Durante el tiempo en que los eventos estaban completamente cancelados, bastaba con mantener una conversación con cualquier persona o un rápido vistazo a las redes sociales para dar por hecho que en cuanto volvieran a normalizarse los conciertos, la gente acudiría en manada a todos los que se nos iban a venir encima. Pero las cosas han vuelto a encauzarse, y la triste realidad de nuevo se nos planta ante las narices: parece que la gente no se decide a acudir a los directos a no ser que sean de bandas grandes en recintos más grandes aún, a precios de cuyo tamaño ni voy a hablar.
Y así nos encontramos el sábado 26 ante la puerta de una Wurlitzer Ballroom (la Wurli para los amigos) desierta y sin visos de que se fuera a animar la cosa en un plazo corto. Y el cartel, desde luego, no se merecía tan tibio recibimiento: por un lado se presentaban los complutenses Jipis Atómicos, prometiendo una descarga de punk zapatillero y bandarra, y por otro los inclasificables Occhi di Farfalla, presentando su último trabajo, Iraun, publicado en febrero de este mismo año.
Con la idea ya hecha de que el concierto iba a ser bastante familiar, llegó la hora de comenzar con el ruido. Y desde el primer acorde no pude más que compadecerme de quienes no se decidieron a acercarse a la céntrica sala, porque la noche fue como la seda.
Jipis Atómicos
Unos quince minutos nos separaban de las diez cuando los de Alcalá, bien coloridos y cargados de ganas pese a las adversidades, subieron al escenario, dispuestos a dar un buen repaso a su disco Paz, amor, plutonio (2021) y de paso regalarnos un buen puñado de temas que quedaron fuera de la grabación. Poniéndose de cero a cien en apenas un momento con «Mendrugos», el trío ya no bajaría la intensidad en los cincuenta minutos que nos quedaban por delante.
La espídica «Superpunk», seguida de su tarjeta de presentación «Jipis atómicos», rematada por «Bluetooth» se encargaron de servir como toma de contacto para caldear el ambiente. Tras los saludos de rigor y los inevitables comentarios jocosos sobre la afluencia (comentarios que seguirían presentes durante el resto de actuación), la banda volvió a lo que mejor sabe hacer: repartir tralla en todas direcciones.
Temazos ya conocidos como «Colleja», «Qui cum puber dormitae» o «Te sientes bien» se fueron entrelazando con otros a los que ya hay ganas de hincar el diente en una nueva grabación, como «Rockin’ Rocka King», un mazazo directo al cerebelo, «Skate», que nos recuerda que el deporte no siempre es salud, o «Paraguas», con una muy apropiada dedicatoria a cierto sector de la población que se empeña en joderle la vida a otra gente con pequeños detalles.
Y golpe tras golpe llegó la hora de encararse con la recta final de un bolo repleto de energía, buen hacer y ante todo ganas de diversión, con unos Jipis Atómicos dándolo todo y haciendo gala de unas tablas que solo los años son capaces de otorgar.
Setlist Jipis Atómicos:
Mendrugos
Superpunk
Jipis atómicos
Bluetooth
Colleja
Humanoide
Rockin’ Rocka King
Misil
Infierno
Qui cum puber dormitae
Me gusta odiar
Sin preguntas
Te sientes bien
Skate
Perro no come
Fábula del Sr. Genaro
Paraguas
Perro infiel
Al límite
Yo lo hubiera
Impunidad
Occhi di Farfalla
He de reconocer que, pese a que los vascos Occhi di Farfalla van camino a cumplir una década, no los conocía hasta unas semanas antes del concierto que nos ocupa. Y al dar un repaso a su discografía, me entró una gran curiosidad por ver cómo defenderían su repertorio en directo. Y os aseguro que podría intentar explicar lo que me encontré el sábado, pero me quedaría corto.
«Porlanez ase» sirvió, al igual que en su anterior trabajo, de apertura, para dar paso a un bloque centrado en su último álbum, Iraun. Para cuando «Denok zimelduko gara» daba paso a «Sagar errak ta ardao gorria», los presentes ya estábamos totalmente embelesados con la calidad de la banda y más que convecidos de que estábamos ante un concierto del que íbamos a hablar durante bastante tiempo.
El quinteto, con una impecable Miren respaldada por unos músicos que sabían perfectamente lo que se hacían, siguieron desgranando su grabación como una maquinaria perfectamente engrasada. Pero como siempre sopla algún viento por donde no debe, una guitarra decidió que era buen momento para deshacerse de la primera cuerda. Ante este caso, que ni es el primero ni será el último, ¿cuál es la mejor opción? ¿Cambiar la cuerda y romper el ritmo del concierto? ¿Pedir el instrumento al otro grupo y que sea lo que tenga que ser? Juanmi tuvo claro que ni una cosa ni la otra: defendería el resto de la actuación con cinco cuerdas. Y vaya si la defendió.
El repaso a Iraun se cerró con la imprescindible «Sanatorium», a la que siguieron «Herio bakarra, heriotz ugari», «Warsaw» y, para poner punto y final a un concierto que nos tuvo con la boca abierta en todo momento, «Nerekin», única mención de la banda a alguna de sus grabaciones anteriores a Destino epikoak (2019)
Se finiquitaba así esta noche de doblete en la que se disfrutó tanto sobre el escenario como bajo él, y que estoy seguro que cualquiera de los presentes firmaría por repetir.
Setlist Occhi di Farfalla:
Porlanez ase
Denok zimelduko gara
Sagar errak ta ardao gorria
Iraganik gabe
Beste behin esnatu naiz
Oihu bat
Sanatorium
Herio bakarra, heriotz ugari
Warsaw
Nerekin