Lo que más me fascina de estar metido en este mundillo es la posibilidad de conocer grupos que de otra forma me sería bastante complicado y la verdad que no había prestado mucha atención a Witchcraft, aunque por el numeroso público que se congregó en la sala Monasterio pude comprobar que el underground está más sano que nunca.
Se trata de un grupo nacido en Finlandia, hijos de la blasfemia, del satanismo y los sacrilegios, que a base de demos y splits han ido esparciendo su música y su juventud junto a su brutal actitud por el continente europeo. Tenerlos por aquí se trataba de una cita que todo amante del metal más pútrido y extremo no podía dejar pasar y si además añadimos dos teloneros de lujo como Necroracle y Prophets of Doom la noche prometía mucho.
Prophets of Doom
Llegué que el concierto había empezado pero aún iban por la primera canción. Al entrar ya había mucha gente agolpada frente al escenario y la sala presentaba un ambiente genial, eso sí, lúgubre y oscuro con unas tenues luces rojas que poco dejaban ver. Sobre el escenario estaban Prophets of Doom arrasando con todo con su black/death metal en una onda muy Beherit o Demoncy con toques de war metal. Con una escenografía de lo más ceremonial el trío fue desgranando su repertorio basado en material de sus tres demos con un sonido sucio, pútrido y lo-fi pero con encanto.
No mediaron palabra con el público y entre canción y canción cogían fuerzas a base de licor para ir amenizando la descarga. En sus demos el sonido es un claro homenaje a la primera oleada de este estilo con una producción muy underground y supieron perfectamente trasladar ese sonido, esas sensaciones al directo. Un grupo curioso al que le seguiré la pista.
Necroracle
Tras preparar los instrumentos y la nueva escenografía con velas, incienso, calaveras, huesos y cabezas momificadas se dispusieron sobre el pequeño escenario de la Monasterio Necroracle para realizar una soberbia ceremonia mezclando a la perfección black con death metal interpretando canciones de su demo MMXVIII (2018) y otras canciones nuevas que esperemos graben en breve.
Su puesta en escena es genial, cada uno en su papel y metidos de lleno en su propuesta llena de oscuridad y maldad donde lo oculto y la muerte cobran sentido. Empezaron fuertes con «Through the Eyes of Death» con esa solemne introducción que nos invita a una liturgia envuelta en un manto de misticismo. Con un sonido más nítido que el anterior grupo nos ofrecieron un festín de brutalidad notando a una formación muy bien conjuntada. Influencias del metal escandinavo de grupos como Dissection, Necrophobic, Watain o Sacramentum que hizo las delicias de todos los allí reunidos.
Sonaron el resto de canciones como «Revelations», «Towers of Silence» y «Shrines from Beyond» con ese halo de la vieja escuela tan bien plasmado. Su cantante se desgañitó todo el rato y mostró una brutal actitud al igual que el resto de sus compañeros. Y tras unos 40 minutos de concierto se retiraron con una outro rematando un genial show con el que todos quedamos más que satisfechos.
Witchcraft
Y llegó el momento de los cabezas de cartel con Witchcraft, un joven trío finlandés bastante parecidos en estilo a los primeros de la noche. Subieron a las tablas ataviados con corpse paint y no pararon ni un instante de blasfemar y honrar a Satanás. A la guitarra y voz principal estaba Black Moon Necromancer of Funeral Fornication con unas pintas muy de la vieja escuela del black metal. Tras los parches teníamos a Grotesque Demon of Darkness & Bloodiabolus con su pose impertérrita y sus curiosas caras. Y al bajo y voces Goat Prayer of Black Baptism que me recordaba a Dead de Mayhem, tal cual.
Con una actitud muy directa y agresiva no dejaron ni un momento de repartir tralla por doquier gracias a su batería que realizó un gran show con unos ritmos muy acelerados y con una pegada brutal. El resto le acompañaron a la perfección con esa guitarra sucia y macarra junto a unas buenas voces del averno y un bajo machacón y persistente.
Durante los tres cuartos de hora que duró el concierto repasaron sus múltiples demos y splits en otra liturgia donde honraron a la oscuridad como es debido. La gente lo disfrutó mucho con su propuesta que pareció estar partida en dos fases: una más macarra y visceral con otra más controlada y algo más «técnica» aunque igual de endiablada. Los blast beats y ritmos rápidos se iban sucediendo con otras partes más a medio tiempo con bastante protagonismo para la batería.
La verdad que me llevé una grata sorpresa ya que todos los grupos mostraron un gran nivel y plasmaron muy bien sus respectivos trabajos en directo. El sonido de la sala ha mejorado bastante aunque siempre hay margen de mejora en algunos aspectos como el bombo de batería, a veces se perdía un poco entre todos los instrumentos, por el resto, perfecto. Una gran noche.