Parece mentira que ya hayan pasado tres años desde Diluvium (2018); qué rápido pasa el tiempo. El pasado 19 de noviembre, POR FIN salió uno de mis discos más esperados de este 2021. Efectivamente, estoy hablando del A Valediction, de los super técnicos Obscura. Los alemanes llevan cerca de 20 años en la escena y no han dejado de superarse en cada lanzamiento… ¿Lo habrán hecho otra vez?
Posiblemente, nos encontremos ante una de las bandas más conocidas dentro del mundillo technical death, y sinceramente, su fama me parece completamente merecida. Obscura tienen la fórmula para subir como la espuma, y bueno, es lo que ya van haciendo, aunque quizás más lentamente de lo que me gustaría. Su evolución ha sido notable en cada uno de sus lanzamientos. Desde su primerísimo Retribution (2006) hasta el A Valediction que hoy comentamos han habido cambios, aunque siempre en una línea tech deathiana melódica muy característica de la banda.
Podríamos decir que sus álbumes se han ido “Gojireando” (jajaja perdón). Con esto me refiero a que sus temas se han ido volviendo más progresivos, y realmente, si comparamos el sonido de Akróasis (2016) o de Diluvium con el de Cosmogenesis (2009), madre mía si hay diferencia. Sus primeros álbumes eran deliberadamente feroces, con la velocidad de una bala y la fuerza de 20 tornados. Pero el cambio a la progresión y el añadido de más melodía no les ha hecho menos brutales, sino más acertados y maduros, diría yo. Han conseguido una armonía perfecta en los elementos principales de su música, teniendo el tecnicismo como eje principal.
Sin duda, algo a resaltar de esta banda es la habilidad de sus músicos, aunque ha habido bastantes cambios de formación a lo largo de su historia. El cambio más reciente fue el año pasado, cuando Christian Münzner en la guitarra y Jeroen Paul Thesseling en el bajo, volvieron a unirse a Obscura, al lado del vocalista y guitarra original Steffen Kummerer y el nuevo baterista, también añadido a la banda en 2020, David Diepold. Después de este precioso reencuentro, much@s esperaban una vuelta a los inicios en el nuevo material, ya que casi son la formación original de la banda, solo les faltaría Hannes Grossmann. Parece, pero, que han seguido más en la línea del Diluvium, en breves lo comentaremos.
Vamos a por el disco entonces. A Valediction es una clara representación de lo que es Obscura. Los riffs contundentes y enrevesados, con el bajo fretless como sustento y el doble bombo completamente perfeccionado, han formado parte de la esencia de la banda ya desde el nacimiento de la misma, pero me atrevería a decir que en A Valediction han sacado lo mejor de cada composición.
La primera pista es “Forsaken”, que abre con la atmósfera más cósmica y contundente posible. Es la pista más larga del A Valediction pero se hace cortísima, si durara dos o tres minutos más tampoco me sobrarían, seguramente. La guitarra inicial que se va volviendo misteriosa y triste a medida que se le suman el bajo y posteriormente el resto de los instrumentos es simplemente icónica. Los giros y los cambios de ritmo a los que Obscura nos tenían acostumbrad@s siguen estando aquí, con el frenesí habitual de las guitarras en cada riff y la complejidad compositiva general que es digna de admirar. Solo escuchando la primera canción es fácil darse cuenta de que tras tres años no han bajado la guardia ni un poquito.
“Solaris” se alza con la voz enfurecida de Steffen Kummerer en primer plano. El espectáculo de guitarras y la batería a todo trapo hacen de este tema una bestia que suena a los mejores temas de Necrophagist. Y cuando parece que el tema no puede mejorar más, Christian Münzner se marca un solo impresionante. En tercer lugar tenemos “A Valediction”, el tema que da título al álbum. Aquí el bajo de Jeroen Paul Thesseling coge protagonismo, con esas líneas que se comen todo el territorio y acompañan al dinamismo de las guitarras que se mueven a la velocidad de un torbellino. El bajo en Obscura resulta ser una pieza esencial, y sin la cual su sonido no sería el mismo que conocemos. La ejecución de Thesseling en cada pista es deslumbrante, su capacidad técnica es espectacular, solo hace falta ver un playthrough suyo para admirar su casi insuperable conocimiento del instrumento. Sigo impresionada con los giros que se cascan esta gente, sus ocurrencias disonantes y estructuralmente impactantes consiguen generar la energía del movimiento de la galaxia en la mente de cualquiera. Además, esta canción es jodidamente pegadiza, no hay manera de que me la quite de la cabeza.
La siguiente pista es “When Stars Collide”, que sacaron como videoclip antes de lanzar el disco entero. Las melodías son impetuosas y trasladan la rabia de la voz a los instrumentos. El estribillo suena estupendo con ese riff principal tremendamente inmaculado. La voz limpia y el solo que ocupa la parte final del tema, otorgan a esta pista el toque formidablemente épico que no podía faltar en un trabajo de Obscura.
Y cómo suena la batería de Diepold en “In Unity”, buuuff… Esta pista recuerda al The Sound of Perseverance de Death, con destellos de Alkaloid y Beyond Creation. Los riffs densísimos de este tema me obligan a derrumbar mi cabeza hacia el portátil mientras lo escucho, sin duda suena acojonante. Francamente, creo que nunca me cansaré de escuchar los audaces movimientos del virtuoso Münzner en la guitarra.
Seguidamente suena “Devoured Usurper”, un tema oscuro y espeluznante que contrasta regalándonos las voces más graves del lanzamiento. Los gruñidos de Kummerer nos asaltan desde su sonido más death y gutural. Esta canción es bastante distinta a lo que nos suele presentar Obscura, pero oye, suena que te cagas y no desentona demasiado.
Y justo después, sigue el séptimo tema, “The Beyond”. Aquí sí que vemos el tipo de riffs habituales de Obscura. La fuerza que emana de esta banda es temeraria y salvaje. Consiguen darle su toque colosal a cada nota. De la misma manera lo vemos en “Orbital Elements II”, que aún siendo una canción instrumental, sigue siendo tan potente y fiera como el resto del álbum. Las armonías que componen esta pista son un reflejo de lo que la banda puede hacer sin el soporte vocal, y madre mía, queda claro que su excelencia técnica no necesita añadidos.
A continuación pasamos a “The Neuromancer”, otro de los temas monstruosos del disco. Las líneas de bajo suenan exorbitantes y la voz gritada añade profundidad a la canción. Los momentos más densos del tema son sin duda, un acierto. Cómo funcionan los cambios de ritmo en Obscura, tienen un talento especial para integrar en un mismo tema riffs que parecen inconexos escuchados separadamente. Tienen una manera de componer única, haciendo que las canciones tengan un aura orgánica y reflexiva impecable.
La penúltima canción es “In Adversity”, que arranca rauda y veloz, con un grito desgarrador de Kummerer que enseguida nos pone en situación. Otro temazo destacable lleno de giros fortuitos, una batería inquebrantable, momentos pesados que recuerdan al hardcore y riffs invencibles. Y para terminar, cierran con “Heritage”. La pista es un monumento al tech death melódico sobresaliente. El bajo suena a gloria mientras la epicidad de la canción aumenta cada segundo. Un tema verdaderamente espectacular que termina el álbum por todo lo alto.
Dicho esto, queda claro que han superado mis expectativas. No tengo dudas en cuanto a que Obscura seguirán manteniéndose en la cumbre del technical death. Estoy segura de que este será un álbum al que recurriré un montón de veces más, y si para muchos el Akróasis fue el culmen de su carrera, aquí llega otro culmen al que alabar.
Además, A Valediction tiene tantos matices distintos que cuanto más escuchas el álbum, más detalles y texturas descubres. Estamos ante uno de esos discos que vale la pena escuchar activamente, sin estar haciendo nada más a la vez. Y ni siquiera así es posible apreciar todo lo que han colocado en su nuevo material, este lanzamiento es una verdadera locura. En mi opinión, han superado a Diluvium con creces, siendo A Valediction el mejor trabajo de Obscura hasta la fecha. Echadle un vistazo si no lo habéis hecho ya… ¡Recomendadísimo!