No tenía previsto acercarme este pasado sábado a la sala Estraperlo, pero una serie de circunstancias desafortunadas desembocaron en que mis ambiciosos planes para el fin de semana se desmoronaran por completo y que, en consecuencia, se abriera la oportunidad de bajar a Badalona y asistir a una nueva edición del Festival Fusiònica, ese tozudo evento que se empeñan en montar nuestros buenos amigos de Arcada Koncerts desde hace ya más de dos décadas. Como máximos abanderados del underground en los confines de nuestro bienamado Vallès Oriental, tanto este festival como otros saraos afines (empezando por el exitoso Minibeat y continuando por los pequeños y variados bolos que van cayendo de tanto en cuando en su propio Espai Drástik) suelen tener lugar en Granollers o cercanías, pero hay ocasiones tan señaladas que merecen dar el salto al gran Barcelonés.
Y la de hoy, sin duda, era una ocasión más que señalada, ya que en este 2022 el festival celebra ni más ni menos que su edición número 25. Se dice pronto, pero ya me diréis cuántas cosas duran veinticinco años en un mundo tan abnegado, tan difícil y tan sufrido como es el del underground, que paga los tremendos esfuerzos que requiere con poco más que pasión, abrazos y sentidas muestras de agradecimiento (como si fuera poco, ¿verdad?), pero con bien pocas facilidades y muchas menos pesetas. Así que tras dos décadas y media al pie del cañón, qué mejor lugar para celebrar el haber llegado hasta aquí que el siempre carismático Estraperlo, sala amiga, fiel a la causa y gran meca del punk y el hardcore de Barcelona y alrededores. Una sala, por cierto, que ha tenido un fin de semana movidito y que nosotros hemos visitado hasta en tres ocasiones: Òsserp el viernes, hoy esto e Ignite el domingo.
Para todos aquellos que hemos crecido en el Vallès y nos han interesado un poco las guitarras rasgadas, el Fusiònica siempre ha estado allí. Desde sus inicios en Lliçà d’Amunt, el festival se ha reinventado mil veces, ha coqueteado con múltiples disciplinas y se ha celebrado en decenas de escenarios: desde los golden days en la mítica y añorada La Nau de La Roca del Vallès (dónde muchas veces había estado yo mismo sirviendo birras), pasando por múltiples localidades de la comarca como Mollet, Parets, Sant Feliu de Codines o por supuesto Granollers, y acabando con escarceos ocasionales en Barcelona. Pero no importa dónde se celebre ni cuántos años hayan pasado, porque el espíritu del festival (que en realidad es más una reunión de amigos y, sobre todo, una reafirmación de la escena de comarcas, tan desconocida en la gran ciudad) se mantiene absolutamente intacto.
Para esta edición número 25 (que a pesar de serlo viene etiquetada como Fusiònica 23.0 por algún motivo que no sé y que se me ha pasado preguntar), nos iban a acompañar algunas de las bandas más representativas del entorno Arcada Koncerts. Es posible que el nombre de Zeidun sea el primero que te viene a la cabeza al pensar en este festival, ya que tanto ellos (seis veces con la de este año) como todas sus ramificaciones (Autodestrucció, La Célula Durmiente, Joan Colomo, Esperit!…) han tenido y tienen presencia habitual en los carteles del Fusiònica. También Tansumica y sus anteriores reencarnaciones (Miyahi y Yahi) han tocado aquí un montón de veces, mientras que bandas como TANO! y Saïm (incluso Not Scientists, en el bando internacional) quizás no han venido tan a menudo pero igualmente supuran espíritu 100% Fusiònica.
Desde una perspectiva externa (y lo comento porque así se lo he oído a alguno), quizás alguien podrá pensar que esto de programar una y otra vez a los mismas bandas convierte al Fusiònica en un evento previsible y poco excitante, pero creo que quién opine esto no ha acabado de entender del todo su esencia. Por encima de todo, la razón de ser de este festival es precisamente el servir de punto de encuentro para amigos que vibran y se mueven por las mismas cosas, un sitio dónde las bandas de esa fértil escena catalana de post hardcore y derivados que nació en los primeros dosmiles (al igual que el propio festival) sigan creciendo y disfruten de encontrarse y de celebrarse a sí mismas. Por ello, al llegar a las puertas del Estraperlo me empecé a encontrar con multitud de caras conocidas que tienes asociadas a este tipo de saraos, con ganas de disfrutar y de pasar una noche llena de caña (#volemméscanya #alamerdalocomercial). Por desgracia, y vistos los rangos de edad, no tengo claro que a esto le espere un futuro precisamente esplendoroso, pero de lo que no hay duda es de que el presente está más que vivo.
Tansumica
Ya hemos dicho un poco más arriba que los chicos de Tansumica son una banda habitual en el mundo fusiónico. Formados a mediados de los noventa como No Time to Think, refundados a principios de los dosmiles como Miyahi, re-refundados a finales esa misma década como Yahi y re-re-refundados hace cuatro o cinco años como Tansumica, el trío formado por Toni Feliu al bajo y a las voces, Òscar Òdena a la guitarra y Albert Manils a la batería se empeña en autoimplosionar y empezar de nuevo cada poco tiempo, confinándose así permanentemente a los slots de apertura o de cierre de este tipo de festivales. Como amigos míos que son y como banda que he seguido toda mi vida, la verdad es que tiene un punto de frustrante que escojan tirar sus más que dignos catálogos (con, incluso, algún que otro hitazo) periódicamente a la basura, privándonos así de lo que sería, con toda probabilidad, un repertorio de escándalo. Pero como la banda es suya y es innegable que los tíos aman lo que hacen, pues no nos queda otra que aceptarlo y quererlos tal y como son.
Con la batería de Not Scientists plantada al fondo del escenario y con las amplias pedaleras de Toni y Òscar ocupando la parte frontal, Tansumica abrieron su concierto con un tema que desconocía por completo (por lo que imagino que debe ser nuevo). Como era de esperar, pronto empezaron a atacar canciones de su único trabajo de estudio, el muy notable (y molesto de escribir porque el puto carácter no está en el teclado y siempre tengo que ir copiándolo y pegándolo arriba y abajo) △ que publicaron en 2020, Primero fue la bailonga y pizpireta “Pel•lícula del moment” y poco más adelante dos de mis favoritas: la tremenda, potentísima y muy Refused “Nou Foc” y la bonita, filosófica y gritona “Pànic-O-Mandra”. El sonido les acompañó en todo momento, y mientras la batería de Manils sonaba que atronaba, el juego bajo / guitarra creó una pared compacta y llena de nítidos matices que hacía justicia a la calidad de las canciones interpretadas.
En la pista del Estraperlo aún no se congregaba tanta gente como la que veríamos al cabo de un rato, pero los que lo se encontraban allí estuvieron muy atentos (sin descantillarse lo más mínimo, eso sí) a la sucesión de canciones y bromitas constantes entre Toni y Albert, que demostraban sentirse como en casa en ese escenario. Tras “Ningú no hi pot fer res” e “Impostor”, el siguiente gran highlight de la noche llegó con la compleja y épica “Espècie Dominant” (en la cual sonaron hasta violines), que acabó con el bajo del revés y con Òscar apretando botoncitos a sus pies como si no hubiera mañana. El final la protagonizó la también magnífica “Guarda-ho bé”, un tema muy Engine Down que acabó de demostrar que el tal △ es un discazo muy serio y que juntando sus mejores temarrales con los que han ido acumulando durante veinticinco años de carrera tendríamos un repertorio verdaderamente que te cagas.
Setlist Tansumica:
Troll
Pel•lícula del moment
Zombies Lemmings
Nou foc
Pànic o mandra
Ningú hi pot fer res
Impostor
Espècie dominant
Opinions
Guarda-ho bé
Saïm
Supongo que es fruto de mi más supina ignorancia, pero debo decir que me sorprendió mucho que el trío mallorquín Saïm generara tanta expectación en la noche de hoy. Poco antes de que se subieran al escenario, la pista del Estraperlo se empezó a llenar hasta presentar un aspecto verdaderamente magnífico, e incluso me comentaron que mucha gente había venido especialmente para verlos a ellos. Que es una banda muy apreciada en el entorno Arcada Koncerts ya lo sabía porque no es raro ver a Arni (el jefe supremo de esto) con una camiseta suya, pero desconocía que los baleares tuvieran tanto tirón entre el público barcelonés. Por supuesto, celebro enormemente que este tipo de bandas, aún jóvenes, se hagan un hueco en el circuito catalán, y el gran ambiente que se vivía ya en la sala hizo que me mirara su descarga con muchas ganas.
Desde el primer momento quedó claro que su propuesta se mueve entre un punk rock accesible, una especie de indie “planetario” y una dulzura general no exenta de contundencia. Las portadas de sus discos, de hecho, simbolizan bastante bien el contraste presente en la música de Saïm: un mar de agradables tonos pastel con algún detalle abrupto o perturbador (entendido esto como algo positivo) que les sitúa ligeramente al margen de lo amable. Lo mismo ocurre con los títulos de sus canciones: palabras bonitas, poéticas y evocadoras en su mayoría, pero que contienen siempre algún matiz trágico o molesto. El hecho de cantar en catalán con marcado acento mallorquín les da, en sus momentos más ligeros, un cierto y probablemente involuntario aire a Antònia Font que no hace sino hacerlos más simpáticos a mis ojos (a mi Antònia Font me parece un grupazo), y la verdad es que les costó muy poco meterse a todo público en el bolsillo a base de sonrisas, naturalidad y canciones muy bailables y alegres que, eso sí, no están exentas de crudeza en muchos momentos.
Los que coreaban todas sus letras estaban la mar de felices, por supuesto, pero también aquellos menos familiarizados con su música disfrutamos de un bolo muy compacto, fluido y entretenido. Durante los casi sesenta minutos que estuvieron sobre el escenario interpretaron canciones de sus tres discos de estudio, con especial énfasis en su último Fràgil, publicado el año pasado. Es posible que no inventen nada en concreto, pero a través de una voz melódica y cálida, una sólida e impecable instrumentación, una puesta en escena contundente pero amable y un cancionero pegadizo y la mar de solvente, Saiïm demostraron que el seguimiento que tienen no es casual y que la sonora ovación que recibieron al bajarse del escenario era totalmente merecida. Un excelente descubrimiento al que le veo un amplio recorrido en el siempre movido circuito punk rock catalán.
Setlist Saïm:
Contratemps
Desordre
La mar gran
Tristesa
Tangències
Intempèrie
Saliva
Fx
Autotune
Febrer
Principi d’incertesa
Anit
Celobert
TANO!
Si alguna vez queréis montar algún tipo de sarao o guateque en el que el objetivo final sea el delirio y el descantille absoluto del público, que sepáis que los gerundenses TANO! son toda una garantía de éxito. Porque a pesar de haber seguido más bien poco su trayectoria discográfica (ahora mismo no sabría deciros exactamente por qué), las cuatro o cinco veces que me he topado en directo con este par de animales me han dejado absolutamente flipando. Y eso que así de buenas a primeras tanto Oskar García como Víctor Pelusa parecen ser chavales más o menos tranquilos y normales, pero a la que se suben a un escenario ambos enloquecen por completo y, más importante aún, son capaces de hacer enloquecer al más pintado gracias al espectacular torbellino de intensidad y energía que emana tanto de su música como de su siempre impresionante actitud y presencia escénica.
Mientras el resto de bandas tocaron con la base de batería de Not Scientists, situada al fondo del escenario, TANO! plantaron su inmenso bombo en primera fila y, desde tan cerca del público como les fue posible, nos atizaron un puñetazo tras otro hasta dejarnos totalmente (pero placenteramente) noqueados. Mientras el grandote Victor aporreaba su instrumento con una fuerza y una destreza fascinantes, Oskar se parapeto tras una maraña de pedales y rasgo su preciosa Rickenbacker (nota mental: de las poquísimas guitarras o bajos que no fueron Fender en la noche de hoy) con una intensidad admirable. Y por si ni tuviera suficiente con las seis cuerdas, la pedalera y la gestión de múltiples ruiditos, el guitarrista gerundense aún tuvo tiempo y energía para pegar unos berridos desgarrados y punzantes que ponen la guinda perfecta a la apisonadora imprevisible, culebrera y alocada que son estos chicos.
Más allá de dejarse llevar por la locura puramente sónica que emana de los altavoces, lo más bonito de asistir a un concierto de esta gente es fijarse en la compenetración que existe entre ellos, buscándose la mirada constantemente para encontrar siempre el momento correcto en el que hacer lo que sea que toque hacer, por inesperado y sorprendente que le parezca a la audiencia. De entre todos los formatos de bandas, un dúo es sin duda el más íntimo y expuesto, y la confianza y el entendimiento existente entre ambos miembros tiene que ser mayúsculo (yo tengo un power duo de estos con mi hija de nueve años, así que si algún día llenamos el Estraperlo ya os contare). Lo que existe entre estas dos bestias pardas del escenario no sé qué es exactamente, pero sin duda se trata de uno de los dúos más animales y convincentes que yo he visto en directo (y debo haber visto unos cuantos). A nivel de disfrute personal, de hecho, el suyo fue muy probablemente mi concierto favorito de la velada. Menudo bolazo y que jodidamente buenos que son TANO!.
Setlist TANO!
L’última frontera
Miracles perduts
Agustano Segura
La gran riuada
Mala llavor
L’ànima en pena
La bèstia
Jano Montano
La torre de les bruixes
Criant corbs
Lladre de temps
L’eterna creuada
Gretano Thunberg
Les ruïnes del demà
Not Scientists
Quizás por su condición de banda internacional, los franceses Not Scientists fueron sin duda los grandes cabezas de cartel de hoy. Este matiz, que podría parecer innecesario dada su indudable repercusión y proyección, lo hago porque a pesar de que es evidente que el cuarteto de Lyon es la banda más grande y conocida a nivel global de todas las que tocaron aquí esta noche, no me queda del todo claro que fueran los que contaron con más expectación entre los asistentes. Es cierto que a su salida al escenario la sala aun presentaba (prácticamente) el mismo aspecto magnifico que en los dos últimos conciertos, pero la respuesta del público me pareció significativamente menos entusiasta que con Saïim y TANO!. Dicho esto, lo cierto es que la banda liderada por Erwan Follain demostró una calidad, una elegancia y unas tablas en directo incuestionables (no en vano han girado por medio mundo), y a pesar de que el público quizá no los sintió tanto “de la familia” como los demás (aunque podrían, porque también suelen grabar en el Ultramarinos de Sant Feliu de Guíxols), tampoco hay duda de que se pegaron un bolazo muy serio con un sonido verdaderamente espectacular.
Con batallón de sonrisas y simpatía arriba y abajo del escenario (su bajista se pasó literalmente todo el concierto sonriendo), los franceses fueron descargando temas de su aún no tan dilatada discografía con fluidez y naturalidad. Nunca me había planteado el motivo de su nombre, pero visto su aspecto cultureta y universitario es probable que lo de “not scientists” venga precisamente porque en su tiempo libre eso sea precisamente lo que son. Nacidos de la semilla de unos Uncommonmenfrommars que tuve la oportunidad de ver en mi lejano viaje al Furyfest de 2005, su música actual cabalga en el algún lugar entre el punk rock, el post punk y el indie rock, resultando en una amalgama melódica, dinámica y agradable que, sin demasiadas estridencias, resulta tan pegadiza y envolvente que puso a toda la sala bailando a su son sin que tan siquiera nos diéramos cuenta del todo.
En ese momento de bailoteos generalizados fue cuando se notó un revuelo en las primeras filas que acabó con Arni (máximo responsable tanto de Arcada Koncerts como del Fusiònica) volando por los aires y navegando sonriente, agradecido y feliz por encima de los también sonrientes, agradecidos y felices asistentes que ocupaban ampliamente la pista. Desde el escenario, la banda se lo miraba todo sonriente, agradecida y feliz de que tanta gente hubiera venido a verlos, de que hubiera tan buen ambiente y de que todo el mundo se lo estuviera pasando tan bien. Y es que por muy abnegado, sacrificado y económicamente ruinoso que sea el underground, estos momentos no tienen precio y compensan todo lo demás. Y yo, abnegado periodista aficionado que tampoco ve una peseta de todo esto a pesar de haberle dedicado horas y horas, también sonrió agradecido y feliz cada vez que tengo la suerte de vivir alguno de estos momentos y, además, tengo la oportunidad de contároslo.
Setlist Not Scientists:
Push
Perfect World
I’m Brainwashing You
Paper Crown
Heart Attack
Rattlesnake
8×5
Submarine
Orientation
Downfall
Shoplifter
Leave Stickers on Our Graves
Zeidun
Leí en no sé qué sitio que Zeidun se define hoy en día como una banda que ni está ni deja de estar, que no es que estén separados ni tampoco unidos, sino que palpitan de tal forma que, a veces, confluyen en el mismo lugar para regalarnos alguno de sus conciertos ocasionales. No es extraño que estos momentos de confluencia coincidan casualmente con un Fusiònica (qué cosas), y está claro que su presencia aquí no podía ser más apropiada (se me antoja que casi necesaria) para celebrar la efeméride tan notable que cumplíamos hoy. Los de Sant Celoni son sin duda uno de los grandes nombres de esa potente e influyente escena post hardcore que se gestó a principios de los dosmiles con un pie en BCore y el otro en Sant Feliu de Guíxols (con su festival, su Atzavara y sus Estudios Ultramarinos Costa Brava), que tenía Aina, XMilk, No More Lies, The Unfinished Sympathy, Standstill o los propios Zeidun como máximos exponentes y que marcó con fuego a una cantidad ingente de jóvenes catalanes del momento (jóvenes que hoy son cuarentones y que en buena parte siguen liderando y asistiendo a fregados como el de hoy).
La trayectoria discográfica estricta de Zeidun fue muy limitada, con un par de discos y otros tantos splits concentrados en el periodo 2000-2005. Tras esa explosión inicial que les convirtió en banda de culto por méritos propios para siempre jamás, todos sus miembros se esparcieron como si fueran bolas de drac para formar una miríada de proyectos tan diversa e interesante que sería fútil listar aquí. De tanto en cuanto, con más o con menos ensayos preparatorios mediante, los cinco deciden reunirse de nuevo para volver a repasar esos temas que los hicieron grandes y para volver a comprobar si la magia entre ellos sigue intacta. Porque si algo ha caracterizado siempre un concierto de Zeidun no es tanto la calidad de sus canciones o la destreza en su ejecución, sino que sabías que encima del escenario iban a pasar cosas gracias a la encantadora personalidad escénica de sus miembros y a la particular química existente entre ellos.
Debo decir que su descarga de hoy fue un pelín desconcertante, empezando por el hecho de lo que empezó casi como una prueba de sonido se convirtió en el concierto en sí sin que nos quedara del todo claro qué estaba ocurriendo allí. La xerrameca caótica y ya habitual entre el dulce Joan Colomo y el vehemente Cándid Coll sirvió de hilo conductor a un repaso más o menos extenso (pero al que le faltaron no pocos temazos) a su breve discografía, con un par de versiones cafres de los Autodestrucció del propio Càndid y de la inesperada «Ja n’hi ha prou»· de 24 Ideas. No hay duda de que el concierto fue divertido y de que ellos siguen siendo encantadores, pero también mentiría si digo que sonaron todo lo cohesionados que pudieran haber sonado. Hubo en momento en el que tuvieron un problema con el sonido, y lo salvaron con nota gracias a una jam jazzística elegantemente liderada por Mau y por Xavi, pero cuando todo estuvo bien creo que no acabaron nunca de encajar instrumentalmente ni de sonar especialmente sólidos. Algo probablemente normal y que les perdonaremos sin problemas. claro, tratándose de una banda que no había dado un directo (ni ensayado, claro) en vete a saber cuántos años.
Tras su ya clásica «Nits de tripi», se bajaron del escenario sobre la una y media para dar paso a un par de dj’s que alargaron la fiesta hasta las mil y que acabaron de servir para celebrar que veinticinco años con un proyecto de este tipo son muchos años, y que para seguir aquí a estas alturas se tiene que ser muy tozudo y hacerlo muy bien. ¡Muchas felicidades, Fusiònica, que cumpas muchos más y que nosotros estemos ahí para verlo!
Setlist Zeidun:
When the Psilocybin Started Flowing Through the Priest’s Blood
Zulo
5000 Words
Infected Boy
Lide misto zisku!
Kill the President
Crazy
Galactic
La búlgara
A la puta merda (versión de Autodestrucció)
Ja n’hi ha prou (versión de 24 Ideas)
La birra (versión de Autodestrucció)
Nits de tripi
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día.
Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.