A pocos días de la fecha escogida para del concierto de Tarque & La Asociación del Riff se empezó a anunciar la poca disponibilidad de entradas para el mismo, pero no fue hasta escasas pocas horas del inicio del concierto que se publicaba el ansiado anuncio del sold out de la sala Apolo, señal inequívoca de que la elección de tal sala en cuanto aforo había sido la correcta. La coincidencia en sábado prenavideño también favoreció seguro esta buena acogida, pues mucha gente se encontraba ya de parón vacacional y con ganas de empezar las fiestas de la mejor de las maneras posibles, con un buen concierto de rock ’n’ roll. No me pasa por alto que justamente hace un año —y parece que empieza a convertirse ya en una tradición navideña— nos visitaba la banda Morgan, de la misma promotora, que le ha cogido el gusto a esto de hacer girar a sus grupos insignes durante estas festividades. Para aquellos que no tenemos un desarrollado espíritu navideño, pero sí un gran amor a la música, no hay mayor regalo que poder disfrutar del directo de alguna de tus bandas favoritas desde la calma y tranquilidad que te da el parón de fin de año, así que apoyamos y agradecemos 100% esta idea de traernos giras durante estas fechas.
Tarque & La Asociación del Riff hizo aparición en escena puntualmente a la hora convenida ante una sala Apolo llena hasta los bordes. Si algo me llamó la atención mirando a mi alrededor fue constatar el gran número de familias con niños que se acercaron a disfrutar de la jornada, y es que, como decíamos, el día se prestaba a ello. Multitud de caras sonrientes dieron la bienvenida a la sirena antiaérea que precede los primeros compases de “Bombas en son de paz”, un tema de denuncia social de rabiosa actualidad ideal para empezar ya que te adentra en la propuesta musical de esta banda de una manera muy rítmica y favorece el acompañamiento a las palmas. Sobre el escenario tan solo una banda de rock’n’roll, compuesta por Carlos Tarque a las voces acompañado de sus amigos que conforman La Asociación del Riff, Carlos Raya a la guitarra, Iván “Chapo” González al bajo y “Coki” Giménez a la batería y una escenografía tan sencilla como unos rayos a ambos lados de los músicos que se iluminan con diferentes colores a medida que transcurren los temas. Cuando lo que ofreces es autenticidad, no es necesario mucho ornamento pues la idea es hacerte disfrutar de la música de una forma directa, y no buscar tanto el espectáculo sorprendente. Entrados ya en situación, Tarque se decantó por recuperar un alegre tema de su homónimo disco anterior, “Heartbreaker”, que fue muy bien recibido y que nos hizo patente que la gente venía con los deberes hechos, pues se sabía los temas al dedillo.
Carlos Tarque es un frontman que no deja de moverse por el escenario en todo momento e incluso en algunos temas como el que nos ocupa se anima a coger una pandereta para ayudar rítmicamente a sus compañeros, quienes a su vez le complementan con coros, dando la sensación de banda unida. Son esos detalles como el estar los unos por los otros, el mirarse buscándose, el darse incluso algún pico, los que nos hacen sentir que hay una fuerte comunión entre ellos que viene de largo y eso es algo muy bonito de observar desde fuera. Justo al finalizar “Heartbreaker” hubo un primer breve parlamento en que Carlos Tarque habló de su felicidad por haber conseguido llenar la sala y presentó “Escapa del amor”, una continuación del ambiente festivo de su predecesora que rezuma espíritu acedeciano por todos los costados. Si bien hay conciertos en los que tiendes a interiorizar el disfrute, con Tarque sucede todo lo contrario, no puedes evitar que se note a ojos vista lo bien que lo estás pasando, ya sea por el dispare automático de tus cervicales o el movimiento incontrolable de tus caderas. “Juicio final”, enlazada a continuación sin respiro, bajó un poco las revoluciones y nos mostró a un Carlos Tarque muy cercano al público, esa gente normal a la que hace alusión la canción, chocando palmas e incluso tomando prestado algún móvil para hacerse fotografías con él. Tanto éste como el siguiente “El diablo me acompañará”, pertenecientes a Tarque, su álbum de debut, son temas un tanto más relajados que permiten que nos podamos fijar más en las capacidades vocales de Carlos Tarque, quien borda sus partes con ese tono tan garajero y rasgado que caracteriza su voz. Y ya que entre Carlos anda el juego, es el turno ahora de Raya para lucirse al final de este tema, tomando el protagonismo con su guitarra y múltiple pedalera que utiliza a su antojo para transmitir emotividad máxima, recompensado con un aplauso generoso por parte del respetable. Tras este baño de masas, Carlos (Tarque) tomó el micro de nuevo para hacer un breve repaso a la historia que generó el siguiente tema, “Días extraños”, que cómo podéis intuir, habla de la época Covid que nos tocó vivir no hace demasiado tiempo y que pilló a la banda justo al principio de la composición de Vol. 2. Si ya en disco me parece que es de lo mejorcito del trabajo, en directo convence más si cabe. No hay que olvidar que en la crónica que hicimos del disco destacamos precisamente la autenticidad de su música y sonido, ese sentimiento de haber sido grabado como si de un directo se tratara, de una forma cruda y sin tratamiento posterior, por lo que el poder ahora contrastar tales sensaciones y darlas por buenas refuerzan nuestras teorías al respecto.
Seguimos instalados en Vol. 2 y dejamos ahora que nuestros Carlos nos seduzcan en el relajado blues “Mar de whisky”, tanto Tarque en su faceta vocal más melódica, como Raya interviniendo con su guitarra de manera solista en diversos tramos del tema. Emotivo momento el vivido tras esta interpretación, que dio pie a la presentación de la banda y al siguiente tema, “Piel de Toro”, dedicado a todos los políticos corruptos del país. Será que el tema pretende denunciar que el estilo escogido es de lo más duro, pero le va que ni pintado y en directo sonó como un trueno. Llegó el momento a los homenajes en forma de versiones, y la primera en salir a la palestra fue “Helter Skelter” de The Beatles, en una línea estilística bastante similar al tema anterior, dejando el pabellón bien arriba, para pasarnos acto seguido a un ambiente mucho más oscuro y rabioso con “Flores de acantilado”. Este tema que se inicia con un trabajo vocal notable por parte de los tres encargados de las voces en Tarque, los dos Carlos e Iván, destaca por su rítmica contundente que nos invita a disfrutar de esta sección que siempre damos por sentada pero que en muchas ocasiones tiene mucho más protagonismo del que imaginamos. Raya se marcó un solo de infarto aquí, pero es que lo que iba sonando detrás a la batería de “Coki” Giménez… cómo para no percatarse del momentazo vivido… tanto que la banda al completo acabó posicionándose alrededor del instrumento rindiéndole pleitesía en un final de infarto.
“Credo” nos devolvió a la senda de la diversión y el desenfado e invitó al seguimiento a las palmas con su marcada pauta rítmica. Siguieron las versiones con “Maldigo”, una versión incluida en Vol. 2 del tema “Evil” de la banda Cactus, otro tema de ritmo endiablado que da alas al lucimiento de los dos Carlos en sus respectivas disciplinas y que también tuvo su pequeño solo de batería por parte de Coki encastado durante el mismo. A mí estos solos integrados a un tema me parece que tienen doble mérito, pues además de mostrar técnica también deben tener coherencia con lo que suena de fondo, así que bienvenidos sean, un diez por ellos. Llevamos toda una racha seguida de temazo tras temazo, por lo llegó el momento de relajar un poco y encarar la tercera versión de la noche con “Jealous Guy”, esta vez compuesta en solitario por un único Beatle, el mismísimo John Lennon. Unos pequeños problemillas con la petaca de sonido del micro de Carlos empañaron un poco el inicio, pero pronto fueron solventados y pudimos disfrutar de esta reinterpretación bastante libre de “Jealous Guy”. La única concesión a M-Clan de la noche vino de la mano de “Calle sin luz”, tema que tuvo un seguimiento excepcional por parte del público, que no paró de corearlo y bailarlo, disfrutándolo al máximo. Enlazaron acto seguido con “Ahora y en la hora», un regreso a Tarque ideal para el directo, pues juega a los contrastes intercalando estrofas lentas con momentos de despiporre total en los estribillos y cómo no, con solo de guitarra de Raya lleno de efectos de pedal incluido.
Tras hacer mención de nuevo a los integrantes de la banda, Tarque por un lado y la Asociación del Riff por otro, se retiraron a tomar un pequeño respiro para encarar un tramo final compuesto de dos temas adicionales. Y es que el tema más macarra de Vol. 2 y que da inicio al mismo aún no había sonado, así que blanco y en botella, esta vez “He vuelto para veros arder” fue el escogido para dar el pistoletazo de salida a los bises. Cómo engancha este tema, si es que lo tiene todo, carácter alegre, melodías contagiosas, riff guitarrero infalible… ¡imposible resistirse a él! Si crees que su versión en disco atrapa, espero que estuvieras allí para comprobar como incluso mejora en directo acompañado por los coros del público, ¡trallazo! “Donde nace el Rock and Roll” puso el broche final a una noche llena de felicidad y buen rollo, estirando el tema hasta la saciedad para dar cabida a la interactuación con la audiencia e incluso enlazándolo con un tramo del “Whole Lotta Love” de Led Zeppelin.
Si rock ’n’ roll es lo que viniste buscando aquella noche, a buen seguro regresaste a casa con una sonrisa infinita. Tarque, Raya, Coki e Iván encarnan la autenticidad de este género en su máxima expresión, valiéndose para ello de una infalible combinación de riffs con melodías vocales explosivas que te transportan con facilidad a las sonoridades de antaño.
Gracias por hacernos disfrutar como enanos de un muy buen recital con el que comenzar las fiestas por todo lo alto.
Setlist:
Bombas en son de paz
Heartbreaker
Escapa del amor
Juicio final
El diablo me acompañará
Días extraños
Mar de whisky
Piel de toro
Helter Skelter
Flores del acantilado
Credo
Maldigo
Jealous Guy
Calle sin luz
Ahora y en la hora
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He vuelto para veros arder
Donde nace el Rock and Roll
Aficionada a la música y los viajes, aunque no sabría decidir en qué orden. Cuando los combino, ¡lo más! Amante de aprender cosas de allá donde vaya, soy un poco la suma de los lugares que he visitado y las experiencias vividas. Daría la vuelta al mundo de concierto en concierto si de mi dependiera, pero las limitaciones terrenales me mantienen aquí y ahora, así que, ¡a sacarle el máximo partido!