La música que se hace para reflexionar sobre las luchas personales de alguien, generalmente es descrita por una banda como el material del que están más orgullosos. Es esa liberación de energía la que puede inspirar a otros a sentirse identificados con el mensaje que el grupo en cuestión nos quiere transmitir a través de sus letras y ayudarlos así a salir de una situación negativa. Para una banda tan pesada y diversa (en estilo) como Northlane, muchos oyentes pueden conocer o no el concepto que prevalece en el quinto álbum de estudio de la banda, Alien (2019). Comercializado como un paso más allá de la impresionante discografía que ya se han forjado, Alien busca no solo una dirección más pesada y abrasiva en la música, sino que también va mucho más allá en el contenido y los temas líricos, pues el foco principal del álbum está centrado en la infancia de su líder Marcus Bridge y en cómo fue criado, que está lejos de ser lo que cualquier niño merece experimentar. Todo ello lo utiliza la banda a modo de catalizador para el estilo y el tono presente en todo el álbum.
Esta banda progresiva de metalcore de Australia es conocida por crear unos ritmos que te cautivan instantáneamente y que encontramos en la gran mayoría de los álbumes y canciones que han compuesto. La verdad es que es sorprendente verles continuar con ese estilo tan característico, pero también sorprende (para bien) verles proporcionar más profundidad a las letras, mientras agregan más colores a su ya de por sí nutrida paleta sonora.
Se lanzaron varios singles antes de que Alien viera la luz ahora hace casi una semana. El primero de ellos es el penúltimo tema, “Vultures”, que acabó formando parte del álbum casi a última hora, ya que parecía encajar bien con el resto de temas. Después de que se publicara el álbum, se lanzaron otras tres pistas, “Bloodline”, “Talking Heads” y “Eclipse”, que son tres excelentes canciones. “Bloodline” es el corazón y el alma de este disco, profundizando en la infancia de Bridge y en el hecho de que sus padres eran drogadictos, y las líneas sobre ser “criado en el infierno” y vivir en “hoteles” pintan una imagen sombría de lo que él experimentó. Además de eso está la musicalidad, estelar, que se escucha a lo largo de la canción, que representa un cruce entre el sonido de esos pesados riffs de guitarra del coro y el colapso y un tono mucho más electrónico e industrial en los versos. La que también es temarral es “Talking Heads”, que habla sobre los efectos posteriores de tal traumática experiencia. El tema es de lo más brutal ,comparable al estilo tan típico de Northlane, que combina contundentes guitarras y batería con la tan característica forma que tiene Bridge de cantar, tan presente a lo largo de todo el álbum. Ambas pistas tienen un ritmo perfecto y son de todo menos aburridas.
A lo largo del álbum, la banda mezcla sin temor metal industrial, electrónica y metalcore, aderezando la cosa con el estilo djent por el que son tan conocidos. La diferencia con la mayoría de álbumes del estilo que han tomado una ruta quizá más orientada hacia la electrónica es que Northlane no insiste en un solo estilo y lo elige como el estándar para todo el álbum. Una pista puede ser más pesada y depender mucho más de los riffs de guitarra y las diferentes voces de Bridge, mientras que otra puede confiar más en estilos de sonido industrial con algún que otro riff ocasional. Creedme cuando os digo que aquí todo está milimétricamente bien calculado y medido. La canción que abre el álbum, “Details Matter”, pateará tus altavoces/auriculares de una manera tan agresiva como contundente, casi sin dejarte tomar un poco de aliento. Es realmente una de las pistas más furiosas jamás creadas por Northlane, en la que destaca la excelente entrega vocal de Bridge. Esto es lo que quiero escuchar cuando alguien habla del quinteto australiano. Después de tan energético inicio están temas como “4D”, “Rift” y “Jinn” que proporcionan mucha variedad al álbum en su conjunto. “4D” me suena a los primeros Linkin Park de la era Hybrid Theory (2000) dado el estilo general de la canción. “Jinn” es similar a “Details Matter” en términos de pesadez, pero tiene más similitudes con el material anterior de la banda. Pistas como “Rift” y la que cierra el álbum, “Sleepless”, son bastante más suaves, tomando unos derroteros bastante más electrónicos y, en mi opinión, aburridos, sobre todo la primera; de la segunda ya os hablaré un poco más adelante. En general, estamos ante un álbum cuyas pistas se conectan muy bien en lo que a estilo se refiere, aún existiendo tan diferentes estilos y matices en este Alien. La actuación de cada miembro a lo largo de todo este trabajo es igual de impresionante e intrincada, incluido a su más reciente fichaje, el bajista Brendon Padjazek, que ofrece voces adicionales para contrarrestar las fenomenales voces de Bridge.
Mientras escuchas Alien, te encuentras con pistas como “Paradigm” y “Vultures” que encajan como piezas de rompecabezas con los temas y mensajes que están transmitiendo, pero son realmente “4D”, “Freefall”, “Eclipse” y “Sleepless” donde siento que las letras profundizan más en el pasado de Marcus Bridge. “Freefall” hace referencia a un evento en particular en el que un hombre armado entró en el Bridge Motel de Kings Cross en el que estaba su familia, apuntando con un arma a su padre, lo que fue traumático para él y su hermana. Las pistas “4D” y “Eclipse” profundizan más en la infancia de Marcus, poniendo más pinceladas de dolor al cuadro de su mísera infancia. “Eclipse” también es notable por su final donde reducen el ritmo mientras que Bridge grita repetidamente “I will never let myself be like you”. Probablemente la canción más potente del álbum (líricamente hablando) sea “Sleepless”, una canción desgarradora que saca a relucir el abuso de sustancias de su hermana y la negativa de su madre a mantenerla alejada de ese veneno. El hecho de que esta canción sea una de las más lentas del álbum le va bien por lo emotivo del tema, y la actuación de Marcus Bridge es absolutamente perfecta. En esta canción, su voz pasa de 0 a 100 muy sutilmente mientras sigue sonando apasionado y honesto. Se me antoja como una manera casi perfecta de acabar el álbum.
En general, uno nos aprecia defecto alguno en un trabajo como Alien, pero si me viera forzado a tratar de encontrar uno sería que algunas pistas no te dan todo lo que uno pudiera esperar… vamos, lo típico de cualquier álbum que se precie. En cada álbum uno siempre encuentra algunas pistas que no igualan al resto en términos de calidad. Sin embargo, todas las pistas de este álbum funcionan, y no noto en los 43 minutos que dura que ninguna esté «incompleta», lo que me hace pensar que este es un muy buen álbum para que puedas descubrir lo que una banda como Northlane tiene para ofrecer. No sé si Alien hará que Northlane pasen a engrosar la lista de bandas más importantes de la escena metal. Partiendo de algo tan delicado como letras que giran entorno al abuso de drogas y una tortuosa niñez, Northlane ha lanzado un álbum que debería no pasar desapercibido para el fan medio de la música, ya que estoy seguro de que hay algo para tod@s en este álbum. En general, Northlane continúa su viaje musical hacia el núcleo progresivo del metal de más alta gama. Alien es un álbum para cualquier persona que esté harta de tanta bandas de metalcore que no hacen más que no romper con los clichés. Para mí, el mejor álbum de djent/metal progresivo publicado hasta la fecha (obviamente, me refiero a este año en curso), con permiso de los señores de Periphery y su IV: Hail Stan (2019).
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J’hayber.