Un buen día me dirigí al negocio donde trabajaba una amiga -era una nevería-. Yo llevaba una playera de Anthrax de su gira del Worship Music Tour de 2012. Me dijo que la esperara y me fui a sentar en una mesa. Uno de sus compañeros me miraba y me miraba hasta que se animó a ir conmigo a platicar. El tipo tenía la pinta de ser un metalero chapado y atrapado en el tiempo con su cabellera larga. Se acercó y me dijo: «¿Anthrax? ¿Te gusta Anthrax? Si es lo menos metal que hay». Le miré y le respondí: «Me parecen músicos auténticos y fuera de los clichés del metal». No me dijo nada y simplemente rio.
«Now we’re Anthrax and we take no shit
And we don’t care for writing hits
The sound you hear is what we like.»
Para muchos, Anthrax es una banda menor, una banda que no merece estar dentro los llamados Big 4… tema que, por cierto, resulta tan discutido y se ha vuelto una de esas discusiones bizantinas, incluso se sugieren bandas que podrían representar mejor al thrash metal que a éstos neoyorquinos, ya sea Exodus, Overkill, Testament… Incluso no podrían estar a la altura de los otros «tres grandes» al no ser tan malévolos como Slayer, técnicos y pretenciosos como Megadeth o populares y archifamosos como Metallica.
«We’ve got real def rhythms and fresh new jams
And ya think we got egos but we’re just hams.»
Pero Anthrax se ha ganado su lugar en la historia del thrash metal dando álbumes tan memorables que el tiempo les ha dado la razón. Basta con escuchar su material debut, su Fistfull of Metal de 1984 o el cuarteto de combos con Belladona a las voces: Spreading the Disease (1987), Among the Living (1986), Persistence of Time (1988) y State of Euphoria (1990). Y de allí dar la repasada a sus trabajos con John Bush, siendo el Sound of White Noise (1993) el más destacado de su era para un servidor, y ni hablar de los grandes trabajos que nos han compartido en la década pasada desde el regreso de Belladona a las voces: Worship Music (2011) y For All Kings (2016).
«I’m on your case, I’m in your face
Kick you and your father back in place
Step up sucker, understand
Don’t you know.»
Sin embargo, no estamos aquí para hablar de sus discos o su trayectoria, sino más bien para centrarnos en un tema en especial que, de hecho, es de un EP lanzado en 1987 que causó revuelo y opiniones encontradas. Lanzado durante la gira del Among the Living en 1987 por Island Records. Fue producido por la banda, Eddie Kramer y Paul Hammingson. El EP contenía la canción «I’m the Man», que era el sencillo que le daba título al trabajo, cuyo plástico contenía tres versiones de la misma, una censurada para su distribución en la radio, otra sin censura y una en directo. Uno de sus mejores covers de su carrera, «Sabbath Bloody Sabbath» de Black Sabbath, y para el final nos dejaban con «Caught in a Mosh» y «I Am the Law», ambas también en directo. La portada del EP mostraba a la banda en un rollo como de raperos con gorros, bermudas y muchos graffitis. Algo muy curioso para su época.
«I’m the man! I’m the man!
I’m so bad I should be in detention!
I’m the man!»
Los años 80 fueron unos años gloriosos para el metal ya que vivía su mejor momento y los negocios iban bien con él, y el thrash metal se convertía en el nuevo rey indiscutido de la escena por las bandas que lo interpretaban con destreza y salvajismo puro. Álbumes clásicos se lanzaban desde todas partes del globo y hasta la fecha son respetados. Imagínense que en medio de toda esa efervescencia musical aparece algo, una canción alejada del sonido metálico y con una mezcla de rap, restándole todo lo «metálico» al trabajo… ¿Qué pensarían? ¿Cómo reaccionar? ¿Se trataba de una banda de falso metal? ¿Eran payasos queriéndose hacer los graciosos? ¿O simplemente se divirtieron un poco experimentando con sus propios gustos musicales?
«Shut up!»
No es un secreto que al buen Scott Ian, alma de la banda, sentía una afición por Public Enemy, banda de rap formada en Nueva York en 1982. Incluso puedes ver varios clips de la banda en vivo donde Scott aparece usando una playera de Public Enemy sin miedo al qué dirán, y es que esa es una cualidad de la banda como conjunto; trabajan todos y todos colaboran para el resultado del álbum. Hacen música por el mero gusto de hacerla y hacen la música que quieren hacer sin esperar la aprobación de los demás. Charlie Benante, Frank Bello, Joey Belladona, Scott Ian y, en el momento de la grabación de I’m the Man, Dan Spitz, tenían muy claras las cartas de cómo tenían que trabajar… y aún lo hacen con su actual guitarrista Jonathan Donais.
«For a heavy metal band raps a different way
We like to different and not cliche
They say rap and metal can never mix.»
La verdad es que I’m the Man tuvo una respuesta muy buena por parte del público. Basta con ver los vídeos de la época en donde la gente cantaba al unísono de la banda. El resultado fue claro: habían creado algo nuevo y era bueno. Anthrax hizo esa canción no para ser un éxito de ventas o buscar colocar un tema en los anales de la Historia del Metal (aunque al final sí lo hayan conseguido). No, su intención fue meramente la diversión, una canción divertida hecha para ser tocada en directo y al hacerlo fuese un momento «no serio» dentro de su listado de canciones. El mismo Charlie Benante reconoce eso de su canción: su único objetivo fue la diversión. Scott, Frankie y Charlie se unían a las vocales, Joey Belladona se situaba detrás de los tambores y Dan Spitz se quedaba con su Flying V.
«Well all of them can suck our
Sexual organ in the lower abdominal area!
No man, it’s dicks!»
Como una curiosidad, los Beastie Boys lanzaron en marzo de 1987 el sencillo «No Sleep Till Brooklyn», una canción de rap con los instrumentos propios del heavy metal, y contaron con la participación del señor Kerry King realizando un solo alucinante marca Slayer para la canción y en diciembre del mismo año aparece I’m the Man. ¿Se habrán inspirado en aquella canción de los de Brooklyn? Sin duda. La diferencia entre Anthrax y los Beastie Boys es que los primeros sí son una banda de thrash metal declarada –aunque, en la actualidad se encuentran lejos de la vena pura del thrash– y los segundos disfrutaban mezclando estilos y divirtiéndose con ello.
«So, as this rap is winding down
It’s plain to see we wear the crown.»
Ahora bien, esa no sería la única incursión de Anthrax en el mundo del rap. En febrero de 1988, Public Enemy daría a conocer «Bring the Noise», en cuya antepenúltima frase de la tercer estrofa se lee: «Wax is for Anthrax, still it can rock bells». Esto no es de extrañar ya que, como se menciona arriba, Ian era fanático de Public Enemy, y él cuenta que alguien le mostró fotos de Ian a Chuck D, vocalista principal en Public Enemy, con la playera sobre el escenario y esto llamó la atención del rapero, aunando, claro, los deseos del guitarrista por colaborar con ellos en un futuro con la misma canción. No sería hasta julio de 1991 cuando ambas bandas se reunieron para realizar la regrabación de «Bring the Noise», lo que les llevó después a realizar una serie de conciertos juntos interpretando al final del show dicha canción en conjunto.
«You know Anthrax is number one
But we don’t care, we just want to have.»
Mezclando unas melodías tradicionales de la cultura judía e italiana y con unas rimas muy al estilo de los Beastie Boys, surgió una canción que sería la primera piedra de la catedral del nu metal o rap metal. Así, en los años siguientes de la década de los 90 tendríamos bandas que mezclaban poco o mucho el rap con el metal, véase por ejemplo a Korn, Linkin Park, Limp Bizkit, Rage Against the Machine, incluso podríamos incluir a Slipknot dentro de esta mescolanza musical al incluir a un DJ como miembro de la banda. De hecho, podemos decir que Anthrax no fueron los primeros en mezclar dichos géneros, véase por ejemplo «All Hell’s Breakin’ Loose» del Lick it Up (1983) de Kiss en donde el canto de Paul Stanley se acercaba al rap y la colaboración de Aerosmith con Run-DMC en «Walk This Way» en su versión de 1986. Hoy en día, dicha mezcla ya no resulta extraña, aunque hay que pensar que en su momento pudo causar cierta extrañeza.
Es verdad que son 34 años desde la publicación de I’m the Man y no 40. Sin embargo, en este aniversario no está de más recordar los logros en su carrera y vaya que I’m the Man es uno. Esperemos y sigan siendo más y por ahí se rumora en los oscuros senderos del metal que no están lejos de lanzar un nuevo material.
«A festival!
«Fun» you stupid idiot!»