
Ya tenemos aquí lo nuevo de Obscura, con el tiempo justo para darle una escucha antes de verles actuar en Barcelona. Escribo esto desde el avión de vuelta de mis mini-vacaciones desde Londres, unas horas antes de verles en La Nau de Barcelona, puesto que no me quería perder su visita. Puede que esta reseña no esté muy madurada, pero ahí va mi primera impresión de este A Sonication al completo.
Este trabajo representa la segunda parte de la trilogía empezada con A Valediction (2021), que marcó la vuelta de Obscura con una formación muy parecida a la original. Sin embargo, con este lanzamiento, Steffen Kummerer estrena otra vez una nueva alineación con Kevin Olasz a la guitarra, Robin Zielhorst al bajo y James Stewart a la batería. A Sonication va con la polémica servida incluso antes de su lanzamiento, con acusaciones de los ex-miembros Christian Münzner y Alex Weber de incluir composiciones suyas sin aparecer en los créditos, y después de que Kummerer les asegurara que no las iba a usar en el nuevo material.
Una polémica que se hace patente en las redes de la banda, y sobre la que intenté preguntarle al frontman hace unas semanas en una entrevista por email, la cual aún no ha llegado ni se la espera. Tampoco ha hecho ningún comunicado, veremos si le sirve la estrategia de ignorar el problema hasta que la gente se olvide. Pero polémicas a parte, hoy estamos aquí para ver cómo encaja este nuevo álbum en la discografía de la banda, que hasta la fecha ha sido poco menos que impecable. ¿Estará A Sonication a la altura?
Pues la cosa empieza fuerte con «Silver Linings», primer single que también nombra a esta gira que tenemos encima. Un abridor veloz y técnico, de estructura similar a la de discos pasados, con algunas partes más atmosféricas. Con «Evenfall» y esa preciosa línea de bajo compuesta por Alex Weber fue cuando empezó la discordia. Es un tema más lento y groovy que nos puede recordar a canciones anteriores como «Mortification of the Vulgar Sun». Eso sí, tiene las parte más memorables del álbum.
Y a partir de aquí acaban los adelantos y se vienen las novedades de verdad. «In Solitude» vuelve a las sensaciones iniciales, con ese virtuosismo guitarrero marca de la casa y más arpegios y tapping. No tenemos ninguna pista demasiado larga en esta ocasión, y con «The Prolonging», puede que estemos delante de la más breve de la carrera de Obscura, con solo dos minutillos. Con lo que mola ya podrían ser más, pues es una pista llena de tralla y destreza, con título bastante contraintuitivo, la verdad.
Nos adentramos en pasajes instrumentales más progresivos con «Beyond the Seventh Sun», donde brillan las guitarras e incluso el bajo fretless de Zielhorst se arranca algún solillo. Es un buen tema, aunque para ser de esta banda a lo mejor se echa de menos algo más de complejidad en los riffs. Esto no le falta a «Stardust», con cambios rápidos que nos mantienen en vilo y donde vuelve la voz sucia de Kummerer. Muy completa, seguramente una de las mejores canciones del plástico.
Y grata sorpresa cuando «The Sun Eater» arranca con esos d-beats que invitan al mosh, un ritmo poco empleado por Obscura que le da frescura y diversidad a la escucha. Una buena candidata para los directos. Y con la pista homónima llegamos al final, también repleto de velocidad y líneas de guitarra retorcidas marca de la casa.
Tenemos un disco muy directo para los estándares de la banda, que en general va al grano y muestra la faceta más agresiva de Obscura. Cómo no, tiene también sus dosis de progresivo más lento y contemplativo, pero si lo que te mola es el tech death al uso, A Sonication te va a encantar. Para mí, no llega a la altura de su antecesor, ni de los mejores álbumes de la banda, pero eso es algo tremendamente difícil dado el altísimo nivel que manejan normalmente.
En resumen, Kummerer consigue salir airoso con este trabajo, que según se rumorea, ha sido producido con cierta prisa por los terminios con la discográfica, y con todo el percal del cambio de formación. Quizás por eso sea el álbum más corto del grupo, con poco menos de 40 minutos de duración. La mezcla y la producción parece que también han sufrido un poco en este sentido, con un sonido más plano y menos trabajado que en anteriores esfuerzos, aunque tampoco es un drama. Eso sí, Obscura sigue siendo garantía de calidad, incluso cuando los vientos soplan en contra.
Y como pequeño epílogo de esta reseña que escribo después de su concierto del día 8, mencionar que ninguno de los miembros de la mencionada formación acompaña en directo al señor Steffen en esta gira. Ya sería el colmo del colmo que los tres hubieran salido por patas… Veremos si es así o es una enorme casualidad que ninguno de ellos haya podido salir a tocar en directo por Europa. Próximamente tendréis la correspondiente crónica con todos los detalles de la noche.
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Me metí en esto del metal a los 14 años, y de concierto en concierto he ido descubriendo las bandas nacionales e internacionales que forman parte de este mundillo. Ahora aporto mi grano de arena a Science of Noise contando lo que pasa en los eventos de la zona y algunas novedades discográficas.
También toco la guitarra y el bajo en algunos grupos de la escena local. Tengo los huevos pelaos de tocar en el Ceferino.