Un duro camino han tenido que recorrer Pánico al Miedo para poder sacar su primer larga duración que lleva por nombre Formador (2018) aunque parece que la espera ha valido la pena. Lo primero que impacta es la portada y en esta ocasión merece que hablemos de ella antes de la música que encierra el disco. Su creador es el artista Ed Repka, que también ha diseñado su logo, famoso por haber trabajado con infinidad de grupos como Death, Megadeth o Nuclear Assault por nombrar solamente algunos. El diseño nos da una idea global de quien es el Formador, un ser que lo crea todo: el tiempo, la vida, la muerte, demonios y locuras varias. Vaya, si puedes crear cualquier cosa pues que mejor que se te vaya la olla. Un dibujo impactante y que es una muy buena carta de presentación.
Pasemos al aspecto musical del disco. Su estilo se centra básicamente en el thrash y el death metal de los años 90 pero con un toque personal que han ido madurando a lo largo de los años desde su formación allá por el año 2012. El disco arranca con una introducción en la que se nos explica de manera grandilocuente el origen del Formador, para dar paso precisamente a la canción homónima. Un sonido compacto donde todo se escucha a la perfección repartiendo caña sin parar a medio tiempo sin apretar mucho el acelerador. Un aspecto que me ha chocado ha sido la voz que es muy parecida en casi todas las canciones generando algo de monotonía aunque, cuando hay coros y otros refuerzos, se sale un poco de esta monotonía. No hacen falta muchos registros diferentes, pero el variar un poco da dinamismo al conjunto y vaya, es algo que yo busco en la música y es un gusto personal. En esta canción encontramos la primera colaboración de lujo, nada más y nada menos que un espectacular solo del maestro James Murphy (Death, Testament, Obituary) que aporta un nivel extra a la canción.
“La Fuente” es el single que han usado para su primer vídeo y nos encontramos ante una canción que es puro groove. Aunque es una buena canción, es algo simple y plana y la voz mejora en algunos puntos de la canción aportando más gutural, que es cuando realmente se nota su fuerza. Los ritmos se van sucediendo de forma dinámica hasta llegar a un solo bastante atmosférico en su parte inicial que después estalla sobre un riff bastante rockero.
La siguiente, “Hermanos de Sangre”, engancha mucho con un riff viciante que se te graba en la mente sin remedio. Una canción que te hace mover la cabeza y que seguro será una gozada en directo.
“Cebos Vivos” tiene un deje a Aspid en su parte inicial que me encanta, thrash macarra y vacilón con algo más de velocidad y aquí encontramos la segunda colaboración en un solo por parte de Bobby Koelble (Death), que no destaca tanto como el anterior pero que queda perfecto.
Mucho más groove encontramos en “Rompe el Cepo”, que fue el primer adelanto que pudimos escuchar del disco. Otro riff marca de la casa que se te queda grabado en la cabeza. También cabe destacar que los solos realizados por Jordi Creus son de un gran nivel y dan un toque épico al final de la canción.
“Bautizado por la Arrogancia” es algo más tranquila y pausada, con un riff muy marcado dejando algunas cuerdas al aire y va avanzando algo monótona pero manteniendo la intensidad. Me vuelven a recordar a los grandes Aspid y eso despierta al adolescente que llevo dentro.
Con “Puños” se ponen serios de verdad y empiezan machacando tu cabeza con un doble bombo que lleva el peso central de la canción. ‘Fuerza’ es la palabra para describirla, que arremete como una lluvia de puños. La letra está muy lograda al igual que las de todo el disco y como he dicho antes hay canciones con las voces más logradas que en otras aunque con la escuchas se van apreciando los pequeños matices que tienen.
“No Voy A Perder” es también bastante directa y sigue la estela de su predecesora continuando con “Asfixiar con Verbo”, que es pura contundencia thrash mezclado con un exquisito death. Un bestial bajo que, conjuntamente con las guitarras, recuerda a Pantera en ciertos aspectos con esos ya familiares armónicos de los que hacen gala durante todo el disco.
Llegando a la recta final tenemos “El Final de la Grandeza”, que empieza como un auténtico festival de velocidad y mala leche, para pronto volver a un buen groove y sonando más old school que nunca. Buena canción para cerrar el disco, pero para finalizarlo nos ofrecen una atmosférica y enigmática outro. Como bonus track hay una vesión diferente de “Formador”, con solo de Bobby Koelble, dando un enfoque totalmente diferente y que pone la guinda a este entretenido y buen disco que hará las delicias de los fans de los grupos nombrados y del death y thrash de principios de los años 90.