Nothing dejaron de ser un secreto hace ya algún tiempo. Amantes de las portadas horribles pero diseñadores de los más coquetos discos de los últimos lustros. Nothing tienen ya formada una reputación que les permite divagar estilísticamente y navegar en aguas desconocidas. Su sonido se ha ido modelando a lo largo de los cuatro discos que nos han entregado. En ellos podemos vislumbrar odas al mejor shoegaze, flirteos con el post hardcore y abrazos cálidos al noise pop.
Delicioso es el adjetivo que mejor se adapta a The Great Dismal. Los amantes de los sonidos más estridentes de guitarras huirán. Los que buscan un disco directo lo aborrecerán. Pero este disco tiene de todo y todo ello reside envuelto en un papel adornado de arco iris. Es una moñería, lo sé. Pero este disco tiene una belleza tangible que te invita a abrazar tu almohada y dejarte llevar a través de un viaje a los más preciosos paisajes del planeta.
En The Great Dismal esas grandes ondas de sonido son aún más fuertes que en los anteriores discos. Las guitarras son más ricas y con capas más densas Los tambores suenan más gruesos. Todo el disco está bañado en el mejor noise pop del momento.
El disco se desliza en la divisoria que une los conceptos intrínsecos de dos de las bandas punteras del shoegaze, My Bloody Valentine y Spiritualized. Personalmente me inclino a contextualizar Spiritualized como el factor determinante de la explosión en The Great Dismal. Por momentos mi mente logra conectar este nuevo disco con And Nothing Hurt (2018), el último trabajo de sus homólogos ingleses. Pero los de Philadelphia saben diferente, pues no hay rastro aún de la psicodelia. Tiempo al tiempo.
«Say Less» si tiene el sonido My Bloody Valentine con esa guitarra tan lograda. “Bernie Sanders” es el símil de Spiritualized. Otros cortes más intensos como «Just a Story» y «April Ha Ha», combinan riffs a lo The Smashing Pumpkins. Las voces de Domenic Palermo saben interactuar entre la frialdad y la calidez, siempre en su justa medida. Su trabajo es jugoso y su registro siempre impoluto. Las guitarras aparecen cuando se las precisa. En cortes como “Bernie Sanders”, “Blue Mecca” o “In Blueberry Memories” logran atraer toda tu atención.
Quizás y como único pero puedo comentar que hay algún momento de atasco, algo de monotonía. Pero personalmente no lo considero algo malo. El shoegaze más puro tiene esa monotonía impresa algo superficial que te hace desconectar pero que si escuchas a fondo sabrás sobrellevar.
Nothing firman un nuevo acierto en su carrera. Con su cuarto disco siembran la semilla de algo que tienen en el horizonte y aún no saben como definir. Sin duda, queda entre nosotros poder afirmar que serán una de las bandas de shoegaze más grandes de un futuro próximo.