Abril, hacia principios de dicho mes, la promotora Madness Live!, magistralmente se saca de la chistera (y ya van…) una nueva criatura bajo el nombre de Okkult Session. La cosa promete. Bajo la premisa de «noche dedicada a explorar los sonidos más oscuros», se concibe esta primera sesión y las altas expectativas se instalan y se apoderan de mí. ¿El nuevo hermano pequeño del Be Prog! que la misma promotora organiza? ¿Quién sabe…?
Comienza su apuesta fuerte: los británicos proto-<inserte aquí> Godflesh, un dúo que no precisa de presentación alguna y la sensación desde los países bajos, Dool, quiénes podríamos tildar que recogen el legado musical de los extintos The Devil’s Blood.
Pasan las semanas y van cayendo más bombas en forma de los lusitanos Sinistro, una banda en muy buena forma y que casa a la perfección con el concepto del Okkult Session. Completan el cartel los densísimos venidos desde la región flamenca Amenra, capaces de despeinarte con sus monolíticos riffs, y la quizá no tan conocida en nuestros lares, Louise Lemón con su delicada voz. Damas y caballeros, pasen y vean a la oscuridad reinando en esta primera sesión.
Louise Lemón
A las 17:00 me cito con una bella señorita venida de Suecia. Reconozco no haber estudiado para mi particular cita con Louise Lemón, por lo que mi imagen es desgarbada y desaliñada, a diferencia de su estética. Su voz, al contrario, y por ende, su música es delicada y sosegada. La evolución de sus notas crea un perfecto viaje musical con crescendos y diminuendos. Encontrándonos ambos sedientos, pedimos un tipo de brebaje para disfrutar durante nuestra charla: vaivenes poppies, ecos de la electrónica, ligeros retazos folkies y del soul y el minimalismo del ambient.
Ella, en todo su esplendor torácico, me atrapa desde sus primeros compases con sus notas más altas y caigo rendido ante su tono vocal. Por momentos, me trae a la mente a una Chelsea Wolf mucho menos oscura y lisérgica, con un enfoque más onírico y dulce. 40 minutos dura nuestro encuentro, una especie de cita a ciegas con esta sueca afincada en Barcelona, de tímidos «gracias» entre conversación (tema) y conversación (tema).
Sinistro
Cual romance de verano, volvería felizmente a encontrarme en el camino a Patricia Andrade. Ella, a diferencia de su coetánea sueca, es fogosa, vivaz y expresiva. Todas esas cualidades, te atrapan, te enamoran. Patricia y Sinistro hacen que te conquisten por su metamorfosis. Pueden presentarse tenues, refinados y sofisticados… pero sus raíces y la sangre lusitana que recorren sus venas convierten a la teatral cantante lisboeta en un basilisco, sacando sus garras a pasear y capaz de engullir al público más exigente. El carisma y liderazgo, creo que jamás estuvieron tan bien representados en una mujer de armas tomar. Porque a veces, la propia personalidad de una cantante, puede hacerte caer rendido a sus pies, en pos de su físico o lo ‘diva’ que una pueda ser.
Porque Sinistro, no solo está representada por la teórica figura delicada pero a su vez estelar de Patricia. La banda al unísono, con sus monolíticos riffs, finura y gusto compositivo, elevan a cotas inimaginables (léase el caso de “Abismo”, “Relíquia” o “Partida”, por citar unos ejemplos) mi reencuentro con mi portuguesa favorita. ¡Obrigado!
Dool
En horario ya plenamente vespertino, a uno, en su rutina diaria siempre le apetece bajar al bar de turno a tomarse unas cervezas. Y si es con Ryanne van Dorst, ¡mejor que mejor! Ryanne es la clásica colega con la quién te irías de juerga. Ella es: desenfadada, de actitud puramente rock’n’rollera y sobre todo… ¡auténtica! Le da lo mismo que rompa una cuerda de su guitarra, o que se detenga su show ante una vorágine de problemas técnicos. Por su cuerpo fluye la energía de una persona que se quiere comer el mundo. ¡Y Dool al completo no son para menos!
Como he dicho anteriormente, lejos de ‘desconectarse’ ante variopintos problemas, supieron reconvertir las desavenencias en una forma de automotivación, para ofrecernos una juerga musical al completo. Desde los clarísimos singles de su aclamadísimo Here Now, There Then (2017); “The Alpha” o “Oweynagat”, pasando por el lavado de cara que le imprimen a “Love Like Blood” de una banda tan seminal como Killing Joke. Nunca tres guitarristas al unísono, crearon una banda de rock tan personal, oscura y lisérgica al mismo tiempo.
Amenra
Caído ya el sol, la cosa se ponía seria con Amenra. Y nunca una puesta de sol tuvo un mejor significado con los belgas. Literalmente, se pasearon por el Okkult Session como los vencedores de la contienda cual cinta del The Fight Club. Nos golpearon a cada riff, a cada nota, a cada golpe en lo más profundo del alma. Inteligentemente flanqueados por las imágenes que proyectan, recrean a la perfección la atmósfera adecuada para descargar su energía. El cóctel perfecto: violencia sonora acompañada de unas visuales inquietantes.
Prácticamente 70 minutos desgarradores que por momentos se vieron empañados por aquellos quiénes no sienten/respetan/valoran el arte en la medida que lo merece. Y es que el murmullo en las partes más tranquilas y apacibles, empañaron por completo el clímax al cual te someten Colin H. Van Eeckhout y sus séquitos. Pero quedémonos con lo más importante. El viaje extrasensorial infringido por Amenra, produce una tensión auditiva gracias a cortes como “Diaken” (momento álgido de la noche a título personal), “Nowena | 9.10”, “Am Kreuz” entre otras, dónde las progresiones rítmicas y musicales copan a sus anchas. Es más, creo “Silver Needle. Golden Nail” a modo de clausura, se convierte en un himno imprescindible como última parada de esta odisea sonora, entre lo terrenal y lo celestial. Amén.
Godflesh
Con las fuerzas ya justas tras semejante ciclogénesis musical, Justin Broadrick y su inseparable G.C. Green pondrían el broche de oro a la noche. Con Godflesh, los adjetivos a uno le resultan estériles. Pioneros, precursores, padres de, bizarros, proto-loquetedelagana, etc. El símil o paralelismo que utilizaría para su íntegro set de 11 temas, fue cómo el de viajar a finales de los 80 a una nave/rave puestos de anfetaminas y LSD en plena sesión de Industrial. Todo encajaba. Luces blancas, los beats de la caja de ritmos, las voces cacofónicamente reverberadas… ¡todo! Es más, incluso en las primeras filas mucha gente se agolpaban hipnotizados por los patrones rítmicos tan marcados de los de Birmingham.
Quizás por no considerarme a mí mismo un fanático de los británicos, por el cansancio acumulado y porque apenas cayeron un par de temas de la piedra angular ‘Streetcleaner’, su actuación y paso por el Okkult Session se me antojó más que correcta. Aunque a tenor de las impresiones intercambiadas con otros camaradas, saciaron la sed de aquellos quiénes expresamente se acercaron por ellos.
Con ellos se dio por concluida esta primera edición, con una merecidísima nota muy notable en todos los aspectos: organización, horarios respetados, staff amistoso, muy buen sonido de la Sala Mon y una propuesta/alineación de bandas que congregó a un montón de gente de todas las partes del país. ¡Enhorabuena Okkult Session!
Otra de mis pasiones es la prensa escrita musical. Con sus luces y con sus propias sombras. Poseo una dilatada experiencia en medios como el extinto Pitchline’Zine (2005-2016) del que fui redactor-jefe o Subterraneo Zine (2017-2019).