Obliveon – From This Day Forward: 30 años de un clásico olvidado

Historia

Canadá siempre me ha parecido uno de los países más interesantes en cuanto a la escena de thrash metal se refiere. Quizás no fueran los pioneros en el estilo, como lo fueron sus vecinos del sur, o consiguieron un sonido tan rudo y definido como lo alemanes, y quizás por ello nunca ha tenido demasiada repercusión mediática como país referente, porque si nos centráramos únicamente en calidad y variedad pocos países le hacen frente. La originalidad del sonido de Voivod, el refinamiento y la complejidad de Annihilator, el thrash directo y sin contemplaciones de Razor y Sacrifice, los toques hardcore de Slaughter con Strappado, o la oscuridad de Infernäl Mäjesty en esa obra maestra que es None Shall Defy, son solo una prueba de lo que el gran norte blanco tiene que ofrecer. Pero hoy en referencia al trigésimo aniversario de su álbum debut From This Day Forward, nos centraremos en analizar una de las bandas más extrañas, eclécticas, y originales del thrash técnico: Obliveon.

Considerada banda de culto, tuvo muy poco reconocimiento durante sus primeros años y fue con el paso del tiempo, que sus álbumes se revalorizaron y cobraron una cierta notoriedad en la escena. De hecho, el álbum que hoy nos ocupa ya fue grabado por ellos bajo el nombre de Fiction of Veracity (la canción más larga del álbum) en 1989, pero después de fichar por el sello Active Records decidieron regrabarlo con mejores medios (dentro de la austeridad que conlleva el hecho de que tuviera que ser la propia banda la que se encargara de la mezcla). Lo cierto es que la producción de los dos álbumes deja bastante que desear, puesto que hay una evidente falta de pegada que no ayuda a hacer más digeribles unas canciones ya de por si muy complejas estructural y melódicamente. Si bien es cierto que en el primero, tienen un sonido más clásico dentro del thrash sucio recordando por momentos a bandas como Kreator, y en este From This Day Forward ya está más enfocado a la dirección que tomaría la banda, con sonidos más espaciales y estrambóticos que culminarían con la para mi, su obra maestra, Nemesis. Un sonido más parecido a bandas como Voivod o Anacrusis, pero con una voz cercana al death, que me hace pensar que son una de las mayores (sino la mayor) influencia de una de las bandas más reconocidas hoy en día: Vektor.

Canciones

Vamos al disco pues, que comienza con la canción homónima «From This Day Forward». Si mis disertaciones sobre el sonido de la banda estaban siendo confusas, creo que con esta primera canción queda más que claro lo que quiero decir. La canción comienza con unos arpegios de melodía más bien exótica, que me recuerdan a la música india o al psicodélico, que son inmediatamente interrumpidos por unos golpes rítmicos de batería y guitarra, que va armonizándose cada vez más en cada compás, mientras la voz recita sus primeros versos. Y con esto tenemos la tónica general de lo que será el disco: ritmos sincopados, voces death sobre riffs que se armonizan con quintas y séptimas y fraseos espaciales. La siguiente, «Fiction of Veracity», es para mí la mejor del disco, llevando su propuesta al extremo con una canción de más de ocho minutos. Una joya progresiva que te lleva por mundos inimaginables a lomos de tu halcón milenario particular. El sonido que consiguen con los arreglos de bajo es espectacular, y los cambios de ritmo cuando la voz entra hacen que consiga esa mezcla perfecta de composición, headbanging y psicodélia. La parte final es un crescendo perfecto de la que como ya he dicho creo que el Terminal Redux de Vektor bebe como el que más.

«Droidomized» me parece la canción más thrasher del disco, más centrada en los cambios de ritmo y de riffs, y no tanto en las evoluciones armónicas; en otras palabras, abandonan ligeramente su vertiente progresiva para abrazar la técnica. El ritmo se acelera sin perder ese toque que tienen en todas sus canciones, y el trabajo de Stephane Picard al bajo vuelve a ser espectacular. «Imminent Regenerator», trata de seguir la estela de su anterior, pero en mi opinión no tiene la misma pegada ni la misma calidad. Aún así es una buena canción con uno de los mejores solos del álbum.

Volvemos a ritmos más calmados en el inicio de «It Should Have Stayed Unreal», que recupera la forma compositiva de las dos primeras canciones, con desarrollos más trabajados y capas de sonido que se entremezclan encima de las otras. Riffs densos donde la atmósfera prioriza sobre la tralla, su último minuto es para enmarcar y enseñar en las escuelas de composición. El arpegio final nos lleva de manera orgánica a la siguiente canción del álbum: la instrumental «Access to the Acropolis». Una canción continuista con el resto del disco, que sin embargo va de más a menos, con un comienzo inspiradísimo pero que no acaba de culminar con las expectativas que presenta. Aún así, en mi opinión estaría, muy probablemente, en un Top 15 de instrumentales del género por el atrevimiento que presenta, pero varios escalones por debajo de obras maestras como «The Call of Ktulu» de Metallica, «Arc-Lite» de Coroner o «Into the Lungs of Hell» de Megadeth.

El álbum finaliza con la más que notable «Chronocraze», que resume a la perfección de lo que esta banda es capaz: atmósferas laberínticas, oscuridad trascendente, y desarrollos exóticos pero muy métricos.

Puntos Fuertes y Débiles

From This Day Forward es un álbum, al que se le pueden encontrar ciertos fallos, dentro de que es un clásico del género que compite contra grandes como Coroner, Annihilator, Voivod, Artillery… pero donde demuestran claramente que son una banda que puede jugar perfectamente en esa liga cuando se lo propone. Aunque no lo corroborarían hasta el siguiente álbum Nemesis, al que ya pocas pegas se me ocurre ponerle. Su principal fallo es el sonido, demasiado plano y mecánico, y que no ayuda a que sea un álbum fácilmente disfrutable. La batería está excesivamente baja y con un sonido demasiado procesado, las guitarras tienen poca fuerza en comparación a sus coetáneos y el bajo pese a gustarme mucho está lejos del sonido que consiguen en Nemesis. Todo ello hace que el álbum adolezca de dinámica, y suene demasiado homogéneo. Otro posible fallo, es la excesiva repetición dentro del álbum. Pese a tener un sonido muy característico, y constantes cambios, las canciones no se diferencian demasiado entre sí, y conforme vas avanzando en el álbum menos sorprendente se te hace su propuesta.

Como puntos fuertes está la solidez del álbum, donde no hay una sola canción mala, y el nivel no baja del notable en ninguna. Lo cual complica mucho la tarea de quedarte con una de ellas, porque tampoco hay ninguna que destaque por encima de las demás, simplemente depende de los gustos de cada cual. La calidad compositiva está fuera de toda duda, demuestran ser una de las bandas más originales y distintivas del género, siendo para mí una mezcla de Voivod con Sodom, y resuelven de manera perfecta el típico dilema del thrash técnico que se debate entre la complejidad técnica y la narrativa de la canción. Me gustaría remarcar también, el gran papel que juega el bajo en las composiciones, puesto que no se dedica simplemente a apoyar los demás instrumentos, sino que es un elemento cuasi protagónico, con sus propias líneas y melodías, que le dan al álbum un toque muy distintivo.

En resumen, me parece un disco histórico del thrash underground que debería salir más veces a la luz por toda la influencia que ha generado en bandas posteriores. Es uno de aquellos discos que, pese a no poder ser considerados obras maestras absolutas, se quedan muy cerca, por lo inspiradores que son y los nuevos caminos que abren dentro de un género que tiene muchas más posibilidades que las que el mainstream indica. Un disco que pese a sus imperfecciones, es un indispensable para cualquier amante del thrash progresivo, y de aquellos que hacen nacer en la gente ganas de tocar en un grupo.

Joan Garcia