Desde luego, los brasileños No One Spoke no podrían haber entrado con mejor pie en la escena del metal sinfónico. Ya habían dejado alguna píldora como muestra de lo que eran capaces de hacer, y con este Nine Mirrors han acabado de demostrarlo, haciendo alarde de una técnica y una frescura que no dejará indiferente a nadie.
Se encarga de abrir el álbum “Bridge to Sanity”, y un minuto les basta para atraparnos irremediablemente. Los sonidos más genuinamente heavies son acompañados a la perfección por un violín que parece envolverlos, y un piano con su melodía juguetona hace el resto. Por si fuera poco, cuando entra la voz soprano se hace más que evidente que lo que nos espera va a ser digno de mención.
Con un carácter absolutamente envolvente se presenta “Blue Way”, carismática y cargada de sentimiento. El papel de Carla a la voz no trataré ni de explicarlo, y no me cansaré de remarcar su aplastante calidad, que sigue estremeciendo en “Fear of Regret”, que se descubre con una fuerza desgarradora remarcada por los sonidos punzantes de la guitarra a la que parece amansar el violín de Iva.
La misma línea suave pero contundente sigue “Sigh”, en la que cobra especial importancia el piano, dando a la composición un aire de fantasía que la hace única y absorbente.
La banda vuelve a ponerse más dura con “Rise Again”, pegadiza y a la vez demoledora, siendo nuevamente los pequeños detalles que asoman aquí y allá los que le dan un toque único y marcan la diferencia.
“Trust Yourself” es una melancólica balada en la que voz y guitarra, apoyadas puntualmente de nuevo por el inevitable violín, se encargan de mecernos hasta un remate en el que toda la banda se vuelca para rematarla de la mejor manera posible para dar paso a “Final Breath”, que a modo de atmosférico interludio da paso a la recta final del disco.
De nuevo el violín de Iva abre la puerta a la potente “Milonga para las reinas”, canto a la libertad con estrofas en castellano, capaz de erizar el vello de todo aquel que preste atención.
Una operística intro da paso a la inconfundible “Rainbow in the Dark”, contando con la colaboración al bajo del mismo Rudy Sarzo, conocido por haber tocado, aparte de con Dio, con bandas de la talla de Quiet Riot o Whitesnake. Una cover muy personal, que corona impecablemente un disco que deja el listón muy alto para trabajos venideros, pero que seguro que la banda podrá superar sin demasiadas dificultades.
Con este debut No One Spoke han salido al albero dispuestos a ser unos imprescindibles para los amantes del rock sinfónico y si es cierto que la vida pone a cada cual en su sitio, estoy convencido de que dentro de poco se hablará mucho de ellos.