más denso y radical de la música que podía encontrar… Época de Megadeth, Soundgarden, NOFX, Offspring, Entombed, Slayer, etc. Era totalmente ecléctico y abierto a cualquier cosa que no fuera comercial. No hacía mucho, un par de años, un grupo nos había volado a todos la cabeza con el mítico Nevermind (1991). Pero tengo que decir que tuve la suerte de escucharles antes, en un video de skate que ni encontrar puedo; se llamaba Skateboard así a solas… o algo así. Era un truño de vídeo que compramos entre varios en un kiosko, pero por lo menos tenía una bonita banda sonora. Tenía bandazas como The Cramps, Minor Threat, y no se cuales más, y escondida -casi al final del metraje-, creo que «Love Buzz» del Bleach (1989), y ya con solo ese tema fue directo a mi tótem de favoritos.

Recuerdo a la chavalería, que no teníamos ni Internet ni nada. La info era de boca en boca, y lo más parecido a descargarse archivos era tener la suerte de que alguien escuchara ese nombre y te dijera: “¡Eh, yo tengo una cinta que salen esos!” O algo peor: “¡Eh, mi hermano tiene esa cinta, pero no se si me dejará que os la grabe…”. Sí, así de cabrones eran los hermanos mayores…

Me hice totalmente fan de ellos en nada y menos. En aquellos años lo guardaba todo de Nirvana: fotos, textos, compraba todas las revistas en las que saliera cualquier cosa de ellos. ¡Me hice hasta una camiseta hecha de recortes con fotos suyas! Sí, a esa tierna edad yo estaba enamorado de esa bandaza de Seattle llamada Nirvana y, sobre todo, de su carismático, maltrecho y torturado cantante Kurt Cobain.

En 1991 salió Nevermind, álbum que escuchamos hasta reventar nuestros pabellones auditivos. Era su época, era su estilo, lo era todo. Dejamos de lado el thrash de Sepultura y cosas así, para empezar a llevar camisas de leñador, pantalones agujereados y greñas teñidas. Qué bonito sería vernos ahora…

En 1993 creo que fue cuando llegó como un tiro el nuevo disco de Nirvana… JODER, ¡disco nuevo! ¡In Utero! Aún recuerdo cómo fuimos en bandada a comprarlo un sábado por la mañana a la tienda de discos en la que más pasta me había dejado, Born 12, en Manresa. Llevábamos un aparatito que seguro que tiene un nombre mazo de técnico pero nosotros lo llamábamos el «partidor de cascos», un pequeño plástico que te permitía escuchar dos cascos a la vez. Y así fue cómo empezamos a escucharlo… ¡y por turnos! Y bueno, de buenas a primeras, a mí me dejó bastante bastante frío. Sí, es un discazo. Yo ya sabía que me iba a enamorar igual que de todo lo otro, pero joder, la primera escucha la esperaba BRUTAL, y no fue así. La verdad es que me dejó un poco hecho polvo el solo empezar con «Serve the Servants»…

Además, las letras de Nirvana eran muy ambiguas. No sabíamos a qué se referían, y a mi me flipa que sea muy cabrón, y no fue así… pero bueno, dejamos un par de escuchas, unos porretes y alguna cerveza compartida en el local, y empezamos a ver mucho brillo en ese disco. Y es que es un disco muy particular, con muchos subidones y muchos bajones, y realmente tiene grandes hitazos de la puta vida.

Creo que al final lo produjo Steve Albini, un master and commander de disquísimos de culto que todos nos hemos comido en algún momento. Por aquellos tiempos también era MEGAFAN de Pixies, bueno, aún hoy en día lo soy, grupo que también tuvo la suerte de trabajar con Albini. Aún con todo, se ve que el hombre se agobió por la chapa que le dio el grupo con que sonara menos limpio, y se dice que un tal Scott Litt acabó de re-grabar aún más este discarral. Pero bueno, esos datos os los dará algún periodista de verdad, que yo hablo desde el sentimiento y desde el “no soy periodista pero te vomito aquí lo que me hizo sentir ese disco”.

Entre los temas a destacar, claro está que unos de nuestros preferidos fue “Heart-Shapped Box”; su tono jocoso a la vez que tortuoso me parecía de 10, y cuando ya vimos el videoclip (de nuevo, chavalería, no teníamos YouTube. Teníamos cintas de video preparadas para grabar lo que soltaran por la tele…) se convirtió en mi segunda favorita del disco.

Entre todo el amor que fui cogiendo por el disco en cuestión, se fueron añadiendo más y más canciones: «Rape Me», «Pennyroyal Tea» (increíble tanto aquí, como en el Unplugged de la MTV) o «Dumb». Pero favorita, aún a día de hoy, por salvaje, por cruda, por lo que creo que si hubieran más así en el disco aún lo puntuaba más alto, fue sin duda «Tourette’s». A día de hoy es uno de los temas Top 100 de mi puta vida. Con In Utero claramente intentaron alejarse del mainstream de la puta MTV, los premios, las luces, la fama… pero eso en los States es jodido, pues allí cuanto más te quieres alejar, más se agarran a ti… Y si produces dinero, ya ni te cuento…

Es un tercer y raro trabajo, recordemos que entre Nevermind y éste, también se gestó el inconcluso Incesticide (1992), que son todo versiones que le gustaban al grupo (entre ellas, la joya «Son of a Gun» de The Vaselines, grupo que le encantaba a Kurt) y les dio para ganar más tiempo y liberar presión al trabajar en In Utero.

Se habló mucho, muchísimo de que pusieron especial ahínco en intentar sonar más sucios que en su predecesor, ya que era su queja habitual. Nevermind sonaba poco grunge y muy limpio y producido, y si estamos en esas, sí, este quizá, dentro de lo limpio y cojonudo que suena, es un pelo más sucio. Pero si de suciedad hablamos, está a kilómetros, a años luz de su primer trabajo Bleach. También hay que anotar y notar que In Utero se gestó en un tiempo record de dos semanas… ¡dos semanas, joder!

Y nada, que no me voy a estirar mucho más… porque pedazo de turra os he dado casi sin hablar de su aniversario. Así soy yo, así se lo he contado. Si tuviera que ponerle nota comparando con sus otros trabajos, a este buen disco le daría un 7,5. Lo veo justo así. Un último trabajo bastante redondo que ha envejecido perfectamente y nos deja un sabor agridulce con la marcha tan jodida de un gran genio.

Salieron más cosas aún después de su muerte, el típico bootleg que tenían en tiendas muy especializadas del concierto de Roma, en el cual, al acabar tuvo un sobredosis, el MTV Unplugged in New York (1994), el From the Muddy Banks of the Wishkah (1996) y algunos directos más.

También podría seguir con el tema de la portada y todo eso, pero ya te digo que habrá por ahí otro turras que te hable más técnicamente de esta obra de arte.

La verdad es que no se cuántos años cumple porque, para mí, sigue siendo el discazo que me compré en aquella tienda que ya no existe y que sigo escuchando con la misma ilusión.

Sergi Vila
Sobre Sergi Vila 26 Artículos
No sé hacer fotos y no sé escribir, pero voy a conciertos e intento dejar un recuerdo de esos grandes momentos.