Comentaba hace dos años que Ordinary Man (2020) bien podría ser el último disco del Madman. Pero como es habitual, Ozzy aún existe para callarnos las bocas. Si bien es cierto que todo paso que da en su vida ya podría ser su último, hace unos días lo pudimos ver en directo en el acto de clausura de los Juegos de la Commonwealth 2022 en su natal Birmingham. Allí interpretó decentemente “Paraonid” junto a Tony Iommi. Su presencia fue tan inesperada como este nuevo disco que se ha sacado de la chistera.
Ozzy se encuentra actualmente en una fase avanzada del Parkinson, leí esta semana que en realidad se le detectó el principio de la enfermedad en 2003. Estos dos años ha recibido un par de cirugías, además le cuesta andar y empieza a vocalizar con cierta complicación. También ha superado recientemente una depresión. Aún así, el Príncipe de las Tinieblas ha decidido que su voz aún no va a ser silenciada y se ha vuelto a reunir de grandiosos artistas para regalarnos un nuevo episodio de su dilatada carrera.
Patient Number 9 aterriza entre nosotros tras la pandemia. Y nos regala la primera colaboración fuera del matrimonio de Ozzy y Tony en “Degradation Rules”. Ya solo por ello merece que todo fan escuche este disco. El maestro del riff nutre del sonido Sabbath una canción muy digna con cierto aroma a Ozzmosis (1995). La canción trata sobre un hombre adicto a la masturbación.
Además de Tony, en el décimo tercer disco de Ozzy podemos encontrar a artistas de la talla de Eric Clapton, Jeff Beck, Zakk Wylde, Duff McKagan, Josh Homme, Mike McCready, Chad Smith, Taylor Hawkins y Robert Trujillo en la grabación. El productor vuelve a ser Chad Smith, batería de los Red Hot Chili Peppers.
Jeff Beck se luce en el que fuera el primer single del disco, la homónima “Patient Number 9”. Una canción que trata sobre Sharon, su esposa, quien intentó suicidarse unos años atrás y debió ser internada en un centro de salud mental. También nos encontramos a Beck en “A Thousand Shades”, una canción muy lograda en formato más «balada» que cumple a la perfección con su acometido.
El tercer y último avance del disco fue “Nothing Feels Right”, canción en la que Zakk Wylde muestra sus virtudes como guitarrista en una canción que no destaca mucho pero que tiene una fuerte aroma a Ozzmosis. El de Nueva Jersey vuelve a colaborar con Ozzy tras el ya lejano Black Rain (2007). Hasta en cuatro piezas podemos volver a disfrutar de la alianza Ozzy – Zakk. “Parasite” es muy ligera y amable de escuchas y contiene un buen trabajo de guitarra.
Una de las colaboraciones menos esperadas es la de Mike McCready, guitarrista de Pearl Jam, en “Immortal”. Una canción muy rockera que suena de maravilla pese a no ser el estilo más usual para Ozzy.
La distorsión de las voces en “No Escape From Now” seguida de un punteo de guitarra solista de fragancia tan marcada me ha invitado a viajar a 1970. Y es que sin leer los créditos es fácil adivinar que Iommi vuelve a deslizar sus dedos por el traste a placer. Una canción marca de la casa y simplemente la mejor de Ozzy en muchos, muchos años.
Y el último colaborador estrella que encontramos es Eric Clapton en “One of Those Days”. Su Fender ruge con el arte que siempre ha maravillado y cautivado a los fans. A sus 77 años, Clapton sigue siendo uno de los mayores exponentes de la guitarra y con poco te saca un riff cojonudo y un solo simple pero con alta carga emocional.
En el tramo final tenemos la insulsa “Dead and Gone”. “God Only Knows” tampoco tiene nada memorable. Se nota que son dos canciones de relleno en las que ni siquiera tenemos acreditado un colaborador. Cerrando el disco nos encontramos con “Darkside Blues”, la más corta del disco con algo menos de dos minutos de duración. Un cierre curioso, sin más.
Llegados a este punto, cualquier regalo que Ozzy nos pueda ofrecer es un regalo caído del cielo. Patient Number 9 es un disco que sigue la dinámica de Ordinary Man (2020) pero que lo mejora en parte gracias a las extraordinairas colaboraciones que encontramos en él. Las dos canciones con Iommi son increíbles y intuyo que serán ya las últimas de una alianza irrepetible. Patient Number 9 es un disco disfrutable, sincero, agradable. Un disco que te invita a acompañar a Ozzy en estos momentos duros de su vida y te va preparando para que algún día lo inevitable sea menos doloroso para nosotros, los fans. Mientras siga en pie, será una leyenda, cuando no esté será un dios.