Crónica y fotos del concierto de Obituary + Assot + Dejadeath - Sala Razzmatazz 2 (Barcelona), 9 de Agosto de 2017

Obituary vuelven a demostrar en Barcelona que juegan en otra liga

Datos del Concierto

Bandas:
Obituary + Assot + Dejadeath
 
Fecha: 9 de Agosto de 2017
Lugar: Sala Razzmatazz 2 (Barcelona)
Promotora: Route Resurrection Fest
Asistencia aproximada: 600 personas

Fotos

Fotos por Albert Vila

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Así pues, la decisión del Resurrection Fest de traer aquí este Route y de escoger para abrir a dos bandas locales que están lejos de ser muy conocidas pero que tienen una calidad sobradamente contrastada y un seguimiento fiel entre la parroquia barcelonesa demostró ser totalmente acertada. Y también pudimos comprobar una vez más que, a pesar de que a los metaleros nos gusta quejarnos de que cada día somos menos y de que todo el mundo nos trata fatal, el género no solo está lejos de morir como algunos se empeñan en asegurar, sino que goza de una salud notable. Evidentemente, no todo son «flores y violas» (existe, esta expresión, en español?) y hay muchas cosas que desde la comunidad rockera y metalera debemos mejorar, pero al loro, que no estamos ni mucho menos tan mal. Y qué queréis que os diga, aunque desgraciadamente pocos vean un céntimo de todo esto, y nosotros los que menos, yo estoy muy feliz viviendo bien lejos del mainstream y de los gustos de la sociedad, que es algo que a todos los niveles, y no solo musical, me dá un poco de grima.

Dejadeath

Había muchas ganas de ver a los locales Dejadeath después de la publicación a finales del año pasado de un espectacular Satan is Losing Momentum que aún no habían tenido la ocasión de presentar en directo. Por ello, y a pesar de ser los encargados de inaugurar la velada, consiguieron congregar a un buen puñado de gente ansiosa de ver qué eran capaces de demostrar los chicos de Christopher Baque-Wildman y Mr. Ax, una banda que se ha ganado una reputación en directo bastante intachable más allá del aura de cierto culto que les rodea al haber nacido de las cenizas de los míticos Asgaroth. En los (pocos) conciertos que han dado como cabezas de cartel en los últimos años se suelen apoyar en un soporte audiovisual del que hoy no pudieron disponer, así que junto al hecho de contar con solo 30 minutos de actuación, ya sabíamos antes de empezar que lo que íbamos a ver hoy iba era un poco de sucedáneo de lo que nos pueden ofrecer Dejadeath en un entorno preparado para ellos. Pero bueno, menos dá una piedra!

Casi a las ocho en punto, con unos minutos de retraso sobre el horario previsto, se subían al escenario los cuatro miembros de la banda barcelonesa, que no consiguieron cumplir su promesa de que se les vieran las caras lo menos posible (el único que pudo hacerlo fué el bajista Imanol, perdido en una gran mata de pelo que sacudió constantemente con bastante frenesí). Con su interesante mezcla de death metal, groove y metal progresivo y moderno reflejada en los tres magníficos álbumes que han publicado hasta la fecha, Dejadeath dieron el pistoletazo de salida a su descarga con «Insidious Overlord», perteneciente a su segundo y aclamado disco ¡Viva Dios!. Pero aunque empezaron como un cañón, ofreciendo mucha tralla y menos matices que en estudio, enseguida vimos que algo no iba del todo bien: el sonido procedente de la guitarra de Mr. Ax se empezó a cortar al segundo tema para acabar desapareciendo por completo de la mezcla para desesperación del guitarrista y de los técnicos que iban y venían constantemente a trastear con los cables, amplis y pantallas involucrados.

La banda, con un tiempo de actuación muy limitado, decidió no parar a pesar de los problemas, así que lo que empezó muy bien perdió también algo de momentum, al igual que Satán, ya que tanto el sonido, el detalle y la definición de las canciones como la comodidad del cuarteto encima del escenario se vieron claramente resentidos, pero aún así fueron desgranando temas de sus dos últimos discos hasta que finalmente el problema se solucionó del todo (cambio de uno de los cables mediante) cuando tan sólo les quedaban un par de cortes para concluir su show. Y ahí sí que, por fin, sonaron como tenían que sonar: potentes, aplastantes, dinámicos y abrasadores como son Dejadeath y como son sus canciones. Especial atención al temón que es «You Might As Well Die», introducido por un discurso en perfecto inglés del ínclito Emilio Botín, que fué lo más disfrutado de su descarga junto a la final «Every Pig Into the Fire». En este tramo final, Dejadeath se resarcieron ante los bastantes fans que tenían ganas de verlos, aunque me sabe mal que aquellos que no los conocían no pudieran llevarse una impresión fidedigna de lo que es este grupo. En todo caso, parece que la banda está a punto de anunciar finalmente fechas de presentación de Satan is Losing Momentum, así que estaremos muy atentos para poder disfrutar pronto de toda la experiencia Dejadeath sin, espero, inoportunos problemas técnicos como los de hoy.

Setlist Dejadeath:

Insidious Overlord
Slow Demise
LoveLoveLoveLove
Voluntary servitude
The Cripple Revolution
You Might as well Die
Every Pig into the Fire

Assot

Los vallesanos Assot venían a repetir presencia en la mediana de las Razzmatazz después de que ya fueran teloneros de Brujeria en esta misma sala hace poco más de medio año. Yo no pude ir a ese concierto, pero parece que el cuarteto de Sant Celoni convenció de tal manera que se ha merecido la oportunidad de abrir para otra leyenda del death metal como es Obituary. Y lo cierto es que visto y escuchado lo que pudimos ver y escuchar hoy, tampoco cuesta de imaginar que tengan más oportunidades para telonear a cualquier banda de metal extremo que se les ponga por delante. Herederos de Moksha (y se nota!), con quiénes comparten dos miembros, su propuesta es sencilla e innegociable: death n’ roll grave, gordo, sucio, duro y potente en la vena de los mejores Entombed de mediados de los noventa. Suenan como un cañón perfectamente engrasado y convencen sin matices tanto en los momentos más rápidos y rompecuellos como en los pasajes más lentos, pesados y babosos. Además, tienen tablas y confianza de sobras sobre el escenario y la gente los disfrutó sin ninguna reserva los conocieran de antes o no, hasta el punto que más de uno (y esto no es una licencia literaria) me comentó haberlos descubierto hoy para seguidamente correr a pillarles un CD en el puesto de merchandising.

Su repertorio consistió en varios temas de sus dos discos de estudio y de su split con Ósserp (Cap d’Estopes), con algo más de protagonismo para Territori Hostil, su álbum más reciente, publicado en 2014 y que reclama continuación en breve. Tanto la abrasadora voz de Guillem como la batería de Narcís y las cuerdas graves y distorsionadas de Pasku al bajo y de Oscar Montero a la guitarra sonaron perfectamente compactas en todo momento poniendo en evidencia el gran momento en el que se encuentra la banda. Una característica especial de Assot es que todas sus canciones (en catalán, por cierto) tratan de leyendas populares misteriosas y oscuras procedentes de su Montseny de origen, una zona particularmente rica en historias de brujería y otras tetricidades. Ni que decir que en directo no se entendía en absoluto de qué iba cada una de ellas (es más, ni tan siquiera entre canción y canción se distinguía demasiado el discurso de Guillem Funollet), pero para los que vivimos en esa zona y tenemos sus bosques y montes bien interiorizados es inevitable que nos lo tomemos con un cariño especial. Es difícil destacar temas concretos de su rocosa e intensa descarga, pero a mi me gustaron especialmente «Setge de Llops» y la penúltima «Tretze Bruixes», que desató algunos de los pogos más enérgicos de la noche. Cerraron tal y como lo hace su último disco, con «Montclús Maleït», y se fueron del escenario bajo una merecida ovación de una sala que a esas alturas ya estaba casi llena.

Setlist Assot:

1714
Cap d’Estopes
El Senyor de la Foscor
El Niu del Guerrer
Setge de Llops
L’Home Mort
Gat Mesquer
Territori Hostil
Pedra Gentil
Tretze Bruixes
Montclús Maleït

Obituary

A pesar de que en Barcelona hemos podido ver a la banda de los hermanos Tardy hasta cuatro veces en poco más de dos años, el público de la Ciudad Condal parece no cansarse de ellos, y la verdad es que no me extraña. Todos los que hemos tenido ocasión de asistir a sus directos sabemos perfectamente que el quinteto de Florida es una garantía absoluta sobre la tarima. Pero no es que te garanticen que harán un buen concierto y ya está, sino que sabes que te van a aplastar la cabeza con su compacta y contundente precisión y que van a barrer del escenario a cualquiera que se le ocurra pisarlo antes o después. Así lo hicieron en el Rock Fest el año pasado, así lo hicieron cuando vinieron con Carcass y Napalm Death hace un par de años e inevitablemente así lo hicieron hoy. Esto no desmerece por supuesto las actuaciones de sus teloneros, pero es que Obituary llevan ya unos cuantos años jugando en una liga en la que juegan bien pocas bandas, la gente lo sabe y por eso la sala Razzmatazz 2 estuvo muy cerca del lleno en pleno mes de agosto.

Aprovechando su paso por el Vagos Open Air portugués el fin de semana anterior, y teniendo en cuenta que este fin de semana su agenda dice que les toca participar en festivales en Bélgica e Inglaterra, los chicos del Resurrection Fest pillaron a Obituary por banda y les encasquetaron un par de fechas por la península en forma de Route, fuera de un tour realmente preparado como tal. Por ello la decoración de la banda fué mínima, con solo un telón bastante pequeño, e incluso escatimaron del todo en temas de road crew: los miembros de la propia banda fueron los encargados de montar y desmontar la batería y demás cachivaches y de probar que todo funcionara. Cuando así lo estimaron, se subieron de nuevo a un escenario iluminado con unas luces tenues y el acompañamiento de unos inquietantes ruiditos que iban a dar pié a «Internal Bleeding», un tema perteneciente a su primer álbum y que constituyó una de las pocas sorpresas de la noche.

La puesta en escena de la banda es impecable a la vez que conocida: un desmadrado Donald Tardy, toda una bestia de esto, dirige el cotarro desde detrás de los parches, descalzo, descamisado y con una coleta que mantiene su inmensa barba bajo control. Su hermano John, ataviado con los mismos pantalones militares y la misma camiseta negra de manga larga con los que le recuerdo toda la vida, no para de moverse de un lado a otro del escenario escondiendo su cara detrás de su frondosa y sansónica melena rubia. Mientras el bajista Terry Butler se mantiene constantemente en un impasible segundo plano y Trevor Peres pasa también bastante desapercibido a su lado en el flanco izquierdo del escenario, Kenny Andrews no tiene problemas en interactuar y poner jetos constantes para erigirse, a pesar de ser el miembro más reciente de la banda, en el gran animador junto a Donald. Pero vaya, tampoco os penséis que hace falta mucha animación, ya que la música de la banda habla totalmente por sí sola y es más que suficiente para excitar al personal.

El repertorio estuvo mayoritariamente formado, como casi siempre últimamente, por temas pertenecientes a sus dos primeros discos, Slowly We Rot y Cause of Death, aparcando de nuevo el The End Complete y gran parte de su obra posterior. Está claro que temazos como «Chopped in Half», «Turned Inside Out», la opresiva»‘Til Death», la agónica e impresionante «Dying» o la feroz y contundente «Find the Arise» son pináculos de su discografía y elementos imprescindibles en su conciertos. Pero claro, si limitan su tiempo de actuación a una mísera hora y cinco y tenemos que meter unos cuantos temas nuevos (qué menos!) como «Visions in My Head», «A Lesson in Violence», o la triunfante «Ten Thousand Ways To Die», al final ya queda poco tiempo para más, con lo que no hay más remedio que dejar en el tintero una cantidad de temones que, de alargar un poco más el concierto o de acortar un poco las aparentemente inexplicables pausas en las que estan todos como parados sin hacer nada, seguro que tendrían sitio. Pataleta a parte, lo cierto es que toquen lo que toquen suenan incontestablemente atrondores, tanto o más que nunca, haciendo que lo complicado parezca simple y aplastando a un personal que se animó desde el principio a por pogos y circle pits.

Uno de los mejores momentos de la noche llegó con «Don’t Care», la única representación de su infravalorado y semiolvidado World Demise (donde estan «Final Thoughts» o «Solid State»?), que sirvió para cerrar el set principal al cabo de poco más de cincuenta minutos de concierto (lo que oís). Tras unos minutos de acoples y ruiditos que la banda aprovechó para tomarse un respiro, volvieron para atacar el ya icónico y pegadizo riff de la instrumental «Redneck Stomp» que habitualmente utilizan para empezar sus conciertos pero que en esta gira se ha visto relegada al bis. Es curioso ver como una sucesión de riffs tan aparentemente sencillos y repetitvos pueden sonar tan absolutamente gordos y atronadores, generando la locura entre el personal. Como para querer compensar tanta simplicidad y lentitud, enlazaron con una parte también instrumental pero innegociablemente frenética, llena de solos más o menos virtuosos por parte de Trevor Peres. Finalmente, acabamos como todos los conciertos de Obituary con la celebrada y reconocida «Slowly We Rot» y su amalgama de partes de todos los pelajes, precedida en este caso por un amago de «Raining Blood» que jugó con el corazón de los más inocentes.

Así que vamos, se les perdona porque son la leche y después de ser apabullado de esta manera tampoco es justo quejarse, pero una hora y cinco es muy poco para una banda con esta historia, y hay algunos temas que deberían estar sí o sí. Se trata del mismo minutaje que en un festival o que en una gira donde no sean el cabeza de cartel, lo que no me parece del todo normal. En todo caso, es increíble lo que estos chicos son capaces de sacar de un equipo aparentemente sencillo, con una colección de amplis y pantallas de lo más normal, y sin casi cambiar de instrumentos en ningun momento. Según me comentaba uno de los técnicos de la sala al concluir el concierto, el chico que se encarga de sonorizar a la banda usa un montón de gadgets de la vieja escuela, con compresores analógicos y demás artilugios, que hacen que los de Florida suenen absolutamente únicos. A la salida, y tras la visita obligada a un puesto de merchandising con diseños muy interesantes por parte de la tres bandas, caras de sorpresa entre los exhaustos metaleros al encontarnos de bruces con una llovizna que había rebajado las temperaturas en una quincena de grados. Quizás este concierto y este cambio de temperatura dejará de recuerdo algun que otro constipado entre aquellos que sudaron más, pero seguro que, si lo piensan bien, será un constipado feliz.

Setlist Obituary:

Internal Bleeding
Chopped in Half
Turned Inside Out
Visions in My Head
Sentence Day
Lesson in Vengeance
Dying
Find the Arise
Ten Thousand Ways to Die
‘Til Death
Don’t Care

Redneck Stomp
Slowly We Rot

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Sobre Albert Vila 954 Artículos
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día. Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.