Benditos fueron los 90… todos aquellos grupos que llegamos a odiar por ser accesibles y poperos ahora son añorados y llorados a mares. Ojalá grupos como Bryan Adams, Spice Girls, Roxette o one hit wonders como Aqua asomaran en lo alto de las listas de éxitos de medio planeta en la actualidad. Ya nada es lo que era y la guitarra eléctrica ya no domina los estilos preponderantes. En 1995 hubo grandes trabajos, pero siempre serán recordados por el bombazo que supuso No Doubt y este disco… ¡el disco! Glamour a mansalva en un grupo que finalmente triunfaba virando su pop desenfadado hacia el ska y el punk. La mezcla conseguida es de órdago y hay unos singles infalibles y entre ellos alguna que otra obra maestra que les va a sobrevivir. Más de 17 millones de discos facturó esta criatura, solo en Estados Unidos ya lleva diez millones y el single “Don’t Speak” fue número 1 en medio mundo.
El nacimiento de una estrella
Era su tercer intento pues el combo lo probaba desde 1992 sin excesivo éxito. Eran tiempos de cambio y Gwen y Tony Kanal (bajista) veían como su relación hacía aguas hasta el punto que el disco está fuertemente influenciado por ese desamor de siete años. Otro elemento importante es que Eric Stefani abandonaba la formación antes de la grabación del disco. Él era el principal compositor y motor de la nave, algo que un poco le dejó en entredicho cuando el grupo arrasó por todo el mundo. Hay en esta obra muchas canciones que firma, o si más no, participa en la composición por lo que hay que reconocerle el haber liderado la banda hasta ese punto. El título del disco alude a Disneyworld (Magic Kingdom), situado en Orange County, en la ciudad de Anaheim, de donde proviene el grupo. Hay en la carátula y fotos ciertos juegos con las naranjas, símbolo de esa zona californiana, y es por eso que el compacto es de color butano. Se le pidió a Eric que posara también en la foto de portada como reconocimiento.
La música
Hay mucha tela que cortar en esta obra, pero si por algún tema va a ser recordada es por la preciosa balada acústica “Don’t Speak”. Esa intro acústica parece un remake de la enorme “Dream On” de Aerosmith. La Stefani despliega todo su carisma y rangos vocales en una angelical tonada que se anima con acertadas percusiones y un teclado de fondo. Arreglos suaves de chelo y muchísimo ángel compositivo en el puente-estribillo. Estamos ante una de las más grandes canciones de los 90, pese a quien le pese. Obviamente la otra gran canción es ese single infalible titulado “Just a Girl” con una Gwen estelar capaz de enamorar con su voz nasal y sus múltiples recursos vocales. Alucinante riff original con potencia total de guitarras quedando colindante con el punk y firmando un clásico que define perfectamente esa década. El ska con vientos abre el disco presentando su nuevo sonido y aquí volvemos a caer a sus pies con “Spiderwebs”. Atrapados en una tela de araña en la que sobresalen el bajo de Tony Kanal y la batería de Adrian Young. Hacen de lo simple todo un logro. Otra de las canciones que más brillan en este reino trágico.
Las guitarras de “Excuse Me Mr.” Echan chispas y el groove es rápido e incesante. Gran trabajo de Adam a la caja y destacando siempre las originales y divertidas líneas de bajo de Tony. Hay pasaje charlestón con ataque frontal de vientos dando una muestra de clase y una demostración de que el grupo se atrevía con todo. No queda pastiche de estilos y todo encaja a la perfección. “Happy Now?” es un tema mucho más convencional, más sota-caballo-rey si bien hay todas sus credenciales y algún que otro detalle jamaicano. Aquí los coros sorprenden pues son melosos y envolventes, cercanos a lo que había hecho Madonna en los 80. Los ritmos ska y los vientos enarbolan “Different People” demostrando que el momento de forma era excepcional y sacando buena tajada de los mil recursos vocales de esa chica, capaz de vestir en chándal o de etiqueta, y siendo capaz de mantener todo el glamour. Eso es algo que traspuó a su música.
En “Hey You” exhiben clavicordio y sitares indios en otra pieza totalmente 90s con aires a Supergrass, otra de las bandas que asomaron fuerte en esos años. El funky y la potencia abren en “Sixteen”, otra de las grandes joyas del disco. La base rítmica vuelve a lucir músculo en un tema que curiosamente nunca fue muy protagonista en sus sets. Esa parte narrada y esa trompeta solista más esos coros finales la hacen algo complicada de tocar en directo sin tirar de pregrabados. Más en la onda de sus singles está la divertida “Sunday Morning” en la que están todos los elementos que uno/a puede esperar en sus temas más recordables. Los ritmos disco asoman en “You Can Do It” dando un giro alegre que se agradece. Aquí destacan los arreglos de pista de baile y las congas de Adrian Young sorprendiendo a propios y extraños. “World Go ‘Round” cumple su cometido sin aspavientos y a medio tiempo y “End It on This” es una gran forma de darle final y salida a todo. Piano de base y paleta extensa de colores y sabores. Otra vez Kanal demuestra que es un bajista espectacular y que el grupo estaba en su mejor momento. Ese teclado llega a acercarse a Madness por momentos. Pero para el final se guardan el tema título firmado por Eric Stefani: “Tragic Kingdom”. Gran canción que conectaba con su pasado más inmediato. Todo un detalle para Eric. Teatral y lo más complejo del disco con aires de banda sonora con final atropellado.
Veredicto
Estaba ojeando el libro de 1001 discos que tienes que escuchar antes de morir y curiosamente no estaba Tragic Kingdom en sus páginas. Gran error. Esta obra es diversión y elevó al grupo a la primera división mundial. Gwen Stefani pasó a ser un referente para muchas chicas y mujeres pues sin vendernos carne ni curvas mostraba un atractivo basado en la personalidad, en lo musical, la creatividad, la independencia y en el excepcional dominio de su voz. No pudieron a nivel de ventas con las Spice Girls pero a diferencia de ellas No Doubt eran reales y Gwen Stefani no estaba prefabricada. El vestido de Gwen en la portada era tan icónico que fue robado del mismo museo del rock en el que se exhibía. Quizá sea por los recuerdos de juventud, o por lo que sea, el caso es que dejé de un lado Skälmóld, Diamond Head y Draconian para que darle un homenaje a un disco que muchos odiamos en su día. Tanto da, es banda sonora de nuestra vida… ¡Y revitalizaron el ska! Todo sea dicho.